La vida del venezolano cambió después de las denuncias en su contra
David Benítez
La fenomenal carrera profesional de Omar Vizquel en las Grandes Ligas no ha tenido el reconocimiento que merece por los problemas que ha debido enfrentar con la justicia después de su retiro como pelotero; mismos que lo hicieron ir bajando cada vez más en las votaciones para ingresar al Salón de la Fama, al punto de que hoy día parece casi imposible su inclusión.
Está más que claro que para ser un «inmortal» de la pelota norteamericana tiene números, sin embargo, es un vivo ejemplo de todo lo que pueden influir los sucesos ocurridos fuera del terreno para que una carrera sobresaliente sea reconocida tanto por la MLB como por los aficionados.
«Ojalá hubiera podido hablar antes, pero mi abogado me dijo: ‘No digas nada al respecto. Deja que se desarrolle el proceso legal. Tu momento de hablar va a llegar'», dijo Vizquel. «Ves lo que pasó. La justicia habló. No había nada que pudieran acusar contra mí. No había nada allí. Echaron un vistazo a todo. Fue un gran malentendido».
Aunque finalmente salió airoso de esa situación, su nombre no terminó de limpiarse, a pesar de que pasaron los años.
«Por supuesto que me encantaría estar en el Salón de la Fama, ¿quién no lo haría?. Pero lo más importante para mí es simplemente resolver, mantenerme involucrado en el béisbol, ayudar a otros a lograr sus sueños»; subrayó el histórico parador en corto de los Indios de Cleveland, quien vio disminuir su porcentaje de aceptación al HOF de 52.6% en 2020 a 19.5% en 2023.
En medio de la conversación con Nightengale, Vizquel dijo a mil voces que su nombre había sido eliminado de los campamentos juveniles y las clínicas de instrucción donde trabajaba con frecuencia junto a otros exjugadores y que no había sido invitado a ser parte de la celebración del All-Star de los ex jugadores de Seattle. De igual manera, denunció que no había recibido interés de ningún equipo venezolano con respecto a su oferta de ayuda para la próxima Serie del Caribe en Miami.
Otro de los acontecimientos que más le dolió al caraqueño de hoy 56 años de edad fue que los Guardianes de Cleveland no le hayan permitido entrar al campo para acompañar a Manny Ramírez para su exaltación al Salón de la Fama del club. Aunque sí fue invitado a la ceremonia, no se le permitió pisar el terreno, como sí lo hicieron sus similares como Carlos Baerga y Sandy Alomar.
El Pepazo/Meridiano