Ni soy ni pretendo ser un analista consagrado de fútbol. Solo soy un periodista deportivo, ex jugador de fútbol y un apasionado con la fe trastocada…con el debido respeto al pana DT y a todo el que se sienta aludido.
Luis Carlucho Martín
“Desde que Eva tentó a Adán, el hombre por su mujer peca y quién lo puede culpar…” Así canta divinamente Pablito Lebrón su emblemática pieza “Mi Debilidad”, en referencia a las casi ineludibles tentaciones que, desde que el hombre es hombre, han influido en la toma decisiones. –Huelga decir, en la mayoría de los casos cuando son guiadas sin sesos los resultados son tétricos–. Para mejorar en tal sentido hay que acabar, a conciencia, con la mayor cantidad de tentaciones posibles. Esa es una de las tareas del Bocha. Un DT argentino, de mucho recorrido, pero con mucho por demostrar aún. Debe tener no solo el aplomo para mover las piezas de su ajedrez en el tablero estratégico de la planificación y ejecución, sino para asegurarse de que cada pieza cumpla su rol. Tiene de sobra, y ese es, sin dudas, un agradable problema.
El detalle, a nuestro parecer, es el tino y el arrojo para tomar decisiones cruciales. Hey, y acá aclaramos, no somos inquisidores de nada ni de nadie, pero hay momentos, ciclos cumplidos. Y hay que saber detectarlo y decidir al respecto.
Si su ascendencia, la del Bocha, aun no le da para anunciar de inmediato lo que debió hacer hace rato, no solo se acaba la fe –inventada por un exitoso trabajo de mercadeo y posicionamiento de una de las marcas patrocinantes–, sino la opción real de soñar con el próximo mundial, tarea que a estas alturas luce algo encumbrada.
Cuando tú elaboras una lista de 11 y tienes en el banco a piezas históricas que han mostrado el ocaso de su carrera, signado con estrepitosas actuaciones, no solo te tiembla el pulso, sino que la tentación te lleva a incluirlo entre los titulares como pieza inamovible. O si hay que recomponer el equipo en pleno juego, siempre esos nombres y apellidos magníficos como el de ellos, pueden significar más un obstáculo que una solución.
Hay otros casos de pechos fríos. Con suficiente renombre y sueldos millonarios porque en sus equipos foráneos son monstruos, pero con la vinotinto no rinden o no arriesgan tanto. Y lo hacen evidente…
Mano, para fortalecer la fe, haz una rueda de prensa, rumba incluida, cohetes y lo que quieras, y dale un adiós eterno a esos jugadores que ya dieron lo que iban a dar. Y los que andan en ese bajón tomarán conciencia o también se van. Tenerlos en nómina no solo no te da prestigio, sino que resta abiertamente las posibilidades de minutos y de aporte de las nuevas generaciones, que han demostrado en cortas acciones que tienen fútbol, creatividad y goles.
Es increíble, con tanto material, que desde los días de Ricardo David Páez –hey, y espero no se moleste mi pana Ripamon por citar a su hijo, aquel zurdo prodigioso creativo con inteligencia y fino pie– Venezuela no haya contado con un mediocampista en verdaderas funciones de creación, distribución, distracción del rival con tenencia y “caricia” al balón mientras nuestros delanteros se posicionan con reales opciones ofensivas. Es ese jugador que recibe, crea espacios y se genera tiempos para ejecutar, siempre con juego inteligentemente frontal, de atreverse, de ir por más siempre.
¿Los tenemos? Si seguimos cayendo ante las tentaciones quizás jamás podremos comprobarlo.
“Por ahí” –expresión argentinizada y por tanto trillada en el medio futbolístico, jajajaja– andan pateando balones Telasco, el Tuti, el zurdito Lacava, el greñúo Bello, que cada vez que entra anota goles o crea peligro. También están Pereira y Martínez. Hay una legión entera de mediocampistas de comprobado recorrido internacional. Falta que se les brinde confianza, pero ello requiere de sentar o retirar piezas que ya no dan. Los alfiles andan en diagonal, los caballos en ele, los peones aportan paso a paso. Quien no se adecúe se va. Punto. Y hace rato que varias piezas no cumplen con esas reglas básicas.
Con ellos, en su libre andar, Salomón se desahogará y será más efectivo. Mis aplausos para el histórico 9 (23). Ese sí es inamovible y requiere más apoyo…
Pero además de la exclusiva norma, a la que se anexa el movimiento frontal o lateral de las poderosas torras, hay que tener, mostrar y dejar las bolas en nombre de la selección y no de una marca que se ufana de una tal fe, que responde más a su atinado marketing porque en cada juego transforma los estadios locales en los bares más grandes del universo futbolero; aunque su mayor rédito y lógica ganancia siga siendo el posicionamiento y “posesionamiento” en la conciencia colectiva, que en sana paz aplaude cada timidez técnica acompañada de cada resultado, sea cual sea, porque “mano, tengo fe”.
Les aseguro, y creo, que el país entero desbordará en fe cuando seamos más arrojados. ¿Para cuando vamos a dejar el talento emergente? Bocha, pana mío, porque ya eres un pana, lánzate, toma decisiones por duras que parezcan. Unos me dicen que estás muy nuevo. No creo. Debes ganar ascendencia y más respeto.
Minimiza tentaciones. ¿Acaso un Alcohólico Anónimo acude a bares para ver si ya dejó el vicio? ¿Acaso un moralista acude a sitios de placer tarifado para demostrarse a sí mismo que no tiembla de deseos ante inusitadas e “invitacionales” voluptuosidades? Nadie se pone el cuchillo al pescuezo de esa manera. No lo hagas tú. Usa el cuchillo para cortar la convocatoria y punto. Dale chance a los nuevos. Itero, sobra el material. No lo digo yo, es un mandato bíblico…y esos carajos, los redactores de las santas escrituras, no se pelaban.
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