En el baloncesto muchos gurús de los banquillos, sobre todo en Europa, argumentan que la mejor defensa es un buen ataque. Pero en la NBA, sobre todo en temporada regular, este dicho salta por los aires cada noche con anotaciones que superan ampliamente los 100 puntos. Pero no siempre es así, y los Knicks se han convertido en abanderados de los que preconizan que una buena defensa también gana partidos. Y la suya está siendo excepcional.

Volvieron a demostrarlo en su último partido reduciendo a cenizas a los Sixers (106-79) con una intensidad superlativa, hasta asfixiante por momentos de los chicos de Tom Thibodeau, que cuando se ponen muerden atrás. No en vano en sus últimos tres partidos, en apenas cuatro días, se han tirado a la yugular de sus oponentes dejándolos en menos de 80 puntos, algo que no lograban en tres encuentros seguidos en los últimos 23 años, desde la 2000-2001. La última vez que lo lograron el padre de Jalen Brunson jugaba en los Knicks, Ya ha llovido desde entonces.

Su velocidad fue definitiva, se movían más rápido que nosotros. Y también su físico, fue una gran diferencia en ambos lados

Nick Nurse (Entrenador de los Sixers)

La energía y la rapidez de los de Thibodeau quedó de manifiesto en la estadística con datos tan reseñables como que firmaron más asistencias (32) que tiros anotados de los Sixers (30). Oubre jr (19+6), Maxey (17) y Reed (14+8) apenas hicieron mella en el granítico entramado defensivo de los Knicks. «Su velocidad fue definitiva, se movían más rápido que nosotros. Y también su físico, fue una gran diferencia en ambos lados», admitió Nick Nurse, entrenador de los Sixers, que sólo anotaron 14 puntos en el primer cuarto.

Tatum mantiene a los imparables Celtics pese a las bajas

Los Celtics refrendaron su liderato en la NBA (51-14) sometiendo a los Jazz (107-125), que plantaron cara hasta el tercer cuarto, en el que los de Mazulla anotaron 20 puntos seguidos para echar el cierre al partido con un gran Jayson Tatum (38+6), que tiró del carro ante las ausencias de los lesionados Jaylen Brown (espalda), Kristaps Porzingis (tendón de la corva) y Al Horford (dedo del pie). Pero Boston está tan lanzado que poco le importan las ausencias.

La ley de los promedios: juegas tantos partidos que no serás perfecto todas las noches. Tienes que seguir adelante y confiar en que tendrás más días buenos que malos

Jayson Tatum (jugador de los Celtics)

«Ganamos esa batalla en los tableros y lo necesitábamos», dijo Joe Mazulla, entrenador de Boston, que ante tantas ausencias contó con la inestimable colaboración de White (24+6+3), Hauser (14+5) y Kornet (15+5+8) ante unos Jazz que echaron de menos a Lauri Markkanen y tuvieron en George (26), Sexton (20+7+5) y Clarkson (21) a sus mejores jugadores.

Los Rockets muestran cómo se para al gigante Wembanyama

Los Rockets se impusieron en San Antonio (101-103) demostrando cómo se puede parar al gigante Victor Wembanyama, una de las grandes sensaciones de la NBA. Ime Udoka sabia que el gran peligro de los Spurs era el rookie francés y utilizó todo el partido defensas dobles y hasta triples contra él.

Cada noche es un desafío, pero los Rockets son un equipo muy agresivo en defensa, esto es lo más difícil

Victor Wembanyama (Jugador de los Spurs)

Y eso que los Rockets no pudieron contar con el lesionado Alperen Sengun, que venía de firmar 45+16 y 5 tapones. Pero dio igual, la tela de araña que su equipo tejió en torno a Wembanyama neutralizó por completo al gigante, que acabó con 13 puntos (5/12 tc y 2/7 t3), 10 rebotes y 6 asistencias. «El aspecto físico, la energía», dijo el francés sobre las dificultades que encontró en ataque. «Cada noche es un desafío, pero los Rockets son un equipo muy agresivo en defensa, esto es lo más difícil».