La comunicación no verbal dice mucho de las personas, incluido si les atrae, les gusta o están enamoradas de alguien. Una mirada, un sonrisa y otros gestos y posturas desvelan que existe interés. Dos psicólogos dan las claves para saber cuándo se da esa atracción por el lenguaje corporal.
Marta Villalba
El amor, como cualquier otra emoción, se refleja en los gestos y las posturas, que transmiten un mensaje. El objetivo de este lenguaje corporal con el que aparecen conductas de cortejo y seducción es llamar la atención de la otra persona, conseguir una aproximación física y psicológica, según los psicólogos. A la disciplina que estudia los movimientos corporales y permite saber si le gustas a alguien se le conoce como kinésica o cinésica.
Sin embargo, la comunicación no verbal del enamoramiento no es un lenguaje universal: está muy influenciada por la cultura y el contexto social. Es más, el lenguaje corporal del amor es diferente según el sexo. Mujeres y hombres seducimos de forma diferente, no tenemos los mismos códigos.
Según explica el Ángel Luis Guillén Torregrosa, psicólogo sexólogo, terapeuta de pareja y director Psicopartner, en las fases iniciales de establecimiento de las relaciones podemos encontrar las siguientes diferencias de género:
- En los hombres aparecen conductas constantes de aproximación siendo los que mayormente toman la iniciativa mientras que en las mujeres utilizan una técnica más sutil siendo las miradas y las sonrisas lo más predominante.
- Las mujeres adoptan comportamientos más indirectos pero buscando una seducción, se tocan el pelo, se muerden los labios, aparece sonrisas provocativas, etc..
- Además, los hombres adoptan una “postura de reclamo” que se entiende como un comportamiento postural de dominancia frente a otros hombres.
El psicólogo indica que en las fases más avanzadas del amor ya existen menos diferencias entre hombres y mujeres, “ambos adoptan un comportamiento de acercamiento y proximidad física, de contacto (cogerse de la mano, cintura, etc.) y de entendimiento con señales de apoyo y aceptación hacía el otro”. Es más, este especialista señala que, en las terapias de pareja, el lenguaje no verbal entre ambos es un indicador de la situación en la que esta se encuentra: “Donde hay amor se produce una sincronicidad entre ambos en sus gestos, forma de expresarse, manera de caminar, se cogen de las manos, hay contacto físico constante o muy frecuente…”.
“Las mujeres seducen de forma mucho más compleja y más rica en matices que los hombres», precisa Carlos Rodríguez, psicólogo y grafólogo, experto en comunicación no verbal y director del Instituto de Psicografología y Peritación (Ipsigrap).
Para Rodríguez, además de la cultura y el género, la edad también influye en la kinésica del amor. “Han cambiado mucho las cosas en España. Antes la comunicación no verbal era mucho más activa. Hoy en día quizá se está perdiendo un poco este juego de seducción. Se hace de una manera mucho más directa. Se han roto tabús y se pasa a la acción”, sostiene. En los hombres, continúa, los gestos suelen ser más limitados, mucho más directos y, a veces, más agresivos.
Este experto indica otro aspecto importante a la hora de saber si alguien está enamorado o les gusta otra persona, la proxémica: la medición de las distancias interpersonales. Un primer nivel de distancia es lo que los especialistas denominan zona íntima y se refiere a una proximidad de entre 15 y 45 centímetros. Entre 50 centímetros y 1 metro es una distancia personal. Entre 1 y 2 metros es la zona social. Y más de 4 metros se considera una zona pública.
Pistas de comunicación no verbal que indican atracción
La mirada
Guillén señala que las miradas que aparecen cuando alguien está enamorado o tiene una alta atracción son una expresión clara del enamoramiento. “Son miradas largas y prolongadas que intentan establecer un contacto directo con la otra persona. Cuando existe esté interés de acercamiento la mirada se realiza desde una posición de frente al otro”.
También se ha visto que, en el proceso de la seducción o del cortejo inicial pueden aparecer miradas más cortas y fugaces pero que son constantes. El seguir a la otra persona por el rabillo del ojo, estar pendiente de él/ella, etc.., es una señal de interés y de desear establecer contacto.
Para Carlos Rodríguez, las miradas son algo más habitual en mujeres, un poco furtivas, casuales pero repetitivas. “La mirada suele ser mucho más global que parcial, es decir, se va desde la mirada a los ojos, pero después se dirige hacia el mentón. Y luego se baja una mirada general al resto del cuerpo incluida la zona genital. El hombre, comenta Rodríguez, no va a tener una mirada global, sino que se suele centrar, en aspectos muy muy concretos, por ejemplo, los ojos, los labios o los pechos.
Levantar las cejas
El levantar las cejas muestra interés, sorpresa, apertura a seguir conociendo más a la persona y es una expresión común que aparece en los enamorados, indica Guillén.
La distancia física
“Se produce un acercamiento físico, se rompe el espacio de seguridad interpersonal e incluso se intenta establecer algún contacto como tocar la mano, apoyarse sobre la otra persona, etc.. Se busca un cierto contacto físico, que puede parecer casual”, indica Guillén.
“El hombre va a ser más atrevido y va a romper más las zonas íntimas”, expone Rodríguez, quien añade que irá poco a poco rompiendo esa barrera y atravesando zonas y viendo hasta dónde le permite llegar la mujer, para ver si está receptiva o no, hasta finalizar el cortejo. Los más atrevidos incluso se acercan para acariciar el pelo, un brazo, una pierna…
Las sonrisas
«La sonrisa es una expresión constante que aparece cuando una persona está enamorada. Es un signo claro de que la persona está a gusto, se siente bien y muestra una apertura hacía el otro»,
Ladear la cabeza, asentir y cabecear
Se trata de “movimientos involuntarios que se interpretan como interés por la otra persona, acercamiento, aceptación, etc. Son movimientos que nos hace sentir que estamos siendo comprendidos y que hay afinidad”, apunta Guillén. Rodríguez especifica que, en general, la cabeza suene ladearse o girarse ligeramente hacia el lado derecho para mostrar una parte un poquito más tierna.
Enseñar las muñecas y jugar con el pelo
Según Rodríguez, cuando existe interés por parte de la mujer, enseña las muñecas. Y una señal importante de que le atrae es jugar con el pelo. El gesto de tocarse el cabello también sirve para canalizar el nerviosismo. Este experto destaca también los gestos de los labios de la mujer. “Morderse un poco el labio puede indicar deseo, al igual que sacar levemente la lengua cuando el otro está mirando”.
La postura corporal
El tener una postura de frente hacia la otra persona, con una cierta inclinación hacia delante es una muestra de apertura y de interés. También podemos ver que no aparecen comportamientos más defensivos como el cruzarse de brazos, indica Guillén.
Si la mujer está interesada, “va a adelantar el pie hacia su interlocutor, como señalándole”, especifica Rodríguez. Y si están sentados, la mujer suele cruzar la pierna como un gesto de “me interesa, pero cuidado que tengo mis defensas”. Mientras que el hombre hace justo lo contrario, abre las piernas. “La mujer, poco a poco, según va relajándose y va adquiriendo un poco más de interés por el interlocutor, va abriendo esta postura”.
La postura del hombre se orienta siempre en fortalecer la parte masculina. “Eleva los hombros, el cuello y la barbilla, para parecer más altos y corpulentos. Saca pecho y mete barriga para ser un candidato más atractivo e interesante si también están otros hombres”, puntualiza Rodríguez. En general, los hombres se abren y una de las posturas más clásicas es la de cowboy, con las manos sobre la cintura señalando la zona genital, dice este especialista.
Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo
El Pepazo/Marca/Cuídate