«Siempre hacen más ruido las latas vacías que las llenas. Lo mismo ocurre con los cerebros”
TRUMAN CAPOTE
Luis Semprún Jurado
“Ay…, estimados camaritas, la «ambición» es una fuerza poderosa que impulsa a las personas a tomar decisiones imprudentes de consecuencias devastadoras” fueron las palabras de entrada a su acostumbrada charla, de mi camarada y amigo Anacleto, al que últimamente le ha dado por filosofar porque piensa lo mucho que le hace falta a la Revolución una verdadera Escuela de Cuadros. “Se parece mucho a la «aspiración» y hasta las confunden a veces…, pero no, no son lo mismo. Parodiando a Diosdado, «todo el que respira, aspira”; yo le agrego: lo malo es cuando «ambiciona». La «aspiración» es el deseo de alcanzar un objetivo o meta, generalmente asociado con el crecimiento personal y el desarrollo positivo; suele estar motivada por valores y principios propios que a menudo incluyen un componente de contribución al bienestar colectivo. La «ambición», por otro lado, es un deseo intenso de alcanzar el éxito, el poder o la riqueza, sin importar los medios para lograrlo porque «el fin los justifica». La ambición es una fuerza implacable que lleva a tomar decisiones arriesgadas éticamente cuestionables. Por más noble que parezca la ambición disfrazada con mentiras, su naturaleza intrínseca lleva a resultados destructivos especialmente para quien la promueve. Entender la diferencia entre aspiración y ambición es crucial para navegar el camino hacia el éxito de manera equilibrada y ética. Para ilustrarles lo que quiero decir pondré de ejemplo a la Loca, como la llamara Henry en el antiguo G7, G4, G3 o como se llame ahora, y su peligroso deseo desmedido por ser la «primera mujer Presidente de Venezuela». Ahora piensen en las ideas absolutamente absurdas, ridículas y sobre todo peligrosas, que la gente le aceptó sin pensarlo dos veces y que han caracterizado su proceder desde su época de Diputada. Entre unas y otras recordemos lo que le pasó al tratar de confrontar al Gigante Hugo Rafael y que dio origen al hoy popular «águila no caza moscas»; firmó el «Acta de Carmona»; aceptó la acreditación como «Representante Alterna de la Delegación de la República de Panamá ante la OEA» durante el período para el cual fue electa, lo que motivó el despojo de su inmunidad parlamentaria y la pérdida de su investidura; solicitó ante ese «Jardín de Borrell» la aplicación del TIAR a su país (traición a la patria); participó con Locoldo en «La Salida»; contrató menores de edad, a los que les pagaba con drogas y licor, para actos terroristas de las guarimbas; falseó datos en su Declaración Jurada de Bienes por lo que la inhabilitaron a cargos de elección pública por 15 años; lleva más de 10 años pidiendo intervención militar a Venezuela, desconociendo al Presidente legítimo del país y dando apoyo a la ficción del «interino»; participó con el pelanalgas autoproclamado en el «intento de invasión» al país con la «Batalla de los Puentes» por el Táchira; participó con Locoldo y el pelanalgas en la «Operación Libertad, última fase para el llamado cese definitivo de la usurpación»; apoyó la «Operación Gedeón»; organizó con su propia empresa SUMATE la estafa de las «Primarias»; gritó y pataleó «sin mí no habrá elecciones en el país» estando inhabilitada; presentó al hombre del pendón como su «cuida puesto» y éste se le fue con el chivo y el mecate, y pare de contar. Mi memoria no es tan buena como creía porque se me han olvidado otras tropelías. Lo cierto es que trató de volar muy alto y se quedó sin oxígeno… sólo las águilas lo logran. En su caída en picada aún cree poder ser la «Gran Jefa» de la oposición criolla. Cuando se termine de estrellar se dará cuenta cómo su ambición desmesurada ha impactado en su salud mental y hasta en sus relaciones personales, y que de su aspirado cuantioso botín sólo tendrá burusas. Mientras, el «inofensivo» viejito del pendón le ganó la partida, el ganador se lo llevó todo y dejó el pelero con las responsabilidades pertinentes. Y el chavismo volvió a ganar.”
Creo que la Sayona, o la Loca, como prefieran llamarla, no ha terminado de asimilar el daño que ella misma se ha infringido. La ambición en la política tiene efectos negativos profundos y variados. Su desmedida ambición hizo añicos el retrato de la “heroína” o la “combatiente por la libertad” que quiso representar. Esta “patriótica” heroína pidió, y pide sin cesar, invasión militar y/o duras, ilegales y unilaterales sanciones económicas y de todo tipo para Venezuela, a los gobiernos de EEUU y de la UE. Hoy en día el país es víctima de 900 y pico de “medidas coercitivas unilaterales” que han afectado, y siguen afectando, la actividad económica y provocan graves penurias a la población. ¿Es o no un evidente caso de “traición a la patria”, que ha sido manejado con una sorprendente indulgencia por parte del gobierno? ¿Esperarán a que, tal como el pelanalgas autoproclamado, se escape del país? En el país que la ha apoyado, se establece en el 18 U.S. Code § 2381 “que sería acusada de traición y sufriría la pena de muerte, o prisión y multa, e inhabilitación… en los EEUU”. ¡O sea!
Textualmente para los incrédulos: “Quien, debiendo lealtad a los Estados Unidos, se levante en armas en contra del Gobierno de Estados Unidos y/ sus fuerzas armadas; o se adhiera a sus enemigos, prestándoles ayuda y consuelo dentro de los Estados Unidos o en cualquier otro lugar y ofrezca apoyo financiero, logístico o de cualquier otra forma a un país u organización en guerra con los Estados Unidos. Quien incurra en este delito será acusado de traición y sufrirá la pena de muerte, o prisión y multa, e inhabilitación para ejercer cualquier cargo en los Estados Unidos”. El delito queda probado cuando alguien cometió un acto manifiesto en contra del Gobierno de Estados Unidos y participó en cualquier forma de rebelión o conspiración sediciosa en contra del mismo. ¿Así o más claro? ¿Conoce o no el gobierno el paradero de esta apátrida? ¿Hasta cuándo tanta indulgencia con ella? Debemos estar claros que la Loca no goza del favor popular y que la palabra “pueblo” queda grande en la boca. Está claro que en las “primarias” participaron unas 300 mil personas, no los millones que ellos alegan.
Lo que sí representa la Loca es la derecha criolla, sumisa a intereses extranjeros, que sigue siendo un grupito minoritario; de eso no existe la menor duda. Los votos sacados por el hombre en el pendón no son votos de la Loca, sino de gente que prefiere seguir creyendo las mentiras de la derecha que aceptar que fueron engañados. Sus deseos giran sobre el tema “Sacar a Maduro a como dé lugar” porque son víctimas del odio y rencor inoculado a través de las redes y las falsas noticias “escandalosas”. Buscaron ganar apoyo recurriendo a tácticas manipuladoras, explotando las emociones y prejuicios del pueblo, pero de nada les sirvió: el pueblo conoce a sus verdugos. ¿Que la sociedad está polarizada y la cohesión social debilitada? El pueblo goza de un excelente olfato para identificar a los y las ambiciosas desmedidas. Por eso la derecha seguirá siendo siempre minoría. La ambición genera deslealtad dentro de los partidos políticos, pues los individuos priorizan sus propias carreras sobre la unidad, el partido y los objetivos de la patria, y eso conduce a conflictos internos y divisiones.
Pocos saben que la Loca fue juzgada en el 2005 y sentenciada a 28 años de prisión por firmar el “Decreto Carmona” del Golpe de Estado de abril del 2002 y por “conspiración”, al recibir 53 mil dólares de financiamiento a través de una ONG propia, provenientes del “National Endowment for Democracy”, del Congreso de EEUU. En la mayoría de los países europeos y lugares como Argentina, Brasil, Chile, México, Perú o cualquier país de la región, ya estaría cumpliendo sentencia en prisión. Pero fue amnistiada por el entonces presidente Hugo Chávez. En ningún otro país podría seguir haciendo política como lo ha hecho en Venezuela. Eso lo ha olvidado, así como la entrega junto a Guaidó de CITGO, Monómeros, el oro en UK, depósitos en bancos en la UE para la compra de medicinas, etc. A lo largo de estos años no ha cesado de pedir la invasión del país para sacar a Nicolás, en venganza contra un pueblo que nunca la ha querido. Quiso volar muy alto y sufrió como el cuervo ante el águila. Ahora que se atenga a las consecuencias y a lo que le depara el futuro, por ambiciosa.
El Pepazo