“No pensé mucho en el sin hits”, dijo. Es el segundo lanzador con no-hitter en Serie del Caribe
Un venezolano, Ángel Padrón, se baño de gloria el miércoles y se unió a Thomas Fine; hace 72 años, como los únicos serpentineros con un juego sin hits ni carreras en la Serie del Caribe.
El derecho estadounidense, conocido como el “El Potro Salvaje” lo hizo en representación de los Rojos de La Habana ante el Cervecería Caracas, y no solo eso, anotó la única rayita de su equipo en ese choque del 21 de febrero de 1952. Mientras tanto, Ángel Padrón marcó con tinta dorada la jornada del 7 de febrero de 2024, al enarbolar la hazaña ante Nicaragua. Una noche inolvidable en Miami.
En total realizó 88 lanzamientos (57 en zona de strike), ponchó a cuatro contrarios y solo un boleto lo alejó de la perfección. La noche pudo haber sido más histórica, pero el zurdo de San Cristóbal; reflexionando ante todo, se queda con lo que si sucedió.
“Me quedo con lo que pasó. El tiempo de Dios es perfecto, lo que decida siempre es lo mejor”, dijo Ángel Padrón en rueda de prensa respecto a esa base por bolas a Raudy Reid en el inicio octavo episodio. “Lo comenté con un jugador y me dijo: ‘Pero si ese era el hit que te iban a dar, se acababa la historia’. Entonces me quedo con lo que pasó”.
Pensar, pero no demasiado
“En la cuarta entrada lo pensé, vi que tenía juego perfecto, pero mantuve la calma y dije que no iba a pensar mucho en el sin hits, para que no me ganaran las emociones”, relató a Andrés Finol de Hispanic Sports Media. “Me enfoqué pitcheo por pitcheo, bateador a bateador e inning por inning”.
No obstante, el momento cumbre del juego fue cuando Omar Mendoza conectó rodado a las paradas cortas. Wilfredo Tovar atacó la bola y disparó a la inicial, hacia el pecho de Leonardo Reginatto; que completó el out y de inmediato empuñó y alzó el brazo derecho. Lo que siguió fue el resto de sus compañeros encimandose al centro del montículo a felicitar al zurdo y celebrar con él.
“Quería llorar, de verdad no tenía palabras, aún no tengo palabras”, describió Ángel Padrón, sobre sus sentimientos al momento de producirse el último batazo. “Cuando se hizo me lo creí y dije: ‘Soy historia’”.
Sin defensa no hay historia
Ahora bien, no se logran este tipo de hazañas sin una buena defensa y Ángel Padrón la tuvo, con esa intervención de Ramón Flores en el jardín central en el séptimo tramo que salvó en ese entonces el juego perfecto. “En estas hazañas hay jugadas asombrosas como la que pasó. No pensé que sería ya no-hitter o perfecto, pero si pensé que este juego me daría algo bonito”.
Entretanto, lo más difícil para Ángel Padrón fue prepararse para una apertura para la cual no estaba programado, sino hasta horas antes del partido. “Ya estaba mentalizado para relevar, me tuve que cambiar el chip rápido”.
“Al principio (ya sabiendo que iba a abrir) iba de dos a tres o máximo cuatro innings, entonces cuando te dicen así; uno se mentaliza a eso. Pero, el juego avanzaba, tenía pocos pitcheos y me dijeron que me enfocara hasta que el manager quisiera”.
El Pepazo/Líder