No hace muchas fechas el Crypto.com (ex Staples), ovacionaba a su equipo mientras veían cómo la bandera con el título del In-Season Tournament ascendía al techo para la posteridad. Eran momentos de idilio con la victoria de unos Lakers que soñaban con cotas más altas en la temporada.

Apenas un mes después, esos aplausos se han convertido en abucheos en el mismo escenario, y dirigidos al mismo equipo, aunque muy cambiado. Las risas de la victoria se han tornado ahora en tristeza y preocupación porque desde el título de la Copa, los Lakers no levantan cabeza.

El equipo angelino cayó ante los Memphis Grizzlies, 113-127 en un choque en el que los de Tennessee acribillaron a su rival desde el arco de los tres puntos. Los Lakers lucen ahora mismo una racha de cuatro derrotas consecutivas y 10 en los últimos 13 partidos para ser uno de los peores equipos de la Liga en el último mes.

Los Grizzlies no necesitaron al mejor Ja Morant para conquistar Los Ángeles y lograr su segundo triunfo en seis partidos. El base hizo 21 puntos, pero es que Jaren Jackson firmó 31 con cinco canastas de tres y Marcus Smart hizo 29 con un total de 8 dianas desde el arco. Entre los dos anotaron 13 de los 23 triples que lograron los Grizzlies en una noche muy inspirada desde el perímetro.

De poco sirvieron los 63 puntos que lograron entre LeBron James (32) y Anthony Davis (31). LeBron fue muy claro al finalizar el partido: «Ahora mismo, apestamos».

Tanto está zozobrando la nave amarilla, que ya se está especulando con el posible cese del entrenador Darvin Ham, al que de momento le sostiene el título de Copa obtenido en diciembre. Pero ya se sabe que en los Lakers la exigencia es máxima: «Estoy sólido», decía Ham antes de que los Lakers cayeran 127-113 en casa ante los Memphis Grizzlies. «Mi gobernadora, Jeanie Buss, la jefa, nuestro presidente, Robert Pelinka, todos estamos alineados. Mientras no lo digan, supongo que estoy bien. Y sé lo que sienten por mí y la situación en la que nos encontramos actualmente». La derrota ante Memphis quizá haya complicado mucho más las cosas.

Las palabras de Ham llegaban como contestación a un artículo aparecido en The Athletic donde se hablaba de descontento de la directiva hacia el entrenador. Los Lakers tienen ahora un balance de 17-19 y han descendido hasta la undécima plaza en el Oeste.

Globalmente, la actuación de Domantas Sabonis fue la mejor de una noche con muchos partidos. El lituano firmó su segundo triple-doble consecutivo con 24 puntos, 15 rebotes y 11 asistencias para guiar a sus Kings a la victoria ante los Raptors, 135-130. Es el octavo TD de Sabonis esta temporada, tres de ellos logrados en los últimos cuatro partidos que ha disputado.

«Parece como si fuera algo común, lograr esos triples-dobles, pero es algo único especialmente para un jugador en esa posición», decía el entrenador de los Kings, Mike Brown. En este partido, De’Aaron Fox aportó 24 puntos, Keegan Murray, 18 y 12 rebotes y Harrison Barnes aportó 16.

El infortunio de la noche fue para Chris Paul, que se fracturó la mano izquierda al ir a recuperar un balón y tendrá que pasar por el quirófano. El del veterano base es el enésimo incidente en forma de lesión o sanción que sufren unos Warriors que no encuentran la calma.

Ante Detroit sufrieron de lo lindo para ganar, 103-109, y tuvieron que hacerlo a lomos de un Stephen Curry autor de 26 puntos, ocho de ellos en el tramo final, cuando el partido aún se estaba decidiendo.

Los que no parece que bajen el ritmo son los Clippers. Volvieron a ganar, esta vez a los Pelicans, 95-111, en un partido que llegaron a dominar hasta por 31 puntos. Los ‘Clips’ ya están en cinco triunfos consecutivos y han sido capaces de ganar 14 de sus últimos 16 partidos, demostrando que son ahora mismo el equipo más en forma de la competición.

Paul George, autor de seis triples, fue el máximo anotador de L.A. con 24 puntos seguido por los 19 de Kawhi Leonard, mientras que James Harden hizo 8 puntos y 13 asistencias. Los Clippers desplegaron una gran defensa para limitar a las dos estrellas de los Pelicans, Zion Williamson y Brandon Ingram, a 12 puntos por cabeza.

Los Knicks obtuvieron una de las grandes victorias de la jornada con su triunfo ante los Philadelphia 76ers, 92-128 en una de esas noches en las que los equipos se permiten soñar por cotas mucho más altas. El optimismo se ha apoderado del equipo de la Gran Manzana, que encadena tres victorias seguidas, las tres desde que llegó al equipo O.G. Anunoby traspasado de Toronto y con el que no pierden desde entonces.

Ante los Sixers hubo recital de un gran Jalen Brunson autor de 29 puntos y cuatro triples. En los Sixers, Joel Embiid que se torció el tobillo («estoy bien», dijo al final del partido), extendió a 16 su racha de partidos con al menos 30 puntos y a 15 los choques con 30 puntos y 10 rebotes o más.

El equipo anunció poco antes de comenzar el partido que Doncic no jugaría por un problema en el tobillo. El esloveno estuvo como espectador de excepción junto a Dereck Lively II y Grant Williams, también con problemas de tobillo producidos en el partido anterior, también ante los Trail Blazers.