Sería injusto para los Lakers decir que hubo sexto partido ante los Grizzlies (125-85). Pasaron por encima, como un huracán, desde el inicio. D’Angelo tomó la batuta del ataque y Anthony Davis la de la defensa. 10 puntos, 10 rebotes y tres tapones de la ‘Ceja’ al descanso, el primer laker en esos registros en Playoffs desde Pau Gasol ante los Nuggets en 2012. En el aro mandó él, cortando una fuente de muchos puntos de Memphis durante la serie. ‘Dlo’ fue el metrónomo, tanto para finalizar como para lanzar la transición que LeBron se encargó de liderar. Un partido de manual.

Que reventaría tras el descanso (59-42). Los Lakers se sacaron un parcial de 15-5, en el que Russell aportó dos triples de ‘catch and shoot’, un buen tiro de media distancia, otro triple de Vanderbilt y una transición de Reaves. Los Grizzlies se apagaron por completo, ante un equipo oro y púrpura que supo correr, pero también finalizar con pase extra y cerrar su propio aro.

Luchar por un anillo son palabras mayores. En el debe necesitan un poco más de LeBron cara al aro, aunque en la serie supo desencadenarse cuando era necesario. Pero existe defensa, los secundarios tienen nivel élite y en Los Ángeles respiran optimismo. Nuevos tiempos para un equipo resucitado. Cuidado con los Lakers.