Rumores en torno al futuro de unos Mavericks que necesitan cambiar una situación ahora mismo muy mala. En Salt Lake City sueñan con Doncic.
Ahora, tocan rumores complicados en Dallas Mavericks. Así son las cosas después de una temporada nefasta. El curso pasado el equipo estuvo muy por encima de lo previsto: 52 victorias y viaje a la final de la Conferencia Oeste. Así que siguió un verano en el que todo era optimismo y búsqueda de formas para dar el gran paso adelante, el que convirtiera a los Mavs definitivamente en aspirantes al ritmo de su jugador franquicia, Luka Doncic. Pero la realidad fue muy distinta, cruel. Solo 38 victorias, catorce menos, y fuera de playoffs sin jugar ni siquiera la repesca del play in. Y eso después del all in para hacerse, a mitad de temporada, con Kyrie Irving.
Así que sí, ahora es momento de debates sobre un futuro mucho menos prometedor. Cómo de posible es que Jason Kidd sea el entrenador que cambie esta inercia, qué tiene que hacer Doncic, camino de los 25 años, que no haya hecho hasta ahora. Y, sobre todo, qué tiene que hacer la franquicia para darle un proyecto de verdad ganador, con polvo de estrellas y posibilidad de luchar todas las temporadas por llegar lejos en playoffs. Y, en lo personal, capaz de ayudar a que el esloveno esté en unas cuentas para el MVP de las que se cayó estrepitosamente según avanzó este annus horribilis en Texas.
En agosto de 2021, Doncic firmó la extensión máxima de su contrato rookie, que entró en vigor esta temporada: cinco años y 207 millones de dólares. Acaba de cobrar 37 millones y tiene asegurados para las cuatro próximas 40, 43, 45,9 y 48,9. Aunque esta última cantidad, la del curso 2026-27, depende de una player option que permitirá al jugador ser, si lo prefiere, agente libre en el verano de 2026. Pese a esa seguridad contractual para las dos partes, es un secreto a voces que la próxima temporada se considera clave: si los Mavs no ofrecen algo mejor, si no enderezan el rumbo y enseñan mimbres de algo importante de verdad, muchos creen que la relación con Doncic empezará a tensarse de verdad. Otras estrellas, ya se sabe, han presionado y buscado traspasos a otros destinos pese a estar en medio de contratos gigantescos. Nada garantiza nada en la NBA. Solo ganar.
John Hollinger, de The Athletic y antiguo ejecutivo de la NBA con Memphis Grizzlies, no solo acepta que el próximo verano puede haber ruido con Doncic si la temporada no es mucho mejor en los Mavs, sino que pone nombre y apellidos a un equipo que ya está muy pendiente de la situación, Utah Jazz: “Mis espías en la Liga me dicen que Utah Jazz, en particular, tiene la mirada puesta con mucha atención en la situación de Doncic. Y no parece haber nadie que pueda llegar a lo que pueden ofrecer, ni siquiera si Brooklyn Nets decide tirar la casa por la ventana y ofrecer las cuatro primeras que sacaron a los Suns por Durant, la que tienen de los Sixers y los jugadores que hagan falta para igualar salarios con la única excepción de Mikal Bridges”.
Los Jazz empezaron con muy buen pie su reconstrucción tras la salida de Donovan Mitchell y Rudy Gobert y firmaron una brillante temporada (37 victorias, de más a menos) con un entrenador muy joven (Will Hardy, 35 años) y un nuevo núcleo liderado por Lauri Markkanen (elegido Jugador Más Mejorado) y los rookies Walker Kessler y Ochai Abgaji. Al desmontar el equipo anterior (sobre todo Mitchell y Gobert pero también Ingles, O’Neale, Bogdanovic…) los Jazz tienen un envidiable material para meterse en operaciones de mercado tan complejas como quieran: hasta 2029 cuentan con 15 primeras rondas sin protección o muy poco protegidas, pueden llegar a 60 millones de espacio salarial y cuenta con jóvenes como Markkanen, Kessler, Agbaji, Collin Sexton…
Los Mavs tendrán que moverse. Kyrie Irving será agente libres pero en Dallas quieren que siga y su mercado parece ahora mismo bajo mínimos. El pívot Christian Wood no seguirá salvo sorpresa mayúscula después de una temporada frustrante y los rumores hablan de nombres como Khris Middleton, Deandre Ayton… Es lo que toca, claro, cuando la temporada ha sido un perfecto disparate para un equipo llamado a estar jugando todavía, pero que lleva ya demasiadas semanas de vacaciones.
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El Pepazo/Marca
