Una serie de locos con paliza de campeonato. Los Nuggets llegaron a perder por 50 (114-64) cuando podían cerrar la eliminatoria más desconcertante que se recuerda
La serie más desconcertante que se recuerda tendrá séptimo encuentro. Por recapitular: los Nuggets perdieron sus dos primeros partidos en casa; cuando parecía que estaban muertos, respondieron como unos campeones, lo que aún son, ganando los dos siguientes en Minnesota y también el quinto en Denver; y ahora que podían haber cerrado la eliminatoria y haberse metido en la final del Oeste, se han llevado una paliza de campeonato (115-70).
Ningún vigente campeón de la NBA había perdido jamás en los playoffs del año siguiente por más de 36. Es la mayor diferencia en un partido que puede cerrar una serie desde los tiempos de los Minneapolis Lakers hace 70 años. Así que, sí, después de muertes y resurrecciones, caídas y levantamientos y palizas por ambos bandos, habrá un séptimo y definitivo duelo. Será en la madrugada de este sábado al domingo.
Al ritmo de Mike Conley, que no jugó el quinto encuentro, los Timberwolves despedazaron sin piedad a un rival que fue un pelele y llegó a perder por 50 (114-64). Anthony Edwards lideró a los locales con 27 puntos, cuatro rebotes, cuatro asistencias, tres recuperaciones y un bestial +43 con el en pista. El escolta hizo buena su profecía: «Les dije a los empleados del vestuario de Denver: ‘Os veré en el séptimo partido, hijos de puta». Resulta imposible prever lo que puede suceder ahí tras ver la montaña rusa que está siendo la eliminatoria.
McDaniels como factor diferencial
Por segunda vez en la serie, los Nuggets no pasaron de los 80 puntos. Minnesota tiene todos los elementos para complicarles la vida. Por ejemplo a Jaden McDaniels, un defensor de élite que además metió 21 puntos. O a Rudy Gobert, que acapara galardones de mejor defensor de la NBA. Los campeones perdieron 17 balones y fallaron 60 de sus 86 lanzamientos, incluidos 29 de sus 36 triples para acabar con un pésimo 19,4% de acierto desde el arco. El pívot francés atrapó 14 rebotes, Karl-Anthony Towns, 13 y Naz Reid hizo 10+11. Los Wolves aplastaron bajo los tableros: 62 capturas por 43 de su rival.
Nikola Jokic se sentó a falta de casi nueve minutos con su equipo perdiendo por 30. Mucho tardó. Fue el único jugador de su equipo que superó los 12 puntos. Acabó con 22, nueve rebotes y sólo dos asistencias. «Nos patearon el culo. Fueron mejores que nosotros en cada segmento del juego. Tenemos que aceptarlo», reconoció el pívot. Durísima noche para el MVP y los suyos, que acogerán en la altura de su casa el séptimo partido de una eliminatoria complicada de descifrar.
El Pepazo/Marca