Lo cierto es que ambos cantantes se temían y preocupaban al saber que compartirían tarima.
El periodista Alberto Salcedo Ramos explicó que Diomedes Díaz descubrió muy pronto que era el número uno de la música vallenata.
Su confianza, su dominio del escenario y don de gentes le habían llevado muy rápidamente a ganarse un público de incondicionales. Sin embargo, algo pasaba cada vez que Diomedes debía compartir escenario con Rafael Orozco.
El efecto era tan notable que enseguida se veían afectados su humor y su forma de hablar.
“Cuando aparecía Poncho, él le mamaba gallo. Le decía “compadre” y compartía bromas.
La situación llegó a tal punto que, un día, Joaquín Guillén tuvo que acercarse a la cama del cantante para ponerle las medias. Luego le dijo: “Compadre alístese que allí la gente lo está esperando.
¡Yo soy cantante de voz!”, decía para afirmarse ante sus amigos y conocidos. No obstante, el Cantante de la Junta desconocía una verdad que reveló Rosendo Romero a Alberto Salcedo durante un almuerzo.
“Si yo hubiera sabido eso, yo le hubiera arreglado la vida a mi compadre Diomedes””, explicó el célebre compositor. “¿Por qué?, preguntó Alberto Salcedo.
“Yo le hubiera contado cómo se ponía Rafael Orozco cuando le tocaba compartir escenario con Diomedes. No comía, no desayunaba, y se ponía de mal genio…”, respondió Rosendo Romero.
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El Pepazo/Portal Vallenato/Fuente: panoramacultural.com