Un padre preso por estafa, el fan que casi mata a Reagan y una doble especial para los desnudos en “Taxi Driver”. A los 60 años, la ganadora de dos premios Oscar no planea retirarse de la actuación y de la dirección, pese a que su estilo de vida está muy alejado de Hollywood
Cuando la mayoría de la gente piensa en Jodie Foster, recuerda a Clarice Starling en “El silencio de los inocentes” o en Iris, un duro papel de una prostituta menor de edad en “Taxi Driver” junto a Robert DeNiro. Y también en sus trabajos como directora. Ha ganado dos premios Oscar y Hollywood la considera una de las mejores actrices de su generación.
Poco a poco fue escalando en el mundo cinematográfico hasta convertirse en una de las intérpretes mejor pagadas de la industria. Su tesón ha tenido su recompensa y no tiene planes de abandonar su trabajo como actriz o detrás de cámara.
Forster estaba predestinada a ser una niña prodigio. Con tres años ya sabía leer y protagonizaba anuncios televisivos y a los 12 años protagonizó la película de Scorsese, que le valió su primera nominación de la Academia de Hollywood. Para el papel se postularon jóvenes actrices como Bo Derek, Rosana Arquette o Michelle Pfeiffer.
A pesar que la actriz tenía una edad similar al personaje que interpretaba no podía participar en escenas de desnudos, por lo que se buscó a una doble mayor de edad. La elegida fue su hermana Connie Foster, quien por entonces tenía 19 años, que no solo participó en escenas sexuales, si no también para cualquier escena en la que hubiera un diálogo considerado para adultos. Connie también reemplazó a su famosa hermana en “La muchacha del sendero”.
En breve se estrenará su último papel como protagonista en la cuarta temporada de la aclamada miniserie de HBO, “True Detective: Night Country”. Su compañera será la actriz y campeona mundial de boxeo Kali Reis como la detective Evangeline Navarro.
Un fan obsesionado por llamar su atención
Uno de los momentos más terribles de su vida ocurrió cuando un fan perturbado llamado John W. Hinckley empezó a enviarle notas amenazantes. Fue el mismo hombre que intentó asesinar al entonces presidente estadounidense Ronald Reagan a las puertas de un hotel de Washington con el único fin de impresionar a la intérprete.
El 30 de marzo de 1981, Hinckley llevó a cabo el tiroteo frente al Washington Hilton frente a las cámaras de televisión mientras el presidente caminaba hacia su auto. Más tarde dijo que estaba motivado por una obsesión de tratar de impresionar a Foster.
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Hinckley -que tenía 25 años en el momento del atentado-intentó cometer un magnicidio para deslumbrar a la intérprete encandilado por su belleza desde que la había visto en “Taxi Driver”, la película dirigida por Martin Scorcese, que la joven actriz había protagonizado junto a Robert De Niro.
El fan obsesionado comenzó a perseguir a Foster en 1981 cuando tenía 18 años: le escribió cartas, la llamó por teléfono, llegó a matricularse en un curso de escritura de la Universidad de Yale en 1980 cuando supo, por la revista People que la actriz estudiaba allí.
Una de las cartas de Hinckley a Foster decía: “Un día tu y yo ocuparemos al Casa Blanca”. Foster, que le hizo saber a Hinckley que no tenía el mínimo interés, entregó toda aquella loca correspondencia al decano de Yale, que la pasó a la policía, que intentó dar con Hinckley, sin éxito.
Escondido entre la multitud que esperaba ver salir al presidente después de un almuerzo, Hinckley disparó seis veces cuando Reagan saludó a la gente. El asesino usó un revolver calibre 22, cargado con balas de azida de plomo, un compuesto inorgánico usado en detonadores para iniciar explosiones secundarias: la idea era que esos proyectiles causaran el mayor daño posible.
Jerry Parr, el hombre que le salvó la vida a Reagan, se convirtió en un héroe nacional. En su autobiografía escribió que aquel había sido el mejor y el peor día de su vida. Se retiró en 1985 y Ronald Reagan le dio el adiós en el Salón Oval de la Casa Blanca.
Hinckley fue declarado no culpable por demencia y pasó 35 años de reclusión en el hospital psiquiátrico St. Elizabeths en Washington. En junio de este año, un juez le concedió la libertad incondicional. Durante una entrevista con CBS, el ex convicto se disculpó públicamente con las familias de las víctimas del tiroteo: el secretario de prensa James Brady, que resultó gravemente herido, el agente del Servicio Secreto Tim McCarthy y el oficial de policía Thomas Delahanty y “con Jodie Foster por meterla en esto”.
“Siento verdadero remordimiento por lo que hice”, dijo Hinckley. “Sé que las víctimas no puedan perdonarme ahora, pero solo quiero que sepan que lamento lo que hice”.
Hinckley, ahora de 67 años, se convirtió un cantante. “No conozco a nadie más que ciertamente haya tenido una vida como la mía”, dijo. “Quiero decir, lo que le digo a la gente ahora, si quieres conocer a John Hinckley, escucha sus canciones”.
Después de años de silencio, Foster habló sobre el violento episodio. En una entrevista con el programa 60 Minutos de CBS, dijo que se sentía culpable por el incidente ya que uno de los miembros del personal de seguridad quedó parapléjico y con serias dificultades para hablar. “Mi vida cambió pero nada comparado con el oficial de seguridad Jim Brady”.
En 2021 en conversación con Mac Maron, la actriz aseguró: “Fue un momento extraño en la historia. Fue un momento extraño para mí, personalmente”. Al final, sin embargo, Foster dijo que su capacidad para distanciarse del hecho fue gracias a un consejo de su madre.
“Trascendí hábilmente”, dijo Foster. “Mi mamá había sido publicista, y tenía muy claro que debía hacer para no ser conocida solo como la persona involucrada en el tiroteo del presidente. Ella me dijo: ‘Si quieres tener una carrera que no se trate de esto, entonces nunca vas a hablar de eso’ Harás lo que tengas que hacer por el caso judicial, y eso es todo”.
Forster decidió hablar en ese momento por única vez. “Lo que hice fue escribir un artículo al respecto para la revista Esquire y eso fue todo. Había escrito lo que tenía que escribir al respecto y no había nada más que decir al respecto”, recordó durante la entrevista.
Un padre que terminó preso por robarle a ancianos
La actriz tuvo una relación difícil con su padre Lucius Fisher Foster III, un piloto de combate de la Segunda Guerra Mundial, quien dejó a su madre Evelyn antes de que ella naciera. Sin un centavo, Lucius murió el 8 de octubre de 2016 a los 94 años. Falleció en su apartamento de una habitación en Los Ángeles, muy cerca de la mansión de USD 15 millones de su famosa hija.
En 2011, a los 89 años, Lucius apareció en los titulares por estafar por USD 100.000 a personas pobres y ancianas por depósitos en casas que nunca existieron. Fue condenado a siete años de prisión y cumplió dos.
Después de su liberación en 2013, habló con Inside Edition y dijo que había estado alejado de su hija durante más de 15 años y se quejó de que vivía con solo USD 166 a la semana.
La actriz nunca lo perdonó y se negó a tener un encuentro con su padre antes de su muerte.
La madre de la actriz, Evelyn, sufre demencia desde 2013 y fue la protagonista de los Globos de Oro cuando Jodie subió al escenario para recibir un premio por su trayectoria. “Mamá, sé que estás dentro de esos ojos azules en alguna parte y que hay tantas cosas que no entenderás esta noche. Pero este es el único importante: te amo, te amo, te amo”.
Lucius había afirmado previamente que se divorció de Evelyn porque era lesbiana y que se juntaron nuevamente solo para que ella pudiera tener otro hijo, y fue entonces cuando concibió a Jodie, cuyo verdadero nombre es Alice.
Pero Lucius apenas tuvo participación en su infancia, con Evelyn criando a los niños junto a su pareja gay, según la autobiografía de Buddy, “Foster Child”, que se publicó en 1997. “Crecí con dos madres”, dijo el hermano de la actriz. “Tenía a mi tía Jo y mi madre”.
El libro provocó una gran ruptura con su famoso hermana, quien dijo en ese momento que era un “conocido lejano” motivado por la codicia.
“Hace miles de años que salí del clóset”
Firme defensora de su privacidad, en la meca del cine era un secreto a voces que Jodie Foster era lesbiana, pero ella hacía oídos sordos. Sin embargo, sorprendió a todos tras recoger el premio Cecil B. DeMille a toda su carrera en la gala de los Globos de Oro en 2013.
La ganadora de un Oscar, que ha sido renuente a hablar de su orientación sexual, fue algo tímida al principio, cuando insinuó que tenía un anuncio importante que pondría nerviosa a su publicista.
“Sólo lo voy a soltar, fuerte y con orgullo… Soy soltera”, dijo Foster, haciendo una pausa.
“Espero que no estén decepcionados, porque no va a haber un gran discurso de mi salida de clóset. Realmente salí del armario hace miles de años, en la edad de piedra”, dijo la actriz ante los cientos de famosos que la miraban con atención. “Estoy tan orgullosa de nuestra familia moderna”, añadió.
Y en cuanto a que por qué escogió este momento para hacer su anuncio, expresó: “Es un gran momento. Quería decir lo que estaba en mi corazón”.
Además, bromeó que hoy en día se espera que las celebridades revelen su homosexualidad “con una conferencia de prensa, un perfume y un reality show en horario estelar”.
Durante su discurso agradeció efusivamente a su ex pareja, la productora Cydney Bernard, las dos décadas que habían pasado juntas y los dos hijos que tuvieron, Charles y Kit.
La maternidad cambió por completo su orden de prioridades. Eligió con cuidado sus papeles porque quería disfrutar el máximo tiempo posible de sus niños.
En la actualidad está casada con la fotógrafa Alexandra Hedison, cuyas obras puede alcanzar hasta los 16.000 dólares en las galerías de arte. Se conocieron en un foro tecnológico en 2013 y al año siguiente se casaron en una ceremonia privada. Ambas aparecieron en pijama cuando Foster ganó el Globo de Oro a la mejor actriz de reparto por “The Mauritanian”.
Foster ya tiene más de 90 créditos combinados de actuación y dirección a su nombre, y no se detendrá en el corto plazo. “Estoy bastante centrada en el detrás de escena ahora”, dijo. “A veces hago más películas como directora y a veces más como actriz. Estoy segura de que actuaré hasta que tenga 70 u 80 años. De hecho, estoy muy emocionado por eso”.
Foster insiste que todavía puede progresar. Aunque ha trabajado de manera constante en la industria durante casi cinco décadas, la veterana de Hollywood todavía se considera algo nueva en el cine. “Siempre he estado en dos partes diferentes del negocio y, como actriz, he hecho muchas más películas y he tenido muchos logros”, afirmó. “Como directora, sigo buscando y todavía tengo mucho más que aprender”.
El Pepazo/Infobae