El tenista español luchará por un nuevo título en su carrera profesional. Está a un triunfo de unirse a Boris Becker y Bjorn Borg como los únicos hombres en la era abierta, que inició en 1968, con múltiples títulos en el All England Club antes de cumplir 22 años.
El campeón defensor superó 6-7 (1), 6-3, 6-4, 6-4 el viernes a Daniil Medvedev y está de vuelta en la final de Wimbledon para intentar ganar su cuarto título de Grand Slam a sus 21 años.
Tras un mediocre primer set, Alcaraz volvió a mostrar su fuerza energética y que aman los aficionados que se convirtió en el primer adolescente en alcanzar el número uno del mundo y es el tenista más joven ganar un major en las tres superficies: césped, arcilla y cancha dura.
Ahora el español está a un triunfo de unirse a Boris Becker y Bjorn Borg como los únicos hombres en la era abierta, que inició en 1968, con múltiples títulos en el All England Club antes de cumplir 22 años.
Tiene marca de 3-0 en finales de un major hasta ahora y espera a su rival del domingo que saldrá del duelo entre Novak Djokovic y Lorenzo Musetti, quienes se enfrentan más tarde. Djokovic tiene 49 apariciones en semifinales de un Grand Slam y esta es la primera para Musetti.
Hace un año en Wimbledon, Alcaraz eliminó a Medvedev, campeón del U.S. Open 2021, en sets seguidos en semifinales antes de superar a Djokovic en cinco sets en la final.
Ahora, el tercer sembrado tuvo que superar algunos altibajos ante Medvedev (5), quien intentaba disputar su séptima final de Grand Slam.
Alcaraz lo quebró para acercarse 5-4 con un drop shot que la umpire Eva Asderaki determinó —de forma correcta según el video— que rebotó dos veces antes de que Medvedev tocara la bola con la raqueta. Esto llevó a que el ruso soltara una grosería. Asderaki le dio una advertencia a Medvedev por conducta antideportiva tras reunirse con la referí Denise Parnell.
Tres errores de Medvedev llevaron a quiebres de Alcaraz para irse arriba 2-1 en el tercer set y que coronó con un revés ganador que terminó un punto de 27 golpes, el más largo del partido. Los aficionados terminaron ovacionando de pie, mientras Alcaraz puso su dedo índice en la oreja pidiendo más ruido.
Después de que Alcaraz emitiera su característico gruñido después de cada derechazo, los espectadores externaban un grito ahogado sin importar si el punto continuó. La mayoría de las veces esto no ocurrió. De los 28 derechazos ganadores del encuentro, 24 fueron de Alcaraz.
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El Pepazo/Líder/AP