El criollo se fue de 3-1, anotada y par de impulsadas que fueron un gran aporte en la paliza que los oropéndolas le propinaon 12 carreras por 3 a los Medias Rojas de Boston en el JetBlue Park de Fort Myers; hogar primaveral de los ‘patirrojos’.
El venezolano Liván Soto no cesa en su empeño de ganarse un puesto en el equipo grande y cada vez que sale al juego su bate lo grita a todo pulmón.
Este lunes no fue la excepción, pues el infielder criollo pegó un hit e impulsó par de carreras que fueron un gran aporte para que su equipo, Orioles de Baltimore.
En definitiva, el criollo se fue de 3-1, anotada y par de impulsadas que fueron de gran valor en la paliza que los oropéndolas le propinaon 12 carreras por 3 a los Medias Rojas de Boston en el JetBlue Park de Fort Myers; hogar primaveral de los ‘patirrojos’.
Así, con esta otra grah demostración, el caraqueño acumula seis anotadas y siete impulsadas, con promedio de .401 (de 37-15) con 19 bases robadas y 19 almohadillas alcanzadas y a pesar de que no ha conectado vuelacercas, concentra sólidos Slugging y OPS de .514 y .990 respectivamente.
En el aspecto defensivo, ha tenido la oportunidad de jugar el campo corto (su posición natural) y la segunda base, donde no ha cometido errores y se ha combinado para tres dobles matanzas, cuatro asistencias y seis outs realizados en 10 chances a la defensiva a lo largo de 26 innings.
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El Pepazo/Con información de Líder
Los Bravos de Atlanta decidieron enviarlo a las menores y comenzará acciones con Gwinnet en la Liga Triple A. En la pretemporada acumuló promedio de .273 en 11 compromisos durante la primavera, con tres cuadrangulares, cinco empujadas y un OPS de .986.
Los números de Castro hablan por sí sólo de su incesante ofensiva de .306/.359/.472 luego de 13 encuentros, con tres dobles, un cuadrangular, siete carreras empujadas, cuatro anotadas, una base robada, y .831 de OPS. El criollo lleva seis juegos seguidos dando al menos un sencillo.
Ocurrió el 17 de marzo de 1971, en el recién bautizado estadio "Luis Aparicio 'El Grande' de Maracaibo, donde aquella noche jugaron un partido de pretemporada del mejor béisbol mundo, los célebres equipos Yankees de Nueva York y Medias Blancas de Chicago.
