Manuel Paredes
En el conflicto de Gaza, el régimen sionista ha venido perdiendo la opinión pública mundial con su arremetida brutal en contra del pueblo palestino, del cual se considera que se han producido 36 mil asesinados por el ejército israelí, en particular de civiles a los cuales protege el derecho internacional humanitario en caso de conflictos belicos.
De nada han valido las condenas y el llamado de alto al fuego en la ONU, en la Union Europea y de los mismos Estados Unidos para permitir la entrada de ayuda humanitaria, de comida, de alimentos. En especial en Rafah, población que antes de la guerra tenían 300 mil habitantes y hoy producto del desplazamiento se encuentran un millón de gazaties, sin electricidad, agua, además de la precariedad de los servicios públicos destruidos.
Ademas el paso hacia Egipto fue cerrado por Israel evitando el ingreso de alimentos y medicinas. Estas acciones llevaron al fiscal de la Corte Internacional de Justicia, instancia de la ONU a solicitar la orden de detención a
Netanyahu por crímenes de guerra por la evidencia de sus acciones genocidas.
De igual manera esta Corte ordeno a Israel que detenga su ofensiva militar en Rafah y abra el cruce de esa ciudad del sur de Gaza con Egipto para permitir el ingrreso de ayuda humanitaria, considerando que las acciones de Israel conlleva al exterminio en esta región.
Es indudable que esta corte no tiene la posibilidad de poder detener la guerra pero es evidente que existiendo tratados internacionales en materia de derechos humanos y de derechos humanitarios es deber de los países
firmantes acatarlos, pero queda Israel como país violador de los mismos.
Asimismo, esta conducta ha llevado a un rechazo mundial y aislamiento cada vez mas, prueba de ello han sido las manifestaciones de los estudiantes en la mayoría de los universidades norteamericanas que han exigido la creacion de un Estado palestino y cese al genocidio de Israel.
Otra prueba de este aislamiento es el reconocimiento del Estado Palestino por parte de España, Noruega e Irlanda, lo que implica que cada vez se hace necesario llegar a un acuerdo para que existan dos Estados independientes sin sometimiento de su soberanía tal como ocurre actualmente con los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania.
La narrativa de Israel que todos los palestinos son terroristas y por ello hay que eliminarlos ya no convence puesto que existe como derecho internacional la autodeterminación de los pueblos. Además que hoy Israel ha pasado de ser victima del holocausto a ser un victimario con sus acciones al convertirse en un Estado que ocupa por la fuerza territorios que no le pertenecen producto de la resolución de la Naciones Unidas de 1947, además de los posteriores acuerdos como el de Camp David, que permitieron además el reconocimiento de Israel como Estado por parte de naciones árabes como Egipto y Jordania.
Por tanto, es evidente el repudio que en estos momentos los sectores democráticos y progresistas en el mundo contra el genocidio cometido por Israel, no se trata de un tema de antisemitismo ni odio contra el pueblo de
Israel sino contra el sionismo que dirige este Estado, que han querido mantener una narrativa que todo el que se oponga o tome medidas como los de la Corte Internacional de Justicia es antisemita.
Hoy es necesaria la solidaridad con el pueblo palestino y la exigencia de un Estado de pleno derecho en la ONU para cumplir con las resoluciones que ha emitido este organismo mundial y terminar con esta agresión inhumana y atroz.
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