Desde que se miden los tapones y robos en la NBA, mejor liga de baloncesto del mundo, nadie nunca había realizado algo como lo de Anthony Davis ante los Phoenix Suns. El interior de Los Ángeles Lakers cerró el partido con 37 puntos, 21 rebotes, 5 tapones y 5 robos. Una línea estadística desorbitada… Que no sirvió para que el equipo californiano sumase su cuarta victoria consecutiva. Los Phoenix Suns, palabras mayores, se impusieron por 115-105.

El 30+20 de Davis no es usual. Fronteras casi imposibles a las que llega con más de un 60% de eficiencia en el tiro. Y allí solo un interior de los oro y púrpura ha llegado como ‘AD’ en tres partidos seguidos. Fue Shaquille O’Neal en el año 2001. Un récord que el propio ‘Shaq’ se tomó a broma. «Era una mala noche para mí. Llegaba a casa y rompía un par de platos», contó en la televisión. A Davis no le bastó.

Sí que asume el liderato en la generación del ataque y ventajas, pero los Suns están, de momento, en otra liga. Fue un partido igualado que se rompió en el último cuatro tras varios intentos locales encabezados por Devin Booker (25+4+5) que paró Davis con su potencia bajo el aro. Booker solo anotaría una canasta más en el último cuarto, y aparecería el desconocido Duane Washington Jr. (15 puntos) para estirar el marcado con cinco puntos y una asistencia (84-96, 39′).

Los Lakers se quedan con cinco victorias y 11 derrotas, hundidos en el Oeste. Cuando Davis brilla, LeBron James no está. Faltó por quinta noche seguida. «Las circunstancias cambian. Va al gimnasio y está con su proceso de fortalecimiento. Pero sera del día a día. Se lo dije, cuando esté bien… Nosotros estaremos ahí. El equipo tiene jugadores recuperados y ayudará. Estamos en un buen ritmo. No hay pánico», confesó Darvin Ham, técnico angelino.

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