«Eran entre una y dos de la tarde. En el sitio donde nos tenían se escuchaban ruidos, siempre era así y como nos custodiaban, nosotros nos manteníamos tranquilos sin hacer nada, más que para hacer alguna necesidad. Pero los ruidos fueron más seguidos, cuando de pronto tumbaron la puerta y la ventana al mismo tiempo. Yo no entendía, mami, lo que pasaba, tenía mucho miedo, unos hombres armados me agarraron y me sacaron, bueno a todos. Mami, el rescate fue como en las películas». narra la señora Chourio que le dijo Marián. Los rescatados se encuentran en Durango donde les toman declaraciones en Fiscalía y los someten a examenes médicos.
Hebert Colina M.
Aún con el miedo que le helaba la sangre y la impresión de todo lo que resultó estar cautiva durante 12 días, Marián Cristina Soto Chourio consiguió su libertad, gracias a una operación de las autoridades mexicanas que la rescataron sana y salva junto a su amiga Andrea Paola Alaña Cuartín y más de 100 migrantes víctimas también.
«Mamí, el rescate fue como en las películas», narra Nery Chourio que fue lo primero que le dijo su hija Marián Cristina, pasadas las 4:00 de la tarde cuando le comunicó que habían sido liberadas.
Entonces, como por arte de magia, de la angustia, la desesperación, y la tisteza, la familia y también las jóvenes secuestradas pasaron a otro estadio, al de la alegría, la esperanza y entre sollozos agradecieron al Señor Dios por una nueva oportunidad de vida.
Marián Cristina y Andrea Paola habían sido secuestradas el pasado 5 de mayo cuando a bordo del trén «La Bestia», camino a El Paso, Estados Unidos, fueron abordadas por unos hombres que bajo amanazas se las llevaron con rumbo desconocido.
Luego, los secuestradores, coyotes con acento mexicano, se comunicaron con las familas de ambas jóvenes y bajo amenazas les hicieron fuertes peticiones: 4.500 dólares por cada una para liberarlas, so pena de hacerles daño.
Esto hizo que tanto familia como amigos y gente solidaria hicieran todo lo posible para recopilar el dinero y así poder pagar para que fueran liberadas lo antes posible, lo que finalmente ocurrió este viernes 17.
Una torura
Marían siempre le manifestó a su madre que sus captores la trataban bien y la alimentaban y le permitían comunicarse, a pesar de que en principio estuvieron fuertes y las amenazaban.
Cuenta Chourio que Marián y a Andrea las mantuvieron junto a muchas personas de otras nacionalidades también secuestradas y fuertemente custodiadas, sin sus pertenencias, pues los bolsos estaban aparte y no les permitían tenerlos encima, no entiende por qué.
«Fueron días de tortura, de pesadillas lo que estaba viviendo mi niña y nosotros», dice la señora Nery entre sollozos.
Ya habían cancelado una suma considerable, endeudados y agotados, física y mentalmente por todas las diligencias realizadas para lograr reunir el dinero y pagar lo antes posible, pues les habían extendido el plazo varias veces.
«No entendía, mami»
Cuenta Nery Chourio que dentro de lo poco que pudo hablar con su hija, constató que se encontraba en buen estado y feliz por lo ocurrido, aunque lloraba mucho.
Entonces le contó ràpidamente cómo fueron rescatadas.
«Eran entre una y dos de la tarde. En el sitio donde nos tenían se escuchaban ruidos, siempre era así y como nos custodiaban, nosotros nos manteníamos tranquilos sin hacer nada, más que para hacer alguna necesidad», narra la señora Chourio que le dijo Marián.
«Pero los ruidos fueron más seguidos, cuando de pronto tumbaron la puerta y la ventana al mismo tiempo. Yo no entendía, mami, lo que pasaba, tenía mucho miedo, unos hombres armados me agarraron y me sacaron, bueno a todos. Mami, el rescate fue como en las películas».
En medio de la situación, las autoridades actuantes comenzaron a desalojar a todos los cautivos, a cada uno con sus bolsos, pero al final se dieron cuenta, porque no tenían bolsos, que los custodios o secuestradores intentaron hacerse pasar por secuestrados, es decir, la falta de bolsos para ellos los delató y fueron detenidos.
«Ví que un custodio estaba en la fila junto a mí, pero le dije a uno de las autoridades que no era secuestrado, sino custodio, y lo apartaron de nosotros», dijo Marián a su mamá.
De inmediato, los montaron en un camión a todos, más de 100 personas secuestradas y los llevaron a hacerles examenes médicos y después a la fiscalía en la ciudad de Durango, México, donde aún se encuentran declarando.
«Ya despertamos de esta situación horrible, Dios escuchó nuestras oraciones y envió a ese ejército liberador. Gracias Señor», manifiesta llorando Nery Chourio.
El otro proceso
Nery Chourio espera que su hija Marián la llame de nuevo en el día para hablar con mayor calma, pero se encuentra bien y Andrea Paola tambien, están juntas y aún declarando en la fiscalía en Durango donde le realizan muchas preguntas.
No sabe si hubo muertos, evidentemente muchos detenidos que mantenían a más de 100 personas secuestradas y sometidas bajo amenazas, pero a Dios gracias les llegó la libertad.
Desconoce qué piensa su hija, si va a regresar a Maracaibo, tampoco sabe si Andrea lo hará o si, por el contrario, continuarán en su empeño de llegar a Estados Unidos a cumplir su sueño americano y trabajar para ayudar a la familia y tratar de olvidar toda esa tortura que atravesó durante doce días en los que no durmieron bien y siempre temerosas de morir.
Afortunadamente, estas jóvenes zulianas y esas más de 100 personas migrantes que van en busca del «American Dream» lo podrán contar a sus familias, pero hay otros que no contaron con esa misma suerte y están, o bajo tierra en muchos en cementerios y otros ni se sabe.
Así es el sueño americano, peligros, sufrimiento y hasta el riesgo de morir en el intento, lo peor del caso es que cada vez más cientos de venezolanos y latinoamericanos inician esa travesía mortal…
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