El socorrista Saverio Amato salvó la vida a una mujer, una turista de 70 años, en la playa de Ca’Savio, en Venecia, y desde entonces no deja de protagonizar titulares. Lo llamativo es que no está centrando la atención de los medios por su actuación, sino por haber recibido una multa de 1.032 euros por una mera cuestión burocrática.
El motivo de esta sanción es que el socorrista no realizó un trámite estipulado en el protocolo de comunicación y no avisó a las autoridades portuarias. «Estábamos salvando a una persona y no podíamos permitirnos perder preciosos minutos y segundos. La situación era crítica», ha reflexionado el socorrista en declaraciones a el Corriere de la Sera.
«La señora estaba inconsciente y había bebido mucha agua. Con el personal médico la estabilizamos y intervino el helicóptero para trasladarla al hospital», ha añadido. Saverio Amato se ha mostrado muy contrariado por la situación y ha insistido en que, más allá de una posible alegación, que no tiene claro que vaya a realizar, está molesto por lo que considera una «bofetada moral».
Recibió el agradecimiento de la mujer salvada y de su hija
Sorrista ha recibido por teléfono el agradecimiento de la mujer de 70 años a la que salvó la vida. También de su hija. Esta última incluso se ofreció a pagarle la multa. «Todos le dijimos que no, es una cuestión de principios», ha apuntado. Saverio Amato ha explica que lleva en esta profesión tres décadas y los problemas burocráticos siempre han existido.
«Antes de realizar un rescate o realizar una intervención, lo pensamos dos veces. Por cualquier cosa te puedes topar con una sanción y la vida humana es lo primero», ha relatado. La multa supone dos tercios de su sueldo, aunque el problema, ha insistido, no es únicamente económico, sino que retrata las condiciones y las trabas que se encuentra en su profesión.
El Pepazo/Marca