Luis Carlucho Martín
Algo bueno, o muy bueno, está sucediendo en estos días en el ámbito del deporte venezolano. Un montón de grandeligas haciendo de las suyas. La vinotinto, aunque con fallas, batallando su cupo al mundial…los atletas paralímpicos con destacada actuación en París 2024…pero, lo acontecido con los de mayor edad, sin dudas, es mejor aún. Antier, Julio Barazarte, con apenas 82, presentó “Historia Olímpica de Venezuela”, en el marco de la XV Feria del Libro de Caracas; ayer cumplió 53 años el juego perfecto de Armando Bastardo, quien hoy tiene 75 primaveras. A ello se une el hecho de que hoy cumple 91 años el decano del periodismo deportivo, de la docencia en el baloncesto y de la exitosa dirigencia gremialista y deportiva, don Armando Naranjo. Fecha coincidente con los 78 añitos de William Argüello, otro todo terreno del deporte criollo.
William, fundador de la oficina de Deporte en Venevisión y responsable de la transmisión semanal del icónico programa de Juan Vené “Lo mejor de la semana”. Coordinador de un buen grupo de narradores y comentaristas. Experiencia que venía acumulando desde sus días activos cuando jugó, como figura central, en diversos equipos del ya desaparecido beisbol romántico AA. Y, por si fuera poco, fue esposo de la gran formadora de múltiples generaciones de basqueteros de élite, la profesora Elena Estévez (+), la compañera de gran parte de su vida.
A William le enorgullece que, a través de sus hermanos Belckys y El Negro, su apellido estampó huellas positivas en la consultoría jurídica del IND y de los aspectos logísticos del deporte del extinto Distrito Federal, respectivamente.
Donde hay una rumba relacionada con el deporte, una celebración, una condecoración, un baile o un luto que tenga que ver con el deporte, ahí William dice presente. Es pieza infaltable. Sobre todo en las sobremesas, en el tercer tiempo y en cualquier tiempo extra, siempre que esté aderezado. No tiene zona de strike. Le hace swing a cualquier elixir que aparezca en la celebración. Siempre de impecable comportamiento y máxima cordialidad.
Gran amigo, “burrero” esperanzado en pegar seis caballos alguno de estos domingos. Colaborador de muchos periodistas, a quienes, por sus conocimientos, contactos y bagaje en el medio, aporta de manera invaluable y desinteresada.
Por eso y por mucho más, gracias y muchas felicidades, amigo, consejero y datero, William. Que goces de plena salud y a celebrarlo en grande.
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