El abridor de Rockies se incorporó a las prácticas. Viene de una Tommy John
El oriundo de San Félix, estado Bolívar, cumplirá tres décadas el sábado 22 de este mes y está ansioso de mostrar que está recuperado de la Tommy John que se realizó en 2023 y que limitó su trabajo a sólo cinco aperturas en los dos últimos torneos con los “rocallosos”, que desde que debutó en 2016 ha sido su único club en la MLB.
Sin embargo, debería estar preocupado, ya que entra en el último año de su contrato. Se le deben diez millones de dólares, pero el acuerdo está estructurado para que gane hasta 20 millones si está saludable: un bono de 4 millones de dólares por estar en el roster (2 millones de dólares cada uno por 30 y 60 días en el roster activo) y bonos de rendimiento de hasta 6 millones de dólares (2 millones cada uno por 140, 150 y 160 actos).
“No quiero pensar en eso. Sólo quiero hacer mi trabajo y dar lo mejor de mí para el equipo”, soltó Márquez.
La diferencia ahora es que, con el regreso de Márquez, del zurdo Austin Gomber y el derecho Ryan Feltner, hay una rotación de veteranos. Si bien a Colorado le gusta su grupo de prospectos, esos muchachos apenas están rozando el nivel de las Grandes Ligas.
“Siento que tenemos un buen equipo para competir. Tenemos muchos jugadores jóvenes y veteranos. Me gusta esa combinación”, analizó Márquez.
Cuando Márquez completó su rehabilitación y volvió a abrir el 14 de julio, su único careo del año pasado, contra Mets, ponchó a tres para llegar a 986 de por vida, uno más que Jorge De La Rosa, el anterior poseedor del récord del club: “Y quiero seguir sumando más ponches con Colorado”.
El Pepazo/Lider