1.- Indudable es que cualquier mención del término independencia, ligado a la libertad de Venezuela, debe pasar por la lucha de Paramaconi, quien, antes que Simón Bolívar, se alzó contra aquella primeriza invasión conquistadora que llegó al encuentro de esta tierra bendita, con Fajardo al frente, para adueñarse de todo a cambio de nada, salvo que fuese la vida, la sangre y la dignidad de los habitantes originarios.
La fiereza y coraje del bravío cacique y su pueblo Toromaima lograron sembrar una semilla en tierras aledañas a Caracas, y fue enviando mensajes al resto del territorio en señal de que, a cambio de la vida, si era preciso, aquellos aborígenes no estaban dispuestos a entregar sus tierras, sus riquezas naturales, sus productos ni su más preciado bien, la libertad...La historia, siempre escrita por los ganadores, los dominantes, reseña cómo esos abusadores convencían a nuestros aborígenes, en medio de cierta ingenuidad, para canjearle espejitos y otros artefactos inútiles, Made in El Viejo Continente, por las riquezas ofrecidas en este lado del mundo.
2.- De Panaquire pa’ Caracas
En 1749 fue el comerciante canario Juan Francisco de León el encargado de retomar la bandera de la rebeldía contra el monopolio de los poderes económicos, justamente el 19 de abril (hace 276 años). Dicen que con unos pocos hombres a caballo, sin muchas armas y sin requerir ni un solo disparo culminó exitosamente aquella toma de Caracas. No obstante, los poderes seguían constituidos y el movimiento no logra objetivos concretos. La Casa Real Compañía Guipuzcoana tenía todo el control de los aspectos comerciales e impuso los bajos precios al cacao que se producía en el país para enriquecimiento del Imperio Español. Y, aunque no cubrió todos los objetivos previstos, Juan Francisco de León sembró su semilla antiimperial.
3.- Gual y España
En 1795, ardió la Sierra de Coro, porque el negrito nacido en Curimagua el 25 de abril de 1754, José Leonardo Chirino, lideró una rebelión de negros y pardos “para echar al español”, acción esta que avivó aun más las llamas revolucionarias que crecían en todo el país.
Estando Bolívar aún imberbe, un par de años más tarde, exactamente el 15 de julio de 1797 fue desvelada la intentona de Manuel Gual y José María España, quienes alzarían una expedición contra el poder instituido. Una vez descubiertos y solicitados por las autoridades, los militares insurgentes se reunieron en las inmediaciones de Camurí Chico, desde donde zarparon hacia Curazao para reunirse con otros líderes que visualizaban el esperado carajazo contra el mando de los españoles en tierras venezolanas.
No se materializaron las revoluciones, pero sí la siembra de conciencia.
4.- No a Emparan
Esas huellas pasaron a materializarse, años más tarde, el 19 de abril de 1810, en aquel histórico pasaje donde se rechazó por mandato del pueblo al Capitán General Vicente Emparan.
Aquel pueblo caraqueño gritó: “Fuera, fuera, fuera” iluminado por las señas del canónigo José Cortés de Madariaga y secundando la voz alzada del valiente doctor Rafael Villarreal, que ese Jueves Santo lideró las masas que, hartas de opresión, repudiaron al Gobierno de España, en los predios de la Plaza Mayor, hoy Plaza Bolívar. Todo fue allí, bajo el balcón del Ayuntamiento, hoy Casa Amarilla.
5.- El Acta de Independencia
El 5 de julio de un año más tarde se da el nuevo toque de la batalla libertadora criolla ante aquel imperio explotador. Se trató de la firma del Acta de la Independencia cuando el Congreso Constituyente, según lo expresado por el masivo rechazo del pueblo al hegemón ibérico, proclama ante el mundo entero la soberanía, como país libre, de la naciente República de Venezuela...Aunque esa Acta salió a relucir casi un siglo después...
6.- Carabobo, sagrado campo
Sin embargo, España no quería renunciar al manjar que representaba Venezuela y sus riquezas. Por ello hubo que dirimir el asunto en el campo de la confrontación bélica, punto en el que todos los historiadores coinciden que la de Carabobo fue la emblemática batalla librada el 24 de junio de 1821, donde (al mando de Bolívar) se le propina una épica derrota al ejército realista, que terminó perseguido y neutralizado.
7.- La lucha de hoy
Con el ideario de Bolívar, el séptimo tiempo (el perfecto, dicen) se desarrolla hoy, como consecuencia de la geopolítica que nos ubica en el ojo del huracán. Somos el sur del norte y el norte del sur. Estratégica, envidiada y envidiable ubicación. Sea cual sea su posición política, amigo lector, Venezuela, tierra de abundancias de recurso humano invalorable, de raza luchadora y de emancipaciones; con agua, gas, oro, diamantes, bauxita, carbón, uranio, coltán, petróleo y ahora torio, se hace cada vez más apetecible para los históricos expoliadores y depredadores de riquezas --internos y externos-- que, independientemente de cómo se vistan, sus colores y sus estériles consignas, siempre irán por sus intereses, que sin dudas son adversos a los del pueblo de a pie y a la filosofía de nuestro ADN libertario que tanta sangre ha costado y que aún está en pañales.
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