León Magno Montiel
@leonmagnom
Observo una postal de la Torre de Leandro, con su imponente faro en medio de la pequeña isla rocosa abrazada por las aguas del Bósforo, ubicada en el estrecho que une el Mar Negro con el Mediterráneo.
Es uno de los mayores símbolos de Estambul, permanente recordatorio del mito de amor, del esforzado Leandro por la bella Hera, la hija de Afrodita.
Hera cada noche encendía su antorcha para guiar a su osado amante cruzando a nado las aguas encrespadas del Bósforo. Hasta que en una noche de tormenta, el viento apagó su lumbre y su amante se quedó sin orientación.
Las aguas se tragaron al joven Leandro, vencido por el cansancio, la muerte lo sembró en lo profundo del mar.
La Torre de Leandro es una creación del siglo XII, que ha sido modificada en varias ocasiones, pero su aspecto actual se diseñó hace doscientos años. Sus paredes son blanquecinas, con la bandera turca; roja de la media luna y la estrella flameando en lo más alto, alertando a los navegantes que llegan a esa capital ancestral, que encierra los misterios de dos mundos antípodas.
Ese monumento milenario me recuerda a mi hermano Leandro Lenin Montiel, animador y cantante que nació en Maracaibo el 6 de junio de 1963, hijo de Luis Nemesio Montiel en Olga Josefina Villalobos.
Mi padre, chofer de tráfico, pero además un poeta enamorado de la música y la historia que leía con asiduidad, pues representaba su mejor divertimiento.
Le colocó su primer nombre en homenaje a Francisco de Miranda y el barco “Leander” donde realizó su travesía en 1806 desde Nueva York hasta La Vela de Coro. Y el segundo, por su admiración al líder bolchevique Vladimir Ilich Uliánov –el camarada Lenin-, máxima figura de la revolución de octubre en 1917.
Leandro desde niño comenzó a militar en el canto, primero en la escuela “Gabriela Mistral” en el barrio Amparo, donde tuvo la orientación maternal de la maestra Carmen de Mora. Luego, en el conjunto de gaitas de la Cruz Roja que dirigía don Luis García Nebot, donde compartimos viajes con los amigos: Roberto Antonio (Merenguero), Carlos Brito, Amílcar del Villar y Hendrick Fernández. Siempre demostrando su gran carisma, una cercanía natural con la gente, que hacía sentir al auditorio consustanciado con el animador que recién conocían.
Después comenzaron los días en el Colegio Gonzaga, las excursiones con el padre Duplá, Paco Percáz y Antonio Pérez-Esclarín. La amistad con Marisela Árraga, Aidé Devis, Evaristo Pérez, Madelis Rodríguez, quien sería su esposa y madre de sus hijos mayores: Diego Leandro y las mellizas Damelis y Damilé. Con ellos conformó el Grupo Compa, logrando actuar en “La Canción Bolivariana” organizada por Alí Primera en 1983 en el Estadio “Luis Aparicio”.
Su carrera profesional como cantante y animador la inició con Zagales del Padre Vílchez, allí cultivó una profunda amistad con las hermanas Guerra, con los hermanos Quiroz en San Francisco.
Comenzaba a destacar como solista y animador, es contratado por Gaiteros de Pillopo, con ellos impuso los temas: “El don de saber gaitear” de Neguito Borjas en 1990:
“El don de saber gaitear
no nace con todo el mundo
hay que cantar con profundo
sentido tradicional”
(Borjas, 1990).
“Total zulianidad” de Elías Hernández en 1996:
“Cuando Dios hizo el mundo
miró de frente hacia el Zulia
tenemos el mejor ritmo
grandeza de nuestro acervo
le dio relámpago y lluvia
lago y poetas fecundos
se viste nuestro civismo
en el corazón del pueblo
con un gran regionalismo”
(Hernández, 1996).
Esa dupla Montiel-Hernández repitió con el éxito “Sabe a gaita” en 1997. En 1998 grabó el tema “Tres días de sol” de Wolfang Romero y Papi Zuleta:
“Quisiera tres días de sol
sin noches ni lunas,
que quede seca tu cuna
de tanto y tanto calor,
que al cuarto día mi lago
tu lecho llene la lluvia
para que de nuevo fluya
el cristalino zuliano”.
(Romero y Zuleta).
En 1999 ingresó a Las Estrellas del 2000, agrupación donde compartió escenarios con Astolfo Romero, Danelo Badell, Germán Ávila “El látigo”. Con ellos grabó el tema “La regadera” de Heriberto Molina.
Finalmente aceptó el llamado de los hermanos Gómez para formar parte de Gosugaita, fue la última divisa a la que perteneció.
En paralelo a su carrera como gaitero Leandro hizo buena radio, como la había aprendido de Pedro Colina, a quien oía junto a nuestro padre a principios de los años 70. Colina realizaba una radio participativa, carismática, con contenido social y con peso cultural. Y ese fue el camino que siguió Leandro.
En Radio Calendario 1020 AM animó el programa de salsa junto a Samuel Portillo, con asesoría de Rafael Valladares. En Sabor 106FM demostró su solvencia para animar en la Fonoplatea de los Éxitos; así como en las tarimas de la Feria de la Chinita, en los “Poliedrazos” junto a Ozías Acosta y Adolfo Ochoa. Leandro siempre brilló en los escenarios y cultivó el amor fraterno de sus compañeros en cada divisa que estuvo.
Sólo vivió 43 años, la muerte sorprendió a Leandro Lenin Montiel Villalobos el 21 de enero de 2007, un infarto destrozó su corazón en ese mediodía. La noche anterior había actuado con Rondalla y Serenata junto a sus compañeros Huáscar Pacheco, Pedro Rossell y Ender Fuenmayor.
Lo despedimos la tarde del 22 de enero, mientras sonaban las notas de sus gaitas preferidas en los jardines del sur, lo sepultamos justo al lado de la tumba de nuestro padre Luis Nemesio. Un momento doloroso, inédito, que en la distancia lo vemos como un adiós entre lágrimas y cantos, para un hombre que le dio su luz a esta tierra y sembró el amor a su paso. Fue mi hermano más querido.
Una vez más, un Leandro caía entre las aguas turbulentas, tratando de cruzar el estrecho de la vida, para encontrase con su amada Hero, es decir: su gaita.
El Pepazo