Luis Carlucho Martín
Había triunfado la Revolución cubana con Fidel y el Che al frente; en Venezuela se acababa el régimen de la “bota pérezjimenista” y comenzaba la era blanquiverde, con los adecos al frente a través de Rómulo Betancourt, aquel personaje que luego de haber pronunciado sus fatídicas palabras: “que se me quemen las manos si he tocado el erario nacional…” fue víctima de un atentado -acreditado al ex dictador dominicano Rafael Leonidas “Chapita” Trujillo- en el cual se le quemaron solamente las manos… ”Por la boca muere el pez”, dice el refranero popular.
A pesar de la inexistencia de internet y de gran cantidad de los mass media, aún vivía en el recuerdo del mundo deportivo un espigado morenito que con apenas 17 años de edad había llevado a su país a titularse campeón mundial de fútbol, ante el anfitrión, en Suecia 58. Era un tal Edson Arantes Do Nascimiento, el gran Pelé.
Allí, además brilló el máximo goleador de la historia de este tipo de competencias, el francés Just Fontaine, quien dejó 13 pepinos en las redes contrarias, una hazaña hasta ahora no igualada: par de fenómenos deportivos que trascendieron la historia.
Ese mismo año, exactamente, el 10 de agosto de 1958, nuestra selección nacional de boxeo se proclamaba campeona de la II edición del campeonato mundial “Diamante de Oro de México”, con medallas doradas logradas por el peso gallo Ricardo Salas, el pluma “Morocho” Hernández, el ligero Félix Liendo, el welter Enrique Tovar y el mediano Fidel Odremán y una sola de bronce para el mosca Armando Blanco.
En medio de este ambientazo, transcurrían los últimos días de agosto, un año más tarde, y la Ciudad de Los Vientos en los Estados Unidos, se preparaba para ser la sede de tercera edición de los Juegos Panamericanos, Chicago 59.
Si en la edición anterior, México 55, se presentaron 2 mil 583 atletas de 22 países para competir en 17 disciplinas deportivas, ahora, en Chicago lo harían 2 mil 263 atletas, de tres países más y una disciplina adicional.
Bajo el mando del nuevo presidente del Instituto Nacional de Deportes, Carlos Parisca Mendoza, los criollos fueron a tierras norteñas con 108 gladiadores en sólo 13 disciplinas.
Con el exigente fantasma de La Habana 41, y de los campeonatos mundiales del 44 y 45 respectivamente, la selección de beisbol, bajo la acertada dirección técnica de José Antonio Casanova, tenía como meta en estos juegos panamericanos el metal amarillo para acallar una crítica mediática y para alzar la gloria de un pueblo.
Los escenarios deportivos estuvieron en acción del 27 de agosto al 7 de septiembre, fecha en la cual Venezuela contó en su cosecha una dorada, siete de plata y siete de bronce…y a pesar de parecer poco el premio, la prensa de la época consideró que se hizo el trabajo: el beisbol ganó su tan ansiada y buscada medalla de oro.
Lo lamentable -si es que hubiese algo para lamentarse entre los logros de los atletas-, es que hasta nuestros días no se ha repetido otro lauro para la pelota, que es sin duda la primera disciplina y de más arraigo en el país, salvo la medalla de bronce alcanzada en México 75, en ocasión de la séptima edición de los juegos panamericanos, donde escoltamos a Cuba (campéon) y Estados Unidos (medalla de plata).
Esa escasa cosecha criolla, a través de las performances de nuestros peloteros en justas panamericanas, nos colocan en la quinta casilla histórica (según clasificación del Comité Olímpico Internacional, COI, que se basa en medallas de oro, plata y bronce).
El ranking es dominado por Cuba (12-1-2), Canadá (2-0-1), Estados Unidos (1-11-3), República Dominicana (1-1-0) y Venezuela (1-0-2).
(Con el nuevo formato de la Copa Mundial de Beisbol hay otros logros, pero pertenecen a un ámbito distinto).
A punta de batazos se labró el camino
Luego de tres días de descanso, posterior al triunfal debut, 11 x 6, del estelar Manuel Pérez Bolaños, frente a la novena estadounidense, el 28 de agosto, los criollos sufrieron su única derrota en el certamen Panamericano.
Sus verdugos fueron los “manitos” mexicanos, que se ampararon en el brazo del lanzador Luis García para dar una blanqueada de 3 x 0.
De allí en adelante los peloteros venezolanos no creyeron en más nadie: el miércoles 2 y el jueves 3 de septiembre de ese año 59, los nativos fabricaron 28 carreras. La mitad para Brasil que sólo pudo anotar en una oportunidad. La otra mitad se la propinaron a Costa Rica, que pisó el plato una vez más que los cariocas. Así culminó el trayecto venezolano por la ronda eliminatoria. Había un triple empate entre los anfitriones, los mexicanos y Venezuela, en el sorteo salió favorecido el combinado nacional. El primer juego de la fase decisiva fue un ajustado triunfo ante la potente Cuba 6 x 5. Después los criollos volvieron a desplegar su ofensiva ante Estados Unidos que puso mayor resistencia, pero ganó Venezuela 3 x 2 y cerraron su presentación ante Puerto Rico con un marcador más holgado de 6 x 2. Así se lograba la medalla de oro y el rescate del prestigio del beisbol y del deporte venezolano…
Peñalver y Flores, matadores!
El jovencito derecho Luis Peñalver, al culminar la gesta apareció en el cuadro de honor del torneo, por sus dos triunfos sin derrota; mientras que el infielder José Flores fue uno de los guías ofensivos, ya que, con sus tres batazos de tres esquinas, no sólo encendió la chispa criolla, sino que lideró ese departamento.
Esa medalla áurea representó apenas la tercera para Venezuela en un camino que hasta ahora la coloca en el séptimo lugar de la general con 85 metales amarillos en el medallero histórico de los Juegos Panamericanos. (* No se han contabilizado los resultados técnicos de Toronto 2015). Las dos previas se lograron en México 55 con los puños de Jesús Salvador Henríquez y las veloces ruedas del calapedista Antonio De Michelli.
Hasta ese momento la performance de los atletas criollos los colocó undécimos en el debut de Buenos Aires 51, séptimos en la segunda edición de México 55 y décimos en la tercera, ésta de Chicago 59.
Estos son los héroes de la gesta del 59:
Dámaso Blanco, Infielder, Derecho (D)
José Flores, Infielder, D.
Domingo Martín Fumero, Infielder, D.
Rubén Millán, Infielder, D.
Luis Manuel Hernández, Infielder D.
Francisco «La Manca» López. Outfielder, Zurdo (Z).
Eduardo «Tata» Amaya, Outfielder, D.
Miguel Girón, Outfielder, D.
Raúl «Cigarrón» Landaeta, Receptor, Derecho (D)
William Troconis, Receptor, D.
Tadeo Flores, Lanzador, (Z)
José Pérez, Lanzador, Z.
Luis Peñalver, Lanzador, (D)
Lucas Ferreira, Lanzador, D.
Enrique Capechi, Lanzador, D.
Francisco Oliveros, Lanzador, D.
Manuel Pérez Bolaños, Lanzador D.
Cuerpo Técnico
José Antonio Casanova, Mánager.
Andrés Quintero, Coach.
Emiro Álvarez, Coach.
Antonio Lares, Delegado.
El Pepazo