Cianuro de hidrógeno, amoníaco, alquitrán… conoce. La nicotina es el tóxico del tabaco más conocido pero no es el único. Es importante saber que existen otros componentes igual de agresivos que este. Desde la Asociación Española Contra el Cáncer nos explican cuáles son y cómo afectan a la salud.
Joanna Guillén Valera
La nicotina es el componente del tabaco más conocido pero no es el único. Es cierto que este tóxico es el más adictivo. De hecho, es la droga causante de la adicción que crea el consumo de tabaco, pero hay otros sumamente dañinos. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), el consumo de tabaco supone la introducción al organismo, a través de los pulmones, de más de 4.000 sustancias tóxicas como sustancias oxidantes, alquitranes, nitrosaminas y monóxido de carbono.
En cuanto a la nicotina, tal y como indican a CuídatePlus desde la Asociación Española Contra el Cáncer, cuando se fuma, “esta sustancia se absorbe muy rápidamente, tanto en la mucosa de la boca, como en los pulmones; desde donde pasa al aparato circulatorio distribuyéndose por todo el organismo”. Expertos en Neumología y autores del documento Preguntas y respuestas sobre el tabaquismo, señalan que “a pesar de ser una sustancia legal, es una droga con mayor poder adictivo que otras drogas ilícitas (heroína, cocaína, etc.)”.
Su acción es tán rápida que en tan solo 7 segundos llega al cerebro para producir un efecto placentero y gratificante para el fumador. Si el fumador sigue fumando, 20 segundos después de la primera calada, el efecto llega a otras zonas del cuerpo y se convierte en la droga que más rápido llega al sistema nervioso.
Otro factor que está muy relacionado con la dependencia en el fumador es el componente gestual. Un fumador que fuma un paquete diario realiza unas 70.000 inhalaciones al año por lo que desarrolla movimientos automatizados que, en muchas ocasiones, le llevan a fumar de forma inconsciente.
Además, también hay una dependencia psicológica o conductual ya que, en general, el fumador suele relacionar el control del estrés o de los estados de ánimo con el consumo de tabaco. El tabaco “ayuda” a afrontar diversas emociones o situaciones y esto hace que sea todavía más dependiente de este tóxico.
Los daños del tabaco, más allá de la adicción
Pero no sólo tiene una acción adictiva. Este tóxico, tal y como señalan los expertos de la AECC, también puede producir:
- Incremento de la tensión arterial.
- Incremento de la frecuencia cardiaca (taquicardia).
- Incremento de la glucemia (azúcar en sangre).
- Incremento del movimiento intestinal.
Las sustancias oxidantes (óxidos de nitrógeno, radicales tóxicos del oxígeno, etc.) son principales causantes de la patología pulmonar asociada al consumo del tabaco: Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), bronquitis crónica, enfisema, infecciones respiratorias de vías altas, neumonías, etc.
Según los expertos del Instituto de Neumología Neumoteknon, “además de cáncer, enfermedades del corazón y enfermedades pulmonares, el tabaco causa pérdida de apetito, olfato y gusto”. En más detalle, desde el punto de vista más estético o físico, el tabaco produce problemas de salud bucodental, pone las uñas amarillas, arruga la piel y acelera la caída del cabello”.
Los alquitranes y las nitrosaminas son responsables de la patología tumoral que con tan frecuencia se asocia al consumo del tabaco: cáncer de pulmón, orofaríngeo, de laringe, de esófago, de páncreas, de vejiga, etc.
El monóxido de carbono es el principal responsable de la patología cardiovascular asociada al consumo de tabaco. Este gas tóxico “se desprende en la combustión del tabaco y del papel de envoltura”, informan desde la AECC. “Se absorbe a través de los pulmones y pasa rápidamente a la sangre sustituyendo al oxígeno”.
Por otro lado, hay que señalar que el cianuro de hidrógeno, el amoníaco o la acetona “son algunas de las sustancias irritantes que componen el tabaco”. Estos compuestos “pueden provocar una excesiva producción de moco que luego es difícil de expulsar, por lo que se precisan fuertes golpes de tos para eliminarlo, que, poco a poco, van dificultando la respiración”.
Es importante señalar que estas sustancias son las responsables de las patologías respiratorias (no cancerosas) relacionadas con el consumo de tabaco.
Algunos de los síntomas que el fumador puede presentar son:
- Tos crónica irritativa, sin causa aparente.
- Expectoración o esputos, cada vez más abundantes.
- Disminución de la capacidad pulmonar.
- Infecciones respiratorias y otorrinolaringológicas recurrentes
- Insuficiencia respiratoria irreversible.
Cáncer y tabaco
En cuanto a la relación entre el tabaco y el cáncer, hay que decir que esta asociación está más que demostrada con numerosos estudios científicos.
“Alquitranes (para asfaltar carreteras), arsénico, formaldehído (conservante de órganos), polonio 210 (radioactivo), cadmio o níquel (componentes de baterías) son algunas de las sustancias cancerígenas que también encontramos en el tabaco”, señalan desde la AECC. El tabaco es el causante de más del 80% de casos de cáncer de pulmón y laringe, pero también de entre el 30% y el 50% de casos de cáncer de vejiga, orofaringe, esófago o boca.
Este contenido cue con la colaboración de la Asociación Española Contra el Cáncer.
El Pepazo/Marca/Cuídate