Candidaturitis: La enfermedad que corrompe la política…

Anacleto encendía un cigarrillo, ojeaba las notas que tenía sobre la mesa y, al verme llegar, sonrió con esa picardía que lo caracteriza. Me saludó alzando la mano. “Buenas, buenas”, me dijo mientras ajustaba sus lentes, y mirando a su alrededor, a la gente que estaba llegando y tomando asiento, dio inicio a su charla: “Estimados camaradas… como ya saben, se acerca un nuevo proceso electoral y ya percibimos la enfermedad típica del momento: la «Candidaturitis». El correcorre de quienes se creen «aptos» para ocupar cargos o curules… ¿qué refleja? ¿Aspiración, ambición, vocación de servicio, ansias de poder o qué? ¿Reconoce el candidato que su aspiración, a diferencia de lo que pudiera ser una simple ambición, lo debe impulsar a soñar con un país más justo y próspero, fundamentando sus objetivos en ideales colectivos y no en metas meramente personales? ¿Tiene como brújula moral una «vocación de servicio», que pueda recordarle que el propósito es mejorar la vida de los ciudadanos? ¿Puede dejar de lado las demandas partidistas y grupales?Vean… en mis tiempos de juventud existían unos personajes que se autodenominaban «líderes políticos», pero que se comportaban como los amos y dueños absolutos de sus organizaciones: Jóvito, Rafael y Rómulo.” Hizo algunos aros con el humo que exhalaba y continuó: “Se creían los tres mosqueteros, Aramis, Athos y Porthos, que conoció D’Artagnan, pero sin su honor. La diferencia es que los mosqueteros tenían vocación de servicio, y amor por su deber y su patria. Aquí, los nuestros firmaron el «Pacto de Punto Fijo» en 1958, no en el estado Falcón, como muchos piensan, sino en la Quinta Punto Fijo, residencia de Rafael en Caracas. ¿Sus partidos? Acción Democrática, Comité de Organización Política Electoral Independiente y Unión Republicana Democrática; AD, COPEI y URD. Ganara quien ganara, ellos nunca perdían: el pacto garantizaba beneficios a sus cúpulas, aunque jamás lo admitieron. AD gobernó 25 años y Copei 10, bueno, 15 con los cinco años de Rafael en Convergencia. Jóvito se retiró del pacto porque nunca le dieron chance de gobernar. ¡Y tienen la desfachatez de criticar al chavismo!” Anacleto se levantó para estirar las piernas, llamó al mesonero para pedir un café y, con una sonrisa irónica, se volvió a sentar: “Imagínense: Rafael fue el eterno candidato de Copei, pero cuando sus pupilos, primero Eduardo y luego Oswaldo, aspiraron… ¡investiguen qué les pasó!El pueblo, en su sabiduría, creó un refrán: «Con los adecos se vive mejor porque roban y dejan robar; los copeyanos roban para sí, solos». Por eso AD ganaba elecciones: su maquinaria electoral estaba aceitada con clientelismo y promesas vacías. Hasta que llegó Chávez y mandó a parar. Desde entonces, no han ganado ni una elección, ni una.” Sonrió pícaramente, me miró de reojo como esperando aprobación, y continuó: “El karma existe. Rómulo dijo en un discurso: «Que se me quemen las manos si toco el erario nacional»; le hicieron un atentado con bomba, salió ileso… pero con las manos quemadas; Rafael quemó informes de corrupción de sus aliados, entre ellos el de Vinicio Carrera, para evitar ~~una y que~~ «cacería de brujas»; a Carlos Andrés lo destituyeron sus mismos adecos porque no lo controlaban, y otro adeco, Luis Piñerúa Ordaz, tildó de «barragana» a la amante de Jaime. Todos se acusaban de robo, pero ¿para qué robar si tenían la «partida secreta» y al «Ministro Sin Cartera»? Si no, ¿de dónde salieron los Jeeps de la campaña de Jaime?” Anacleto hizo una pausa, como para escoger su cierre y bajando el tono de la voz, dijo: “Bue…, cuando te ataca el veneno de la candidaturitis tienes que buscar rápidamente el antídoto: preguntarte si tu ambición sirve al pueblo o a tu ego. Por eso debemos reflexionar, para no equivocar nuestro voto, porque las ansias de poder, sin vocación de servicio, son un arma de doble filo. El poder es necesario para implementar cambios significativos, pero si no se ejerce con humildad y transparencia, sólo alimenta corrupción. Y ya sabemos cómo terminan esos cuentos: con el pueblo pagando los platos rotos. ¿Prefieren un vendedor de humo con sonrisa de candidato, o un servidor público que sude por su gente? La historia ya nos enseñó cómo terminan los primeros. La respuesta, camaradas, la tienen en sus manos.”

El lado obscuro de la politiquería nos trae a Teochoro Petkoff. ¿En qué partido militaba Teochoro?, ¿de qué ideología venía?, ¿cómo es que de candidato de la izquierda terminó ocupando un cargo de ministro en el gobierno de Caldera? Su responsabilidad en la eliminación de las prestaciones sociales y la liquidación de Conviasa,durante ese gobierno, que profundizaron la desigualdad y el descontento social, es un ejemploemblemático de sus contradicciones políticas. Aquel “exguerrillero”, que en su juventud ^~luchó por la justicia social~, terminó implementando las medidas neoliberales que afectaron a la clase trabajadora, así sus defensores argumenten que trataba de estabilizar la economía en un momento crítico. El costo social de estas políticas fue enorme: derechos laborales conculcados, desempleo y pobreza. Teochoro pasó de ser un símbolo de la izquierda a un artífice del desmantelamiento del Estado de bienestar y del robo de las prestaciones sociales de la clase trabajadora. Simplemente cambió sus objetivos políticos colectivos por metas sólo personales. ¿Cómo obtuvo “Qué Tal”?

Casos conocidos, de todos los bandos, hay muchos. ¿Creen ustedes que Angela Zago peleó con el Gigante Chávez, a principios de su gobierno, por cuestiones ideológicas? No, fue porque Hugo no le dio el cargo de Ministro de Comunicación e Información a su marido, José Ovidio Rodríguez C., mejor conocido como Napoleón Bravo, porque era para Juan Barreto. ¿Dónde están Ángela, Napoleón y Barreto hoy? Rómulo no quiso que el “Orejón”, como cariñosamente llamaban a Luis Beltrán, fuese candidato de AD y prefirió dividir el partido; “un Niche no puede ser el candidato de AD”, perdió las elecciones y nació el Movimiento Electoral del Pueblo, MEP. AD más nunca fue el mismo. Rafael fue el candidato eterno de Copei: 47, 58, 63, 68 y 83. Ganó en el 68 y siguió aspirando. Dejó Copei cuando otros, sus pupilos Eduardo y Oswaldo, aspiraron. Pregunten que les pasó. En el 93, ganó con Convergencia. Cuando estás infectado de candidaturitis, olvidas los principios éticos y te aferras a buscar la candidatura, a como dé lugar, incluso si eso significa traicionar a tus compañeros o a tus ideales.

En el Zulia, el filósofo se fue de AD para ser candidato a alcalde y formó “Un Nuevo Tiempo”. Por cierto, salió electo Alcalde y luego llegó hasta gobernador, dejando sin chance a sus antiguos compañeros de partido, que narraban a menudo, en cualquier entrevista, anécdotas de sus andanzas para tratar de debilitarlo, pero sin éxito. Arias abandonó la revolución para lanzarse como candidato frente a Chávez, pero falló. Al final logró el perdón de Hugo y volvió al redil, ganando la gobernación, a pesar de que la gente de San Francisco como que no hizo la tarea como era. Eso ocurre cuando la idea de la “vocación de servicio” no te cura sino que te estorba porque la “ambición” supera a la “aspiración”. Hoy en día, militantes de PJ y VP se baten por apoderarse de la Alcaldía de Maracaibo, en manos de PJ pero a punto de perderla. El Alcalde está bien preso, y nadie puede ayudarle. Los hechos de corrupción y desvío de fondos, mencionados por el menor de los Guanipa en la indagatoria (también está preso), no lo permiten. Cuando la “ambición” es mayor que la “aspiración”el resultado es siempre el mismo: corrupción, traición y un pueblo que paga los platos rotos. ¡O sea!

Aclaratoria pertinente:

Partidas para las que no se exigía rendición de cuentas.

Partida secreta = fondos reservados para “gastospresidenciales discrecionales”.

Ministro Sin Cartera = cargo sin funciones claras, pero con mucho presupuesto, poder y manos libres.

Ojo: Por el nuevo reglamento de postulaciones en el PSUV, existen muchos por ahí “rogando” que los postulen; no se quieren quedar “por fuera”. Pelen el ojo.