El patrimonio de Joseph Stancak es, tal vez, la herencia millonaria menos peleada de la historia.
El dinero puede ser uno de los activos más anhelados, buscados y cotizados del mundo. Casi todos, a excepción de unos cuantos, van en busca del mismo objetivo: trabajar, acumular, en algunos casos invertir y, luego, gastar.
Dentro de esa minúscula exención a la regla está Joseph Stancak, un ciudadano estadounidense que, en vez de gastar su millonario capital cuando se encontraba con vida, decidió acumularlo silenciosamente hasta el día de su muerte. Después de todo, se convirtió en el tío desconocido y millonario al que sus sobrinos y familiares lejanos le heredaron toda la fortuna.
Sin herederos directos, esposa o hermanos con vida, el exorbitante ahorro de Stancak se está redistribuyendo entre 119 familiares lejanos en el que, hasta el momento, se considera el reclamo de propiedad impago más grande en la historia de los Estados Unidos.
¿Quién era Joseph Stancak? ¿Cuáles son sus raíces?, y ¿Por qué dejó en secreto una gran fortuna que, ahora, después de muerto, no va a poder disfrutar?, son algunas de las preguntas que por más de media década han eclipsado la curiosidad de ciudadanos, investigadores y familiares.
Joseph Stancak: multimillonario en secreto
Lo que se sabe de cómo Joseph Stancak logró acumular un multimillonario patrimonio es equivalente a lo que se sabe de sus raíces que, para este momento, son aún más misteriosas que su conducta y su árbol genealógico.
Y si no que lo digan las autoridades estadounidenses, quienes han trabajado incansablemente explorando dentro del pasado del difunto hombre para, finalmente, poder cerrar el capítulo de la devolución de propiedad no reclamada más grande en la historia de Illinois y, tal vez, del país entero.
De acuerdo con la oficina del tesorero del Estado, Stancak nació en agosto de 1929 en Chicago, Estados Unidos -paradójicamente, durante La Gran Depresión, una gran crisis financiera mundial que se prolongó hasta 1939-.
Sus padres, por el contrario, nacieron en Polonia y se casaron en la Iglesia de St. Mary en Passaic, Nueva Jersey, el 27 de noviembre de 1909. Del fruto de su unión nacieron siete hijos: Joseph, Mary, Paul, Anna, John, Helen y Frances.
Con esa gran cantidad de integrantes, parecía que la familia Stancak seguiría extendiéndose; sin embargo, esto no fue así. Resultó que Anna y John fueron los únicos en contraer matrimonio; mientras que el resto de miembros se quedaron solteros y sin hijos.
Más allá de eso, lo único que se sabe del misterioso y multimillonario hombre es que vivió una vida, aparentemente, tranquila y modesta en un bungalow -un estilo de casa, generalmente de un solo piso y con porche en la parte frontal- ubicado en Gage Park, un área comunitaria de Chicago, Estados Unidos.
Los vecinos de Stancak le dijeron al canal estadounidense ‘CBS’ que era un anciano sencillo y, aparentemente, ahorrador, pues, a menudo, le veían hacer reparaciones en su casa de 325.500 dólares -equivalentes a poco más de mil millones de pesos colombianos-, que, además, figura en la empresa de corretaje Redfin como una vivienda unifamiliar de cinco dormitorios y dos baños.
Easy, un barco de navegación, es la única propiedad que, en su momento, podría haber delatado a Stancak con respecto a la riqueza que amasaba silenciosamente; aun así, nunca nadie se dio cuenta: murió solo y sin hijos a la edad de 87 años en el año 2016 y, aparte de una fortuna inimaginable, dejó una ardua investigación por delante y una cantidad innumerable de preguntas que aún no encuentran respuesta.
“Nadie sabe qué hizo ese hombre y qué lo llevó a diversificar su riqueza de la manera en que lo hizo”, dijo Rudy Quinn, presidente de Linking Assets Inc, al periódico local ‘Block Club Chicago’ con respecto a una de las sucesiones hereditarias más complicadas de los últimos tiempos.
Una herencia inesperada
Tal parece que no solo en las películas surge, de la nada, un tío multimillonario que muere súbitamente y hereda su fortuna a familiares que, hasta ese momento, no sabían de su existencia. Si el premio a las personas más afortunadas existiese, sin duda, los parientes lejanos de Stancak estarían dentro de los nominados.
El patrimonio de Stancak tuvo que identificar a la familia a través de sus padres, esencialmente ascendiendo en el árbol genealógico antes de volver a descender
Tras la muerte del frugal hombre, las autoridades iniciaron una exhaustiva investigación extrayendo registros para construir un árbol genealógico -hasta de cinco generaciones atrás- de posibles herederos. Sin hijos, esposa o hermanos vivos, la única alternativa que quedaba era buscar por primos y familiares lejanos.
“Debido a que el Sr. Stancak y sus hermanos nunca tuvieron hijos, el patrimonio de Stancak tuvo que identificar a la familia a través de sus padres, esencialmente ascendiendo en el árbol genealógico antes de volver a descender”, dijo en un comunicado la oficina del tesorero Michael Frerichs.
La minuciosa y larga búsqueda para encontrar a los herederos de la fortuna, finalmente, dio frutos: 119 fueron los parientes lejanos identificados a lo largo y ancho del globo. Desde Polonia hasta Eslovaquia, República Checa, Alemania, Reino Unido y Canadá, parece que, pese a tener una vida solitaria, Stancak tenía familiares esparcidos por todas las partes del mundo.
Sin ir muy lejos, al hombre le salieron siete parientes en Chicago y unos cuantos más en Iowa, Minnesota, Nueva Jersey y Nueva York.
“En mi oficina tengo un pergamino de 15 pies de largo que puede atravesar toda la habitación”, dijo Kenneth Piercey, abogado que representa el patrimonio de Stancak, en diálogo con el periódico estadounidense anteriormente mencionado. Y agregó: “Nunca antes había visto un caso tan complicado”.
Sin un problema más a sus espaldas, como la identificación de los parientes, el Estado ahora se enfrenta a otro gran dilema: la repartición de la herencia. Según comentó Piercey, podría tomar de uno a cuatro años distribuir el dinero, teniendo en cuenta que la mayoría de sucesores viven en el exterior.
Se estima que, después de impuestos, el heredero promedio recibirá un cheque en el rango de 60.000 dólares -es decir, casi 290 millones de pesos-, de acuerdo con lo que el abogado dijo a ‘Block Club Chicago’.
El caso de Joseph, sin duda, revolucionó la oficina del tesorero del Estado y los medios de comunicación internacionales. Aun así, pocos conocen el rostro, la personalidad o las aspiraciones del difunto hombre que cosechó una fortuna y nunca recogió los frutos. Piercey aseguró que ninguno de los herederos había oído hablar de Stancak antes.
Mientras que, en muchas partes del mundo, los familiares tienen que pelear y llegar a instancias judiciales para obtener la herencia de un difunto, los parientes de Stancak la recibieron sin pedirla, esperarla o, siquiera, imaginarla. Para algunos son, simple y llanamente, unos verdaderos afortunados.
El Pepazo/El Tiempo