La víctima tenía 15 años en el momento del asesinato, y durante décadas el principal sospechoso fue su novio, con el que tuvo una cita el día de la desaparición
Un residente de Hawái (EE.UU.) fue acusado del asesinato de una adolescente californiana ocurrido hace 40 años. Identificarle después de cuatro décadas fue posible gracias a las nuevas tecnologías forenses, que permitieron comprobar que los residuos de sangre y fluidos encontrados en el cadáver de su víctima le pertenecían, informó este martes en un comunicado de prensa la Oficina del Fiscal del Distrito del condado de Santa Clara, en California.
El inculpado fue identificado como Gary Ramírez, actualmente de 75 años, quien fue arrestado el pasado 2 de agosto en su casa ubicada en el condado hawaiano de Maui. Las autoridades policiales señalaron que Ramírez será extraditado a California, donde será condenado por los delitos de asesinato, secuestro y violación de Karen Stitt, quien al momento de su muerte tenía 15 años. Asimismo, indicaron que, en caso de declararlo culpable, será condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
La Policía detalló que la muchacha estaba desnuda, con las manos atadas con su propia camisa y su chamarra de cuero amarrada al tobillo izquierdo. Una autopsia reveló que Stitt fue apuñalada en 59 ocasiones, además de haber sido agredida sexualmente.
Durante algún tiempo se consideró que Woods era el principal sospechoso de la muerte de su novia, pero un análisis de ADN realizado a principios de la década del 2000 demostró que las muestras de sangre y esperma recolectadas tanto del cuerpo de Stitt como de la escena del crimen no coincidían con las suyas, por lo que fue absuelto.
Encontrar al asesino a través de nuevas tecnologías genéticas
El caso continuó sin novedades hasta que en 2019 el detective del Departamento de Seguridad Pública de Sunnyvale, Matt Hutchison, se asoció con un genealogista, quien utilizó las bases de datos genealógicos públicos para buscar posibles parientes que tuvieran el mismo perfil de ADN hallado en lugar de los hechos. El resultado se redujo a cuatro personas que compartían el mismo material genético, todas ellas hijos de Rose Aguilera Ramírez, que vivía en la ciudad californiana de Fresno.
«Detrás de cada archivo antiguo de asesinato en cada departamento de Policía importante hay una persona, una angustia y un misterio», declaró el fiscal de distrito Jeff Rosen, que concluye: «El misterio de la muerte de Karen Stitt se ha resuelto gracias a los avances de la ciencia forense y a un detective que nunca, jamás, se rindió».
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