No tienes que reivindicar ser heterosexual porque presuponen que lo eres. Pero las minorías se tienen que reivindicar respecto al patrón», declara Álvaro J. Sanjuán, autor del libro.»Ahora somos visibles, pero ya había homosexuales antes».
JULIO PLAZA TORRES
«Si salías del armario, te mataban, y el que podía, la historia lo cogía y lo volvía a meter dentro porque está mal ser homosexual», señala Álvaro J. Sanjuán, escritor de Grandes maricas de la historia (Plan B), un libro en el que repasa a 17 célebres personajes cuyos indicios apuntan a que eran homosexuales.
Reyes como Alejandro Magno o Luis XIII; políticos como George Washington; artistas como Miguel Ángel o Leonardo da Vinci; físicos como Isaac Newton; o literatos como Hans Christian Andersen o Miguel de Cervantes. Sanjuán ahonda en la vida de todas estas importantes personalidades y defiende, amparándose en distintos documentos privados y públicos -que habían sido reinterpretados para ocultarlo-, que fueron homosexuales y tuvieron relaciones con otros hombres.
Álvaro J. Sanjuán
- @Otto_Más
Personajes que son una brújula en la historia
«Lo ‘normal’ para el intelectual católico era ser ‘normal’, o sea, hetero y punto. ¿Que te casabas? Hetero. ¿Que no te casabas? Hetero. ¿Que te ibas a la cama con hombres siendo hombre? Pues, para la iglesia, a la hoguera, pero para los historiadores, hetero con camaradas y amigos fraternales», declara a 20minutos el autor de Grandes maricas de la historia. Y eso es lo que ocurre con Hans Christian Andersen, Newton y otros tantos, de los cuales se ha descubierto su homosexualidad siglos después. «La historia te escupe en la cara con sus archivos».
En 1863 «el historiador John Symonds encontró entre los archivos de la familia Buonarroti los manuscritos originales» y estos tenían una nota de este sobrino escrita al margen que ponía algo como «no se puede publicar porque esto va de amore virile» es decir, de amor entre hombres. «El sobrinito se había dedicado a cambiar todas las oes por aes para hacer un lavado de cara hetero en toda regla».
Y este es solo uno de los 17 personajes históricos que repasa el libro, una obra con la que Álvaro J. Sanjuán quiere dar visibilidad a todos los que no la tuvieron en su día, algo que habría sido de mucha ayuda: «Si yo con 9 o 10 años hubiese tenido un referente, no habría pasado una infancia de mierda por ser diferente. Siempre había tenido la sensación de estar muy solo en la homosexualidad. Entonces pensé que sería guay hablar de estos pocos gays que sé que existían en el pasado y que te consolaban, por así decirlo, dentro de tu soledad. Personajes que pueden ser, de alguna manera, nuestra brújula en la historia».
«A lo mejor hay niños o jóvenes que un día escuchan este pódcast o leen este libro, Grandes maricas de la historia, y ven que no están solos. Además, pone ‘marica’, para quitarle la connotación negativa», defiende el escritor.
Pero, en el otro lado, también hay personas que se toman de otro modo su investigación, por más que el historiador aporte pruebas. «Recibo críticas como ‘siempre pensáis que son maricones’. No, siempre no, solo cuando lo parece porque hay señales de que lo pueden ser», sostiene. «Mientras mucha gente supone que todo el mundo es heterosexual, nosotros tenemos que cargarnos de pruebas. Necesitas cartas, todo tipo de indicios… Necesitas casi una confesión para poder decir que alguien era homosexual, algo que no vas a encontrar porque te mataban».
«Si con 10 años hubiese tenido un referente, no habría pasado una infancia de mierda»
«Hay personas que no lo quieren entender. Ser heterosexual no lo tienes que reivindicar porque presuponen que lo eres. Pero, por desgracia, las minorías se tienen que reivindicar respecto al patrón de heterosexual, blanco y hombre cis. ¡Pues nosotros nos queremos reivindicar entre nosotros!», proclama el escritor.
Aun así, a pesar de estos comentarios, las reacciones que recibe casi siempre son positivas. «Siempre hay reacciones positivas, salvo algún caso. Si tú escuchas los pódcasts, todo está muy razonado y explico por qué visibilizo esto, pero algunos se meten para criticar», asegura Álvaro J. Sanjuán.
Historia de una invisibilización
«Hay que reivindicar a toda esta gente que estaba ahí, son parte de nuestra historia y están en todas partes, en todos los siglos, en todos los países», sostiene. «Por cada Chaikovski tienes otros 400.000 compositores que eran heterosexuales. No somos especiales, simplemente somos personas a las que se nos ha invisibilizado por el simple hecho de ser homosexuales y necesitamos referentes, ahora más que nunca».
«Por lo general, lo poco privado que se puede saber de un personaje histórico es que se casa o tiene hijos. Y, cuando alguien no se casa o tiene hijos, es asexual directamente, y a muchos les arrancan cualquier detalle sobre su orientación, como si fuese una cosa mala», declara. «Saber que siempre hemos estado ahí es nuestra arma para contraatacar a la gente que dice que está de moda ser gay. Sabemos que ya estábamos ahí por una cuestión biológica, porque los estudios del siglo XX dicen que formamos parte de un porcentaje de la población casi constante. Y, también, porque la gente no nos quería, y ya nos lo hacían saber en la antigüedad».
«En España se persiguió más a los sodomitas que a los judíos. Porque claro, a los judíos y a los moriscos los expulsaron de España, no había mucho más que perseguir, pero sí se siguió persiguiendo, quemando y matando a los sodomitas», recuerda. «Entre 1600 y 1750, hubo 40.000 juicios a sodomitas; son 200 juicios al año. Ahora somos visibles, pero ya había homosexuales antes, cuando los quemabais en la hoguera. Y no lo podemos olvidar, que no sé si es que nosotros hemos estado callados mucho tiempo y nos hemos olvidado de que hemos sido perseguidos durante dos milenios o es que ellos lo han ocultado muy bien».
La importancia de la visibilidad
«Estamos muy cansados de estar justificándonos constantemente por haber nacido de esta manera. Yo un día vi que me gustaban los chicos y al resto no. En mi familia son todos heterosexuales, y no vi ninguna cosa que influyese, no vi dos chicos besándose ni Buzz Lightyear me ha hecho convertirme en homosexual. Pues no, ya lo era», defiende Otto Más.
«Siempre he sido muy consciente de mi sexualidad y cómo eso me ha afectado en absolutamente todo. Entonces siempre he pensado que era muy importante ser muy visible en todas partes respecto a tu sexualidad», opina el autor. Por eso, defiende la educación transversal, que puede ayudar a mucha gente.
«Si hay un personaje de la historia que era una persona racializada o LGTBI, ¿qué te cuesta decir en clase que lo era? Vas a ayudar a alguien. Desde luego que en Física vas a estudiar Física, pero en clase de Historia, por ejemplo, se puede comentar. Lo dejas caer, no hace falta que te pongas a hacer teoría queer, solo decir ‘esta persona fue homosexual’, un niño lo escucha y ya no se siente solo», propone Álvaro J. Sanjuán. «¿Por qué tenemos que saber que San Isidoro era superreligioso, cuando solo te interesa su filosofía de San Isidoro, pero no cuentas que el filósofo Francis Bacon era homosexual?».
«Además, los niños no tienen ningún prejuicio. Es la sociedad, sus padres o sus educadores quienes los llenan de ideas, para bien y para mal. Es fácil educar en igualdad porque simplemente tienes que mostrar la realidad. Si un niño con dos años ve que su tío tiene un marido va a ser normal para él. No hay que explicarle nada, va a ver que su tía tiene un marido y su tío también», añade.
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