Según los expertos en Medicina del Sueño, no ayuda para nada. Muchas personas utilizan el alcohol como hipótico para dormir mejor sin saber que esto es un mito y que puede traer consecuencias graves para la salud.
Joanna Guillén Valera
La realidad, subrayan los expertos, es que el consumo de alcohol perjudica el descanso nocturno y, además, puede provocar el desarrollo de una adicción en aquellas personas que recurren al alcohol para combatir el insomnio.
Es habitual pensar que tomar un poco de alcohol puede ayudar a dormir mejor pero la realidad es muy distinta. “Es cierto que el alcohol ayuda a conciliar mejor el sueño pero no ayuda a tener un sueño de calidad. Sí es verdad que el sueño viene más pronto pero es de peor calidad y esto es así porque el alcohol tiene más un efecto de sedación que de facilitador de un sueño adecuado”, explica Sonia Carratalá Monfort, médico especialista en Psiquiatría y vocal de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (Fesmes).
Según la experta, tomar alcohol antes de dormir provoca que “el sueño sea más fragmentado, bloquea el sueño REM -fundamental para una adecuada gestión de las emociones y la consolidación de la memoria-, aumenta los ronquidos y agrava tanto las apneas como la sintomatología del síndrome de piernas inquietas”.
En resumen, “dormir después de consumir alcohol hará que nos despertemos más veces, lo que repercutirá al día siguiente ya que sentiremos que no hemos tenido un sueño reparador”, subraya Carratalá Monfort.
Tipo de alcohol
En cuanto a qué tipo de alcohol es el que produce más efectos sobre el organismo en relación al sueño y a su calidad, Carratalá Monfort explica a CuídatePlus que «todo tipo influye. Depende de la cantidad de alcohol ingerida (a mayor cantidad, mayores efectos) y de la tolerancia de la persona, ya que no todo el mundo responde igual a una misima dosis de alcohol.
Sobre las bebidas más problemáticas, la experta señala «las de mayor graduación, sobre todo, los destilados».
Insomnio y adicción al alcohol
Es importante señalar que el insomnio es un problema cada vez más frecuente en nuestro país. De hecho, se calcula que el insomnio crónico se ha duplicado en los últimos veinte años y que podría afectar a 5,4 millones de españoles, un 10-15% de la población, según datos de la Sociedad Española de Sueño (SES), que señala, además, que un 25-35% de la población adulta padece insomnio transitorio.
Como señala la experta, “se trata de una patología muy frecuente que induce un gran sufrimiento y lleva a las personas a buscar cualquier remedio para solucionarlo. Entre esos remedios, el alcohol es unos de los ansiolíticos e hipnóticos más utilizados desde hace milenios”, reconoce la vocal de Fesmes, que señala que “cuando el consumo de alcohol se normaliza y se vuelve crónico, las personas afectadas pueden empezar a encontrar más dificultades para conciliar el sueño, lo que les puede empujar a consumir dosis mayores de alcohol para conseguir el efecto que obtenían anteriormente; y, en consecuencia, se incrementa el riesgo de desarrollar una adicción”.
Por tanto, “hay una relación bidireccional”. El hecho de padecer un trastorno de sueño “lleva a las personas a buscar sustancias para mejorar su descanso, en ocasiones requiriendo cada vez mayores dosis”. A su vez, “las personas que sufren una adicción a cualquier sustancia, entre ellas el alcohol, presentan más problemas de sueño”, reflexiona Carratalá.
¿Se resuelve el problema al dejar el alcohol?
Consumo de alcohol e hígado
Pero el alcohol no sólo perjudica el sueño sino que también tiene efecto en otras enfermedades. De hecho, las dos enfermedades del hígado más frecuentes en España son la enfermedad hepática por alcohol y el hígado graso. La enfermedad hepática por alcohol “se ve especialmente agravada por las personas que padecen un trastorno por consumo de alcohol, es decir, un consumo de riesgo o perjudicial, que representa ya un 6% de la población española siendo más frecuente en los varones y la población joven”, advierten de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).
Según explica Joaquín Cabezas, hepatólogo experto en la enfermedad hepática por alcohol, “un 20% de los varones que padecen este trastorno tiene o tendrá enfermedad hepática por alcohol”. Una de las enfermedades hepáticas crónicas que se puede desarrollar a raíz de un trastorno por consumo de alcohol es la cirrosis, “un 70% de los casos en hombres y un 56% en las mujeres que padecen cirrosis se deben a este trastorno”.
El alcohol es una sustancia tóxica para todo el organismo, fundamentalmente, para el hígado. Por eso, un consumo de alcohol excesivo produce la acumulación de grasa en el hígado y la persistencia de este consumo hace que la grasa inflame este órgano apareciendo fibrosis, lo que puede ocasionar enfermedad hepática por alcohol, advierten desde la fundación.
Según los expertos en Medicina del Sueño, no ayuda para nada. Muchas personas utilizan el alcohol como hipótico para dormir mejor sin saber que esto es un mito y que puede traer consecuencias graves para la salud.
Joanna Guillén Valera
La realidad, subrayan los expertos, es que el consumo de alcohol perjudica el descanso nocturno y, además, puede provocar el desarrollo de una adicción en aquellas personas que recurren al alcohol para combatir el insomnio.
Es habitual pensar que tomar un poco de alcohol puede ayudar a dormir mejor pero la realidad es muy distinta. “Es cierto que el alcohol ayuda a conciliar mejor el sueño pero no ayuda a tener un sueño de calidad. Sí es verdad que el sueño viene más pronto pero es de peor calidad y esto es así porque el alcohol tiene más un efecto de sedación que de facilitador de un sueño adecuado”, explica Sonia Carratalá Monfort, médico especialista en Psiquiatría y vocal de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (Fesmes).
Según la experta, tomar alcohol antes de dormir provoca que “el sueño sea más fragmentado, bloquea el sueño REM -fundamental para una adecuada gestión de las emociones y la consolidación de la memoria-, aumenta los ronquidos y agrava tanto las apneas como la sintomatología del síndrome de piernas inquietas”.
En resumen, “dormir después de consumir alcohol hará que nos despertemos más veces, lo que repercutirá al día siguiente ya que sentiremos que no hemos tenido un sueño reparador”, subraya Carratalá Monfort.
Tipo de alcohol
En cuanto a qué tipo de alcohol es el que produce más efectos sobre el organismo en relación al sueño y a su calidad, Carratalá Monfort explica a CuídatePlus que «todo tipo influye. Depende de la cantidad de alcohol ingerida (a mayor cantidad, mayores efectos) y de la tolerancia de la persona, ya que no todo el mundo responde igual a una misima dosis de alcohol.
Sobre las bebidas más problemáticas, la experta señala «las de mayor graduación, sobre todo, los destilados».
Insomnio y adicción al alcohol
Es importante señalar que el insomnio es un problema cada vez más frecuente en nuestro país. De hecho, se calcula que el insomnio crónico se ha duplicado en los últimos veinte años y que podría afectar a 5,4 millones de españoles, un 10-15% de la población, según datos de la Sociedad Española de Sueño (SES), que señala, además, que un 25-35% de la población adulta padece insomnio transitorio.
Como señala la experta, “se trata de una patología muy frecuente que induce un gran sufrimiento y lleva a las personas a buscar cualquier remedio para solucionarlo. Entre esos remedios, el alcohol es unos de los ansiolíticos e hipnóticos más utilizados desde hace milenios”, reconoce la vocal de Fesmes, que señala que “cuando el consumo de alcohol se normaliza y se vuelve crónico, las personas afectadas pueden empezar a encontrar más dificultades para conciliar el sueño, lo que les puede empujar a consumir dosis mayores de alcohol para conseguir el efecto que obtenían anteriormente; y, en consecuencia, se incrementa el riesgo de desarrollar una adicción”.
Por tanto, “hay una relación bidireccional”. El hecho de padecer un trastorno de sueño “lleva a las personas a buscar sustancias para mejorar su descanso, en ocasiones requiriendo cada vez mayores dosis”. A su vez, “las personas que sufren una adicción a cualquier sustancia, entre ellas el alcohol, presentan más problemas de sueño”, reflexiona Carratalá.
¿Se resuelve el problema al dejar el alcohol?
Consumo de alcohol e hígado
Pero el alcohol no sólo perjudica el sueño sino que también tiene efecto en otras enfermedades. De hecho, las dos enfermedades del hígado más frecuentes en España son la enfermedad hepática por alcohol y el hígado graso. La enfermedad hepática por alcohol “se ve especialmente agravada por las personas que padecen un trastorno por consumo de alcohol, es decir, un consumo de riesgo o perjudicial, que representa ya un 6% de la población española siendo más frecuente en los varones y la población joven”, advierten de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).
Según explica Joaquín Cabezas, hepatólogo experto en la enfermedad hepática por alcohol, “un 20% de los varones que padecen este trastorno tiene o tendrá enfermedad hepática por alcohol”. Una de las enfermedades hepáticas crónicas que se puede desarrollar a raíz de un trastorno por consumo de alcohol es la cirrosis, “un 70% de los casos en hombres y un 56% en las mujeres que padecen cirrosis se deben a este trastorno”.
El alcohol es una sustancia tóxica para todo el organismo, fundamentalmente, para el hígado. Por eso, un consumo de alcohol excesivo produce la acumulación de grasa en el hígado y la persistencia de este consumo hace que la grasa inflame este órgano apareciendo fibrosis, lo que puede ocasionar enfermedad hepática por alcohol, advierten desde la fundación.