Hebert Colina M.
En eso coinciden todos: la Misión Sonrisa en el Zulia es puro amor del bueno…
Y quien lo ponga en duda, puede ir a sus instalaciones, allí enclavado detrás del Hospital Universitario, frente al edificio del antiguo FRER (Frente Revolucionario de Estudiantes Residentes) donde disfrutará encantado de las atenciones que se brinda a todo el que asista a consultarse cualquier patología dental y hasta prótesis si es que las necesita.
Y es que desde que usted llega, se siente el buen karma, la buena vibra, percibe de inmediato que lo atienden de verdad, desde una revisión, extracciones, rehabilitaciones, y hasta prótesis dentales para mejorar su sonrisa y su aspecto físico que es la mejor presentación.
Está dirigido por la doctora Luzmely Caldera, asistida por Marlene Bracho, dos grandes ligas de la odontología respaldadas por un gran y excelente equipo de profesionales que hacen mucho más soportable y digerible la atención odontológica, esa que a muchos aterra sobremanera.
El apoyo que han recibido del Ministerio del Poder Popular para la Salud con la dotación de insumos a través de la Autoridad Única en Salud Zulia, que dirige el doctor José Miguel Medina, habla de que este equipo de buena gente tiene un compromiso muy serio y firme con el pueblo para brindarle salud y las mejores condiciones para recibirla y de que hay un gobierno nacional dispuesto a garantizarles ese derecho.
Para que den cuenta de la eficiencia y eficacia de esta Misión Sonrisa, se atienen entre 30 y 40 pacientes diarios, una labor encomiable que habla por sí sola del excelente desempeño de todos los que de alguna u otra manera trabaja en esa sede del Hospital Universitario, desde mantenimiento hasta la dirección.
«He vuelto a sonreir»: Esteban Ángel y su prótesis
Muy contento y casi que bailando en sólo pié estaba el señor Esteban Ángel Portillo, un humilde trabajador del comercio informal en el Mercado Mercamara y quien tuvo problemas con sus piezas dentales, hasta el punto de perderla.
A Don Esteban lo atendieron por meses como un Rey, le hicieron todo lo necesario para restituirle su capacidad de masticar de nuevo y como debe ser los alimentos, para más allá, le devolvieron la posibilidad de sonreir hasta morderse las orejas.
«Hoy disfruto de esta prótesis, gracias a la Misión Sonrisa, a todos los doctores de aquí que me atendieron, al Gobierno Nacional y a Dios, hoy he vuelto a sonreír», dijo Don Esteban mientras sonreía, precisamente y mostraba su nueva dentadura muy reluciente y brillante.