Con 78 años de historia, los Boston Celtics vivieron algo que no tiene parangón en todo ese tiempo. Al descanso ganaban a los Warriors, 82-38, es decir, por +44, o lo que es lo mismo, por la mayor ventaja en la historia de la franquicia en una primera parte. Los ‘orgullosos verdes’ despedazaron a su rival, lo aniquilaron desde el inicio y les convirtieron un pelele en sus manos. El partido acabó, 140-88, pero Boston se encargó en tan sólo dos cuartos de establecer una abismal diferencia con los de San Francisco. Como si los dos equipos no jugaran en la misma competición.
Boston, que camina con paso firme y ya suma 11 triunfos seguidos, liquidó el partido en un primer tiempo primoroso, perfecto en todos los sentidos. En defensa desencajó el juego rival, lo minimizó. En ataque era un vendaval de acierto que aplastó a un rival menor. Al descanso, entre Jaylen Brown (25) y Jayson Tatum (22) llevaban más puntos que todos los Warriors (38). Al final Brown acabó con 29 puntos y Tatum hizo 27. Además Derrick White aportó 14.
Los Warriors, un alma en pena en el TD Garden, ni siquiera tuvieron a un decente Stephen Curry, desesperado con su 0 de 9 y 2 de 13 para 4 puntos al final de un primer tiempo inolvidable para Boston. Y eso fueron sus números al final de lo que ya es su peor partido en la NBA. En Golden State ningún jugador había llegado a 10 puntos al descanso. Y el primero en hacerlo fue Moses Moody que se quedó en esos 11. Luego llegaron Robinson (10) y Quiñones (17).
Los Celtics acabaron con un 51,0% de acierto en los tiros de tres, con 25 de 49 y un 55,2% en tiros de campo, 53 de 96. Los Warriors sin competir en ningún momento, hicieron un 17,1% en triples, 7 de 41 y un 39,1% en tiros de campo, 36-92.
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