La acusada fue puesta en libertad luego de que se determinara que el acto fue en defensa propia.
Quemar con atole -bebida producto de la cocción dulce de maíz en agua- hirviendo a su bebé fue lo último que hizo Francisco Ventura Tiño para lastimar a María del Carmen Chay, una mujer guatemalteca que, durante muchos años, tuvo que soportar todo tipo de abuso físico, sexual, psicológico y económico por parte de quien fuese su esposo.
Los hechos tuvieron lugar el pasado 12 de octubre, cuando Francisco Ventura comenzó a hostigar a María del Carmen, quien se encontraba, como de costumbre, trabajando en un puesto de elotes que tiene en la Plaza Barrios, ubicada en la capital del país centroamericano.
Un cuchillo que, minutos antes, estaba siendo utilizado por Chay para cortar limones, terminó convirtiéndose en el arma protagonista de un acto que, para este momento, ha sido justificado por las autoridades bajo el derecho de legítima defensa.
Todo parece indicar que la mujer tomó el filoso objeto y, en defensa propia, infringió dos heridas mortales a su conviviente. El hombre, quien recibió cortes en el tórax y el cuello, murió a causa de las lesiones; mientras que María del Carmen fue acusada del parricidio de su esposo y detenida por las autoridades policiales, de acuerdo con el diario centroamericano ‘El Siglo de Torreón’.
El Colectivo Artesana que, entre otras cosas, aboga por los derechos de los niños y las mujeres, brindó acompañamiento durante el proceso legal que enfrentó la acusada antes de ser puesta en libertad por considerarse que había actuado amparada bajo el derecho de legítima defensa -por medio del cual se exime de responsabilidad al autor de una conducta penalmente sancionada-. Según el diario guatemalteco ‘LaHora.gt’, el caso fue cerrado por falta de mérito con enfoque de género.
Durante el juicio que llevó a cabo el Juzgado Sexto se pudo conocer, gracias a la defensa de la acusada, que María del Carmen era la columna vertebral de la economía familiar, pues según lo expuesto por la abogada era “la única que trabajaba para sostener el hogar y alimentar a sus hijos, el señor le quitaba el dinero de su venta para tomar bebidas alcohólicas”.
Por la gravedad de las lesiones, el bebé de María del Carmen tuvo que ser hospitalizado por más de 13 días y, actualmente, se encuentra en proceso de recuperación junto a su madre quien, después de batallar más de cinco años con una relación tortuosa, tomó una radical y, para algunos, justificada decisión: matar a su esposo.
El Pepazo/El Tiempo