Kintun Wingkulche
Ni el régimen es socialista, ni los presos políticos son terroristas Arreglando el librero de mi hija encontré un viejo ejemplar del Manifiesto Comunista, escrito por Marx y Engels en el año 1848.
Hubo muchas ediciones posteriores, pero esta es del Partido Comunista Chileno de 1948. ¡Cuánta historia, cuánta agua corrió bajo el puente! Me llamó como siempre la atención aquella frase de “Un fantasma ronda por Europa: el fantasma del Comunismo”. En el texto, Marx y Engels hablan del miedo que producía en las esferas de poder de la vieja Europa, tanto al Papa, al Zar, los Guizot, radicales franceses, policías germanos, la palabra comunismo. Así, los partidos de oposición eran etiquetados como comunistas por quienes detentaban el poder. ¡Comunistas! El terror personificado. Eran catalogados de comunistas, tanto reaccionarios como adversarios de avanzada. Todos.
De esa confusión, porque la incertidumbre siempre provoca miedo, Marx y Engels escriben el Manifiesto Comunista para acabar con esa idea fantasmagórica y aclarar el término, mandados por la Liga Comunista, Asociación Internacional de Trabajadores, en el Congreso celebrado en Londres, en noviembre de 1947. Tantos años han pasado y aún sigue ocurriendo lo mismo. La burguesía, como en aquella época, inventa muchas formas para confundir a los trabajadores y atrincherarse
en sus espacios de poder.
En Venezuela ha ocurrido un quítate tú para ponerme yo. Militares y políticos han desplazado a la burguesía, ayudados por gobiernos extranjeros, han destruido la industria nacional, incluida la petrolera y la siderúrgica, abriendo el territorio nacional a las apetencias de bloques imperialistas, chino y ruso fundamentalmente, y en este último tiempo a los EEUU. De esa manera se mantienen en el poder.
Marx y Engels, en el Manifiesto Comunista, definen claramente varios tipos de socialismos, a saber: el socialismo reaccionario, el socialismo conservador o pequeñoburgués y el socialismo y comunismo crítico o utópico. Demuestran que todos estos tipos de socialismos utilizan el verbo de la revolución para engañar a los trabajadores y que en muchos casos alcanzaron a darse cuenta de las maquinaciones. En aquellos años, decían: comercio libre, en interés de la clase trabajadora. Aranceles proteccionistas, en interés de la clase trabajadora. Los burgueses deben seguir siendo burgueses, en interés
de la clase trabajadora.
Pero en estos tiempos tenemos el socialismo del siglo XXI que ha creado las Zonas Económicas Especiales, en interés de la clase trabajadora. El Arco Minero del Orinoco, en interés de la clase
trabajadora. Antes y ahora, la burguesía engaña diciendo que sus políticas son en «interés de la clase trabajadora». La verdad es que nadie sabe cuánta riqueza, cuánto oro, cuántos metales raros, cuántos
diamantes se extraen de nuestra tierra, destruyendo el ecosistema del Amazonas. Lo más perverso es que crearon leyes en las que está prohibido indagar sobre estas zonas, todo debe permanecer en secreto.
La verdad es que a nombre de la estafa llamada «socialismo del siglo XXI», Maduro ordenó instaurar las odiadas tablas de ONAPRE. Y lo hace diciendo que es «en interés de la clase trabajadora».
Tanta agua cae al cántaro que éste termina por romperse. Así, trabajadores de fábricas, ministerios, hospitales, universidades, magisterio, empiezan a organizarse, a protestar articulando sus demandas y justos reclamos, ya que todos sus derechos contractuales han sido violentados. Situación terrible para el régimen ya que se evidencia que no cuenta con apoyo popular a quién recurrir para contrarrestar el auge de las protestas de la clase trabajadora. Pero una idea genial parece haber sido llevada a la cabeza de Maduro por el pajarito que le habla: “desata una razzia contra los que están liderando estas protestas”. El 4 de julio empiezan a secuestrar a dirigentes de Bandera Roja, Alcides Bracho, profesor de química,
artista plástico de renombre. Reynaldo Cortés, Secretario General de BR en Guárico y miembro del Consejo Regional de Trabajadores de la CTV en Guárico. Néstor Astudillo, de la dirección regional de Bandera Roja en el estado Miranda, dirigente social y comunitario. Alonso Meléndez, dirigente Bandera Roja en Falcón, ingeniero pesquero y luchador social reconocido en Los Taques, península de Paraguaná.
También fueron detenidos Gabriel Blanco, dirigente de la Central ASI, trabajador humanitario y Emilio Negrín, de la Federación de Trabajadores Tribunalicios.
Con esta acción se violentan todos los derechos humanos garantizados por la Carta Magna, secuestrados de sus domicilios sin orden judicial, sin orden de detención, sin que se les proporcione agua ni alimentos. Están recluidos junto a presos comunes, siendo la tortura mayor mantenerlos hacinados junto a delincuentes, corriendo el riesgo de que los luchadores sean golpeados. De esa manera el régimen cree lavarse las manos ya que son otros presos quienes los maltratan.
Acusan a estos 6 luchadores y prisioneros políticos de terrorismo. Pasados al tribunal 4to. de terrorismo, que tiene competencia nacional, bajo la excusa de que “la patria está en riesgo”.
Aquí lo que queda claro es que NI EL RÉGIMEN ES SOCIALISTA, NI LOS PRESOS POLÍTICOS SON TERRORISTAS. Todo demuestra la debilidad del régimen. Ha querido dar una muestra de fuerza,
descabezar la vanguardia del movimiento de trabajadores. Pero se equivocó otra vez, pues Bandera Roja nunca se ha doblegado ante la represión. Por el contrario, nuevos militantes han solicitado ingresos en sus filas, el pueblo sabe quién lo defiende. Saben que nunca Bandera Roja cayó ante el canto de sirena del mesías, aupado por gobiernos “izquierdistas”. Con una clara convicción de clase, con los
análisis correctos, los militantes de Bandera Roja siguen luchando ¿y los secuestrados? ¡PRESOS ESTÁN, IRREDUCTIBLES SON!
Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo
El Pepazo