Algunas personas se marean y en ocasiones llegan a desmayarse cuando cambian de postura. Un neurólogo nos explica las posibles causas y en qué casos es necesario consultar al médico. Un experto resuelve la duda
La hipotensión ortostática es una disminución rápida y repentina de la presión arterial que se produce cuando una persona cambia de posición, como pasar de estar tumbado a ponerse de pie. En condiciones normales, el organismo regula de forma automática la tensión, que tiene que ser más alta en posición vertical que en horizontal. Así, el cuerpo adapta la manera en que se bombea la sangre para mantener el flujo de sangre al cerebro cuando el efecto de la fuerza de la gravedad es mayor. Sin embargo, cuando el cambio de presión arterial se produce de forma demasiado lenta al ponerse de pie, el flujo de sangre hacia el cerebro puede reducirse temporalmente, lo que provoca aturdimiento, mareo o desmayo.
Patologías que causan hipotensión ortostática
Según las guías clínicas, la hipotensión ortostática se define como una caída sostenida de la presión arterial sistólica (popularmente denominada la alta) de al menos 20 mmHg o la presión arterial diastólica (la baja) de 10 mmHg dentro de los 3 minutos de ponerse de pie o inclinar la cabeza.
Las posibles causas de un mal funcionamiento crónico del reflejo ortostático son diversas. “El algunos casos se debe a que el corazón está débil y no tiene la capacidad de adaptarse a los distintos requerimientos de presión arterial”, explica Jorge Máñez, neurólogo de Vithas Valencia 9 de Octubre. En estos casos, se trata de pacientes con alguna cardiopatía.
No obstante, el especialista precisa que es mucho más habitual que el origen sea neurológico. “Son pacientes que llegan a la consulta del neurólogo porque se marean frecuentemente o, incluso, llegan a perder la consciencia”. El problema se debe a que los nervios implicados en ese reflejo ortostático están alterados por el envejecimiento o bien por enfermedades neurodegenerativas, especialmente el Parkinson. Máñez aclara que, aunque este trastorno del movimiento es uno de los más relacionados con este fallo en la regulación de la tensión, “la mayoría de los pacientes con Parkinson no presentan una hipotensión ortostática clínicamente significativa”.
Otros casos tienen una causa farmacológica, es decir, hay determinados medicamentos que favorecen la hipotensión ortostática. “Generalmente son pacientes mayores polimedicados”, comenta el neurólogo. Generalmente, el problema se soluciona o se mitiga de forma considerable revisando la medicación, ajustando las dosis de ciertos fármacos y eliminando otros. Cuando esto no es suficiente, se adoptan otras medidas no farmacológicas, como promover una adecuada hidratación (que se ha visto que contribuya a aminorar la hipotensión ortostática), utilizar medias de compresión o evitar los cambios bruscos de postura.
Cuándo consultar al médico
La frecuencia y la intensidad de los mareos al cambiar de postura son claves para determinar si se trata de un problema potencialmente grave que conviene consultar con el médico. “Cuando marearte es la norma y no la excepción, debes acudir al médico”, apunta Máñez.
Por último, indica que esta afección dispone de tratamiento farmacológico, pero puntualiza que es “excepcional” llegar a ese punto, que se reserva para aquellos casos en los que se producen “síncopes de repetición”.
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El Pepazo/Marca/Cuídate