Las religiosas cultivan cannabis para vender productos derivados. Tienen miles de seguidores en Instagram y aseguran que no hacen nada ilegal ante la ley.
En el valle central de california, una tierra caracterizada por sus hermosos paisajes y granjas, viven las famosas ‘Hermanas del valle’, un grupo de mujeres que lucen como monjas que se dedican a cultivar marihuana medicinal.
Ellas fabrican productos derivados de la planta medicinal, y aunque en Merced, el condado en donde ellas viven, no es legal el tráfico de la marihuana, sí se permite su uso solo para fines medicinales. Eso es lo que les ha permitido tener éxito en el negocio en el que venden un café llamado ‘Super 17’, libros autobiográficos y frascos de pomadas derivadas de la planta.
Las ‘monjas’ utilizan esta planta para fabricar productos que benefician la salud de muchas personas, ayudando a aliviar síntomas de enfermedades. Es por eso que la policía de Merced no les pone ningún problema. De hecho, según mencionó para el portal de la ‘BBC’ Kate, la hermana líder del grupo, “los inspectores del gobierno lo saben y aún así se lo permiten”.
La mujer también asegura que “le hubieran podido cerrar la granja desde hace mucho tiempo atrás si hubiese cultivado marihuana ilegalmente, pero aún así no lo han hecho”. Sin embargo, confiesa que “ha luchado para poder legalizar la planta en Merced y no lo ha logrado”.
Por otro lado, se sabe que las ‘monjas’ tienen una ganancia de 1,2 millones de dólares al año (más de seis mil millones de pesos colombianos) y aunque la hermana dice que “sus ventas después de la pandemia han bajado casi que a la mitad”, le pide a las autoridades federales y al Estado un apoyo para que persigan a quienes la cultivan ilegalmente. Su objetivo es que los empresarios tengan mejores beneficios y puedan contribuir a la economía, además de exigirle al gobierno que “no le ponga muchos impuestos y tasas de interés altas por pagar” a la producción legal de la marihuana.
El Pepazo/El Tiempo