Corinne Laframboise pensó que su médico le estaba gastando una broma cuando le dijo que estaba embarazada… y de varios meses. La luchadora, que afrontaba la pelea más importante de su carrera ante Rainn Guerrero -en la que si ganaba firmaría un contrato con la UFC-, se había realizado una analítica de sangre previa al combate que reveló una cantidad de hormonas sólo compatible con una gestación.

«Estaba en el auto esperando a mi prometido y fue como si el mundo entero se hubiera detenido; no lo esperábamos», dijo Laframboise a BBC Sport. «Al día siguiente hicimos la exploración para comprobarlo y era cierto. Escuchamos los latidos del corazón. Es una niña. Y está sana».

Laframboise había estado entrenando durante semanas antes de la pelea, pero milagrosamente no había practicado sparring y eso evitó posibles daños al bebé. «El primer fin de semana debía entrenar, dos días antes me torcí el tobillo y no pude entrenar», admitió Laframboise, que hizo más natación y trabajo complementario.

Laframboise es la actual campeona de peso mosca de UAE Warriors y su objetivo es llegar a la UFC, pero ahora esperará. «Quiero centrarme en el bebé y en lo que va a pasar», aseguró.