Canelo no es de otro mundo, o quizá sí lo es. El boxeador mexicano ha logrado lo más difícil. ¿Llegar a lo más alto? No. Volver a lo más alto
Considerado uno de los mejores boxeadores de su generación, Canelo tiene algo que nos atrapa y lo volvió a demostrar ante el británico John Ryder. Volvía, eso sí, seis meses después de la última vez que lo vimos ganar, en ese caso contra Gennady Golovkin. Tal y como explicaban en este mismo medio, Canelo trazó un plan. Ir a por todas. Algo tosco, sí. ¿Suficiente para derribar a su rival? En esta ocasión sí, aunque no sin generar momentos de duda e incomodidad. Es cierto que Canelo no mostró su mejor versión, pero sí logró su objetivo. La cuestión es: ¿cómo?
Hace algún tiempo, una conocida actriz de México explicaba en un programa de radio que, para alcanzar el éxito, ella utilizaba el mismo sistema de Canelo: la visualización. No confundir con el déjà vu, que es algo muy distinto (básicamente se trata de un suceso que se siente que ya ha sido vivido). La visualización no va de recordar algo pasado como por casualidad, sino de centrarse en aquello que se quiere para el futuro… y conseguirlo.
¿Qué es visualizar?
La visualización consiste en crear escenas claras y realistas en la mente ya sea para relajarse o prepararse para lograr un determinado objetivo. Ya que cuando desarrollas una imagen en tu mente, se activan varias áreas en el cerebro. Desde el lóbulo frontal, que es el responsable del aprendizaje, la planificación y la ejecución de esos planes. Hasta el lóbulo occipital, que es el que te hace visualizar lo que estás pensando.
Así pues, cuando la imagen o consecución de imágenes empieza a repetirse en tu cabeza, se atenúa la reacción de la amígdala (la amígdala cerebral es la encargada de la respuesta de «luchar o huir»), lo que puede reducir el nerviosismo y el miedo que puede generarte dicha acción.
Además, la repetición visual refuerza la vía motora entre el cerebro y los músculos: es como si realmente estuvieras llevando a cabo esa actividad en ese momento. Todos estos mecanismos mejoran tu capacidad de rendir al máximo nivel.
Se trata de una práctica utilizada en diversos ámbitos, no solo en el deporte. También en el desarrollo personal y profesional, la creatividad o las artes escénicas, entre otras áreas. Hay quienes encuentran un mejor camino a través de la meditación y hay quienes lo hacen a través de la visualización, que es lo que practica Canelo: proyectar la imagen deseada.
No, no estamos hablando de imaginar a ciegas. Hablamos de un repaso pormenorizado de todo tipo de detalles, sensaciones, tiempos. La visualización implica concentrarse y enfocar la mente en una imagen o un escenario específico, utilizando todos los sentidos para crear una experiencia lo más vívida y realista posible. También puede darse con una acción, como puede ser golpear, saltar, correr. Como a Canelo, que en alguna ocasión ha reconocido que: «A veces me pasan momentos exactos que yo visualicé, los vivo en la vida real en la pelea»
La visualización no es una técnica utilizada por todos. A Rafa Nadal, por ejemplo, le ha ido bien con esa retahíla de movimientos tan característica antes del saque como ritual de concentración (no de superstición). Hay quien prefiere escuchar una canción y hay quien, como en el caso del boxeador, visualiza. Como coach mental de rendimiento, he podido comprobar cómo esta técnica puede ayudar a mejorar el rendimiento, aumentar la motivación y la confianza, reducir el estrés y mejorar la capacidad para alcanzar objetivos y metas. Que no es poco.
¿Cómo visualizar?
Michael Phelps también es uno de los deportistas que ha utilizado la técnica de la visualización. En su caso, además, a ciegas. Sí, sí, a ciegas. Él nadador proyectaba la imagen, pero lo hacía a oscuras: con unas gafas que le impedían ver. Solo veía lo que proyectaba su mente. Y así pudo, por ejemplo, aprender a no perder el foco ante cualquier contratiempo, como que le entrara agua en las gafas. Él sabía perfectamente el camino hacia la victoria porque ya lo había recorrido antes.
«Somos lo que hacemos repetidamente cada día, de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito», dijo Aristóteles. Y de eso se trata la visualización. No va de imaginar una vez o de verse sorprendido por una imagen como tocado por la virgen. Hay que trabajar y eso no es otra cosa que un hábito. Como en cualquier entrenamiento, tienes que poner los cinco sentidos.
1. El mejor momento, por la mañana
Dedica cinco minutos a visualizar tus metas. De la misma forma que por la noche desconectas de lo sucedido durante el día, los primeros compases de la mañana deben conectarte con tu objetivo. Imagina cómo se desarrolla todo el proceso. Será el mejor primer paso posible para llevarlo a la práctica tal y como lo has visualizado.
2. Regresa a ese ‘gran día’
Hay deportistas que encuentran inspiración en grandes momentos que han experimentado. Les ayuda a recrear todo lo vivido y proyectar esas mismas sensaciones y certezas hacia el nuevo objetivo. Algo especialmente interesante para llevar al deportista a un estado de confianza, tranquilidad y energía, claves para conseguir la victoria.
3. Presta atención a los detalles
Todo suma. No hay que escatimar detalles, ni siquiera los más insignificantes. En una final de Champions, por ejemplo, un jugador puede imaginar el recorrido hasta el estadio en bus, a sus compañeros en los asientes de al lado, el saludo de los fans, la llegada al vestuario, el recorrido del túnel hasta pisar el campo, el ruido ensordecedor de las hinchadas así como su mejor jugada…
Lo mismo en una maratón: puedes proyectar la ducha, la ropa que llevarás, el dorsal, el camino hasta la línea de salida, el abrazo de la familia, los compañeros. Todo cuenta y enriquece una imagen que no es ninguna lotería: es una manera de señalar el camino que uno mismo elige para poder llegar de manera más fácil. Son un reguero de pistas de dependen de ti mismo.
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El Pepazo/Marca