La selección femenina de Estados Unidos, el equipo que lleva 55 victorias seguidas en los Juegos, cayó. El combinado estadounidense, que en París buscará su octavo oro olímpico consecutivo, cedió ante un conjunto de jugadoras de la WNBA en el All Star (117-109)
Por eso sorprende que el equipo invencible perdiera por 117-109 en el partido que le enfrentó a un combinado de jugadoras de la WNBA en el All Star de la Liga femenina estadounidense en el Footprint Center de Phoenix delante de más de 16.000 espectadores.
Arike Ogunbowale fue la gran protagonista del encuentro. Al descanso no había estrenado su casillero de anotación, pero acabó con 34 puntos, récord de un All Star y segunda mejor marca en la historia en una sola mitad de cualquier partido de la WNBA, ya fuera de temporada regular, playoffs, Partido de las Estrellas o Copa del Comisionado. Sólo le supera Riquna Williams, con 35 puntos en la segunda mitad para las Tulsa Shock en un juego de la temporada regular de 2013.
Ogunbowale, que renunció a estar con la selección en los Juegos, se llevó su segundo MVP del All Star de la WNBA. El primero, lo consiguió hace tres años, cuando metió 26 puntos en la primera edición con el formato Estrellas WNBA-Estados Unidos y en la que la selección también perdió en esta cita. Después, ganaría el oro en Tokio, como probablemente haga en París.
Hace tres años, derrota y oro
El partido tenía su morbo al poder ver a Angel Reese y Caitlin Clark en el mismo equipo. Las dos rookies tienen una rivalidad encarnizada y están llamadas a marcar una era en la WNBA. Una se convirtió en la primera novata en firmar un doble-doble con 12 puntos y 11 rebotes. La otra, titular con la mayor cantidad de votos entre todas las jugadoras, terminó con 10 asistencias, una menos que el récord del All Star, establecido por la legendaria Sue Bird.
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El Pepazo/Marca