Porque Harrison, jugador del montón que estudió en West Point pasó por Bélgica, Japón y Líbano, sabe lo que es lidiar con estrellas como Michael Jordan, Kobe Bryant, Dirk Nowitzki, Tim Duncan… Lo hizo desde su cargo en Nike, donde llegó a ser vicepresidente de operaciones de baloncesto en América del Norte.

Ejercía como representante en una empresa de productos farmacéuticos cuando un amigo le dijo que en Nike buscaban alguien con su perfil. Se presentó y le seleccionaron. Fue ascendiendo en la compañía y pronto empezó a tener contacto con jugadores de la NBA. Estuvo 19 años con la firma deportiva y, gracias a sus dotes personales, se ganó la confianza de algunas de las grandes estrellas del baloncesto mundial. También de ejecutivos como Rob Pelinka, antiguo representante de Kobe y ahora mánager general de los Lakers, con el que ha terminado haciendo el traspaso de los traspasos.

Un patinazo que evitó que Curry firmara por Nike

Con Nike también sufrió un sonado patinazo cuando se le escapó Stephen Curry después de una reunión plagada de errores. Se dice que, en primer lugar, le llamó Seth, que es el hermano de la estrella de los Warriors. Y que la presentación estaba preparada para Kevin Durant. El pretendido acabó firmando un contrato con Under Armour, de la que es imagen y con la que tiene una línea propia de productos.

Harrison llegó a su cargo de director general y presidente de operaciones de los Mavericks en 2021. Junto a él aterrizó Jason Kidd, el entrenador que no ha sido informado de los movimientos que, durante semanas, se han producido para el intercambio de Doncic por Anthony Davis que tan mal ha sentado en Dallas. «La defensa gana campeonatos», ha justificado el ejecutivo para explicar la marcha del esloveno y la llegada de ‘La Ceja’.

El ejecutivo de los Mavericks desveló que no había hablado todavía con Doncic: «Le envié un mensaje de texto y le dejé un mensaje en el contestador…, pero imagino que ahora no quiere hablar conmigo». Pocas personas en Dallas querrían hacerlo en estos momentos. Los aficionados dejaron en la puerta del American Airlines camisetas, ramos de flores y pancartas de cariño hacia el ídolo al que él ha traspasado.