La palabra crisis comienza a ser legítima, pues hay pocos datos que sustenten el inicio de temporada de los Warriors. El más duro, es el récord de cinco victorias y ocho derrotas. Alejados de PlayOffs y con pocos momentos de explosión total en el ritmo y juego, señas de identidad en sus mejores momentos. Son el equipo número 14 en ataque, algo que sustenta Stephen Curry y sus impresionantes promedios de 32,8 puntos, 6,8 rebotes y 6,6 asistencias por noches apoyados en un 52,8 en el lanzamiento. Pero ahí se termina, la rotación no da el paso.

Tampoco en canasta propia, pues son el cuarto peor equipo por la cola -según los puntos por 100 posesiones- de la NBA, lo que les deja el 24 en el ranking medio entre ataque y defensa. Un preocupante registro, pues sobre la pista está claro que no consiguen adaptarse a los planes de Steve Kerr. El último señaló que ni pararon a De’Aaron Fox (22+4 con 10/19 en el tiro) ni cerraron el rebote a un brutal Domantas Sabonis (26+22) en el triunfo de los Kings.

Racha de 0-7 fuera de casa, como consecuencia. «Es una locura. No suena normal», confesó Draymond Green al terminar. «Tenemos que entender que se gana menos fuera, pero hemos jugado bien. Entre el primero y el segundo, muy buenas rachas. Pero debemos entender lo que ocurre en esta liga si no estamos concentrados en todo momento», sentenció una de las piezas claves de la dinastía de San Francisco.