El atleta estadounidense Noah Lyles se ha convertido en el hombre más rápido del mundo después de imponerse en la final de los 100 metros al jamaicano Kishane Thompson. Lyles ha cruzado la meta con un tiempo de 9.79 segundos, realizando marca personal y superando a Thompson en tan sólo cinco milésimas.

Aunque la referencia más cercana a este caso para el público general puede ser el fuera de juego del fútbol, donde el atacante incurre en infracción si supera al defensor con cualquier parte de su cuerpo con el que pueda jugar la pelota, incluidos los pies, en el atletismo es el pecho la parte del cuerpo que ‘finaliza’ la carrera de un atleta. El pecho de Lyles llegó antes a la meta que el del velocista jamaicano y se proclamó campeón olímpico en París.