Mutombo, embajador de la Liga por todo el mundo y presidente de la fundación que llevaba su nombre y que creó en 1997, falleció al no poder superar el cáncer cerebral con el que llevaba luchando desde hace algún tiempo, desde 2022. En el momento de su fallecimiento, Mutombo tenía 58 años.

Para dar la triste noticia al mundo, la NBA emitió un comunicado con palabras de Adam Silver en las que definía a Dikembe Mutombo como «alguien que trascendía a la vida misma. En la pista fue uno de los mejores taponadores y defensores en la historia de la NBA. Fue de la cancha, puso su corazón y su alma intentando ayudar a los demás».

Además, el propio Slver destacó que «no ha ha habido nadie más cualificado que Dikembe para trabajar como embajador de la NBA en el mundo. Amaba todo lo positivo que el baloncesto puede hacer en las comunidades, especialmente en su nativa República del Congo y todo el continente africano».

Dikembe Mutombo disputó 18 temporadas en la NBA jugando para los Denver Nuggets, Atlanta Hawks, Philadelphia 76ers, New Jersey Nets, New York Knicks y  Houston Rockets. Se retiró del baloncesto activo en la temporada 2008-09.

Entre sus logros en la pista destaca sus cuatro títulos como mejor defensor de la Liga, las tres veces que fue elegido en el mejor equipo de la temporada y los ocho All Stars que jugó. Mutombo es vigésimo en rebotes en la historia de la NBA con un total de 12.359 y sus 3.289 tapones le hacen ser segundo en esta clasificación sólo por detrás de Hakeem Olajuwon.

Pero uno de sus gestos más característicos en la pista han trascendido a su figura a pesar de llevar más de 15 años retirado. Y ese ese dedo índice diciendo que ‘no’ una vez colocado el tapón y su famosa frase ‘Not in my house’ (no en mi casa) cada vez que denegaba un tiro a un rival.

Para conocer la dimensión humana de Mutombo basta conocer que hablaba nueve idiomas y que creó la fundación Dikembe Mutombo en 1997 que trataba de mejorar la salud, la educación y la calidad de vida de la gente del Congo y de otros países de África. Entre otras cosas su fundación promovió la construcción de un hospital de 170 camas en Kinshasa, la capital de la República del Congo, una instalación que hasta la fecha ha tratado a más de medio milló de personas.