• 09 Mar, 2025

Coyotes, Oportunistas y la Gran Misión Vuelta a la Patria

Coyotes, Oportunistas y la Gran Misión Vuelta a la Patria

Por un lado, lloran por los migrantes y al voltearse, los usan como excusa para pedir más dinero" ANACLETO

 

"

 

La gente fue llegando y tomando asiento, mientras Anacleto encendía un cigarrillo, pedía su café y comenzaba a hojear unas notas que había preparado. “Buenas, buenas”, dijo con su habitual sonrisa pícara, mientras ajustaba sus gafas y miraba al público. “La migración venezolana no es sólo un fenómeno social; es un negocio, una herramienta política y, para algunos, una mina de oro. Así que agarren sus cafés, prepárense para lo que viene, porque, como de costumbre, no habrá medias tintas.”  Tomó un sorbo de café y comenzó su charla. “La migración venezolana es, sin duda, una de las crisis humanitarias más grandes de la región en las últimas décadas. Muchas personas han dejado su país en busca del «sueño americano», tratando de escapar de una crisis económica promovida por las ilegales y unilaterales novecientas y pico de sanciones que, en su afán de ahogar y poder cambiar al gobierno que con votos nos dimos, nos impuso EEUU. Hoy vamos a hablar de los «coyotes», esos personajes siniestros que se han lucrado con el dolor ajeno, y de los políticos opositores que han promovido y participado en este negocio sucio.”  Anacleto hizo una pausa y echando una mirada a su alrededor y continuó: “¿Quiénes son estos «coyotes»? Pues son aquellos que, con falsas promesas, han vendido el «sueño americano», el sueño de una vida mejor en el exterior. Cobran miles de dólares a familias enteras por llevarlas a países como Estados Unidos, España o Chile, pero muchas veces las abandonan en el camino o las dejan en condiciones de explotación laboral y marginalidad. En 2019, un grupo de venezolanos pagó $5,000 dólares a un «coyote» para ser llevados a Estados Unidos. El trayecto incluía cruzar la Selva del Darién, pero el grupo fue abandonado a mitad del camino. Sin comida ni agua, varios miembros enfermaron de malaria, y uno de ellos falleció antes de llegar a Panamá. El «coyote» desapareció con el dinero, dejando a las familias en la miseria. Este caso ilustra cómo estos operadores no sólo lucran con la desesperación, sino que también ponen en riesgo la vida de los migrantes. Estos «coyotes» no sólo tienen nombres y apellidos, sino que muchos están vinculados a figuras políticas de la oposición, que prefieren hacerse los ciegos y sordos ante este negocio sucio.” Sacó un papel de su bolsillo y comenzó a leer nombres. “No voy a ser tímido con esto. Lester Toledo, exdiputado opositor, fue uno de los primeros en promover la migración masiva como una forma de presionar al gobierno. Él mismo organizó caravanas de venezolanos hacia EEUU, utilizando el sufrimiento de la gente como arma política. Luego está Antonio Ledezma, el vampiro, quien desde su exilio en España ha alentado a los venezolanos a abandonar el país, mientras él vive cómodamente en Madrid. Y no podemos olvidar a Julio Borges, quien ha utilizado la migración como excusa para pedir sanciones internacionales contra Venezuela así como fondos para «ayuda humanitaria», que luego desvió, sin importarle el daño que estas medidas causan a la población. Estos señores no sólo han promovido la migración, sino que también se han lucrado de ella. ¿Cómo? Pues a través de fundaciones y organizaciones fantasmas, “y que” «humanitarias»; ONGs que reciben millones de dólares en donaciones de parte de la USAID y de gobiernos de la UE, pero que poco o nada hacen por los migrantes. Es un negocio redondo: venden la imagen de un país en ruinas, recaudan fondos y, mientras tanto, los venezolanos siguen sufriendo. Pero no todo es oscuridad. El gobierno venezolano, consciente del drama que viven los migrantes, lanzó la Gran Misión Vuelta a la Patria, un programa que ha ayudado a miles de venezolanos a regresar dignamente al país de manera segura y gratuita. Esta iniciativa no sólo es un acto de humanidad, sino también una respuesta contundente a quienes quieren utilizar la migración como arma política. Es un ejemplo de que, incluso en medio de las dificultades, Venezuela sigue siendo una Patria que acoge a sus hijos. ¿Cuántos de ustedes han escuchado a la oposición hablar de esta misión? Casi nadie, ¿verdad? Porque no les conviene. Para ellos, la migración es un negocio y una herramienta de propaganda. Pero la verdad es que la Gran Misión Vuelta a la Patria ha demostrado que, a pesar de las dificultades, Venezuela sigue siendo un país que cuida a sus hijos. Lo que más indigna de todo esto es la hipocresía de la oposición. Por un lado, lloran por los migrantes y los usan como excusa para pedir sanciones; por otro lado, son los primeros en beneficiarse de la crisis. María la Loca, por ejemplo, ha vendido a todo el mundo la imagen de un país destruido, pero ¿qué ha hecho ella por los venezolanos que están en el exterior? Nada, absolutamente nada. Y luego están los «medios de incomunicación», que han convertido la migración venezolana en un espectáculo. ¿Cuántas veces hemos visto reportajes sensacionalistas que muestran a venezolanos durmiendo en las calles o pasando hambre? Y ni hablar de los peligros de la «Selva del Darién», un infierno verde donde muchos han perdido la vida. Estos medios no buscan ayudar; buscan ratings. Y mientras, los verdaderos responsables de la crisis siguen impunes. Es hora de que, como sociedad, nos hagamos responsables de nuestra realidad. Debemos exigir a nuestros líderes trabajar por el bien común y no por intereses particulares. A los venezolanos que están en el exterior les digo: no se dejen engañar. No crean ni en coyotes ni en políticos oportunistas. Venezuela los necesita, y aunque el camino no sea fácil, juntos podemos construir un futuro mejor. La Patria no se abandona; se defiende.La resistencia continúa, y mientras haya un solo venezolano dispuesto a luchar por su Patria, no habrá sanciones que lo detengan, sino esperanza y más lucha.”

 

Mientras salíamos del café, no pude evitar pensar en la importancia de abordar estos temas con honestidad y valentía. La migración venezolana no es sólo una crisis; es un llamado a la acción, y es nuestra responsabilidad responder a él.  No es un problema de quienes se van; es un problema también de los que se quedan, es un problema de todos. Debemos unirnos como pueblo para enfrentar las sanciones, denunciar a los oportunistas y construir un país donde nadie tenga que emigrar por necesidad. Pero sobre todo, para estar más cerca de la realidad, no de lo que a menudo nos quieren hacer creer. La Patria no se defiende con lágrimas, sino con acciones concretas y con la firme convicción de que un futuro mejor es posible. Que tipejos como Lester Toledo, Antonio Ledezma, Julio Borges, Leopoldo López, Carlos Vecchio, David Smolansky, Freddy Guevara, Juan Guaidó, Iván Simonovis, Leopoldo Castillo, y demás, busquen un trabajo digno para mantenerse sin robar. Si no lo hacen, cana con ellos. No se puede seguir teniendo mano blanda con estos tipejos de baja ralea.

 

No nos engañemos: la oposición no sólo promueve la migración, sino que también se beneficia de ella. En 2020, una investigación periodística reveló que una fundación vinculada a un conocido político opositor recibió $10 millones de dólares de la USAID para “ayuda humanitaria”. Sin embargo, sólo el 10% de esos fondos se destinó a programas reales para migrantes. El resto fue desviado a cuentas personales y gastos administrativos exorbitantes. Este es el negocio redondo de la oposición: venden la imagen de un país en ruinas, recaudan fondos y se quedan con la mayor parte del dinero, mientras los migrantes siguen sufriendo. Recuerden el caso de Roland Carreño, el encargado de pagar la nómina que le enviaba el “autoproclamado” de los “contratos” de los desestabilizadores. Bueno, él esperaba esos fondos para comprarle una camioneta a su novio. Y aún nadie responde la pregunta que durante años nos hemos venido haciendo: “¿De qué viven tanto “político” autoexiliado en el extranjero?” Bueno, ya locoldo dijo que de “contribuciones de simpatizantes”. ¿Le creen?

 

Las sanciones unilaterales, ilegales y coercitivas impuestas a Venezuela por EEUU y la Unión Europea, no son sólo números en un papel. Lejos de ser una herramienta para “restaurar la democracia”, son un ataque directo al pueblo venezolano. Fueron Iniciadas en 2015 y ampliadas drásticamente bajo la administración Trump, e incluyen embargos petroleros, congelación de activos y restricciones financieras que han estrangulado la economía. El impacto humanitario ha sido devastador: escasez de medicinas, alimentos y recursos básicos, migración forzada y un aumento de la pobreza. La “oposición” cipaya las aplaudió con la excusa de ser una respuesta a supuestas violaciones de derechos humanos, pero afectan principalmente a la población. Su verdadero objetivo es el control geopolítico, dado el valorestratégico de las reservas petroleras del país. Sin embargo, la resistencia del pueblo demuestra que ni el bloqueo económico ni la presión internacional pueden quebrar su espíritu. Es hora de que el mundo reconozca el fracaso de estas medidas y exija su levantamiento.

 

¿Cuántos peligros enfrentaron los migrantes, no sólo venezolanos, al cruzar la Selva del Darién? Esa selva no es sólo un obstáculo geográfico; es un infierno verde donde los migrantes, incluidos venezolanos, enfrentan violencia, enfermedades y muerte. Sí, muchos pierden la vida en este trayecto, mientras coyotes y políticos oportunistas se enriquecen con su sufrimiento. Los coyotes no sólo cobran sumas exorbitantes, sino que también engañan a los migrantes con falsas promesas de trabajo al llegar a su destino. La realidad es que muchos terminan en la calle, sin papeles y expuestos a redes de explotación laboral y sexual. Este drama humano, lejos de ser una excepción, es el pan de cada día para quienes buscan una vida mejor. La Selva del Darién se ha convertido en un símbolo de la desesperación y la falta de opciones, mientras los responsables de esta tragedia siguen impunes. Y al llegar a EEUU les espera trabajar como esclavos o ir a la cárcel, pues por órdenes de Trump los cazan como animales para deportarlos como criminales. Bonito “sueño”.

 

A pesar de las políticas hostiles de deportación y persecución impulsadas por Donald Trump, que tratan a los migrantes venezolanos como criminales, la Gran Misión Vuelta a la Patria ha sido un rayo de esperanza. Este programa, creado por el gobierno venezolano, ha permitido que miles de connacionales regresen a su tierra de manera digna y gratuita, reencontrándose con sus familias y reintegrándose a la vida productiva del país. No sólo ofrece transporte, sino también apoyo para reconstruir sus vidas en Venezuela. En un contexto global donde los migrantes son estigmatizados y maltratados, esta iniciativa demuestra que Venezuela sigue siendo una Patria que acoge a sus hijos, incluso en medio de las dificultades. La Gran Misión Vuelta a la Patria es un ejemplo concreto de solidaridad y resistencia, mostrando que, pese a las adversidades, el país no abandona a los suyos y trabaja por su bienestar. El programa “Vuelta a la Patria” es una de las respuestas de Nico a la migración, mientras la “democrática” oposición sigue pidiendo sanciones y bloqueos para su patria. ¡O sea!

 
 

 

 

Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo
El Pepazo

Luis Semprún

Luis Semprún

Nació en Maracaibo; Traductor Intérprete Alemán/Inglés/Español graduado en Alemania 1973/78; Locutor Certificado MTC N° 116099 Año 1989; Productor Nacional Independiente; Premio Nacional “Zuliano de Oro” 1977 como Dirigente Destacado del Año; Productor/Moderador Programa “Desarrollo Venezolano”, Radio Mara 1989; Productor/Moderador XVIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, Columnista El Pepazo