Rafael Nadal, que el 3 de junio cumplirá 38 años, ha vuelto a borrarse de un torneo, en este caso Indian Wells, sin saltar a la pista. Debía enfrentarse este jueves a Milos Raonic, pero su cuerpo no le estaba ofreciendo buenas sensaciones, en especial en el momento del saque.

En el caso del primer Masters 1000 del curso el asterisco es la exhibición previa en Las Vegas del pasado domingo. Una exhibición no es un partido oficial y Rafa ya avisó el sábado que el objetivo para Indian Wells era «no salir ileso y lo que se tenga que dejar que sea en la gira de tierra «.

Su renuncia al TMS en el desierto californiano implica que el campeón de 22 grandes no juega un partido oficial desde que el 5 de enero perdió con Jordan Thompson en los cuartos de Brisbane. Su objetivo era disputar sets antes de su debut con Raonic, pero los dos únicos sets jugados fueron los de la exhibición con Alcaraz en el Slam de Netflix. En su aventura americana, al balear le acompañaban como técnicos Marc López y Gustavo Marcaccio, pero no Carlos Moyá.

Un partido más por no ser cabeza de serie

En los cuatro torneos previos al Abierto galo, Nadal estaría obligado a jugar un partido más en caso de llegar a la final al no ser cabeza de serie en los cuadros: seis en Montecarlo, seis en Barcelona y siete en Madrid y en el Foro Itálico.

¿Cómo imaginaba mi despedida? Lo primero no me la imaginaba porque si empiezas a imaginar una cosa significa que más cerca estás de ello.

El tenista aseguró que antes de Roland Garros diría si esta era su última temporada. El cuerpo le está llenando de razones: «Intentaré hacer lo que es mejor para llegar a mis objetivos con alguna opción. Voy a darme la oportunidad de disfrutar un poco más. Quiero hacer las cosas que realmente me apetezcan para ser feliz. En los dos últimos años no he podido jugar «.