Luka Doncic, que fue todo en Europa con el Real Madrid y parece contagiarse de ese ADN blanco hasta las trancas, completó unos Playoffs del Oeste de dominio completo. Le quedaban los Timberwolves, una defensa férrea tejida con ayudas inacabables y dos torres cundiendo el pánico, y Doncic los hizo añicos. En el primer partido mató con un triple, el segundo ya es histórico sobre Rudy Gobert, en el tercero bordeó el recital para saber matarlo y en el quinto completó ‘el gran plan’ con 36 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias y un 64% de efectividad en tiros de campo.
Una exhibición de inicio
Lo que nadie se esperaba, visto lo visto, era que los Mavericks quisiesen reventar el partido desde la salida. Todos habían llegado a la ‘distancia de campeonato’ -término para los últimos asaltos del boxeo-. Pero Doncic tomó otro camino. Apareció con dos triples y dos bandejas, y aunque Anthony Edwards con Mike Conley vivieron su momento, habría contestación. Una media distancia, un triple desde el logo y otro como quién no quiere la cosa. Hasta los 20 puntos al primer cuarto y un 19-35 matador.
Dallas había acelerado. Y el segundo cuarto era igual o mejor. Minnesota se abandonó salvo algún destello de Edwards -con crossover sobre Exum- y Towns, pero los Mavericks llamaron a filas a sus claves. Irving, con una media distancia, Jones Jr. desde la esquina y otro de PJ Washington. Era un equipo desatado en búsqueda de su sueño.
E Irving, con dos maravillas, y Doncic, tras su quinto triple, dejaban la diferencia en territorios propios de un milagro para el que quisiese cambiar la cosa (40-69, 24′). Solo Jokic, Tatum y Murray tienen un partido al descanso en Playoffs tan bestia como el del esloveno… para Luka era su cuarta vez.
Dallas cierra el pase
Y no decepcionaría el final con el billete encargado. Minnesota ganaría los dos últimos cuartos (33-28 y 30-27) pero la diferencia ya era insalvable. De hecho, Dallas llegó a colocarse con 33 de renta (87-54, 31′) tras una racha de Irving desde lejos, cosa que los Wolves enmendaron desde lejos. Y Doncic, por si acaso, se fue al último cuarto con otra jugada de dibujos animados.
Perfecto para encarar un final plácido. Aunque con sello propio. Porque Edwards salió picado, a intentar rascar todo lo posible. Pero Doncic daba desde lejos. E Irving, Robin de este Batman, servía a la perfección a Lively para que todos lleguen decididos a la final. Nada ni nadie pudo con esos Dallas Mavericks (103-124). Campeones del Oeste. Ahora queda la historia.
Doncic e Irving obran el prodigio
Minnesota se quedó, como toda la final de Conferencia, corto. Edwards llegó a un buen 28+9+6 y Towns a 28+12. Pero ningún otro jugador pasó de 10 puntos anotados. Su ejercicio coral que había tumbado al campeón defensor Jokic recibió un golpe completo del jugador que viene a arrasar con todo. Luka Doncic completó su destino. Ahora solo falta la pieza de joyería.
El Pepazo/Marca