Neuquén
El próximo martes primero de abril, el Monseñor zuliano Edgar Peña Parra cumplirá 32 años al servicio diplomático de la Santa Sede.
Nacido en el popular barrio El Saladillo de Maracaibo, el 6 de marzo de 1960, Peña Parra, quien actualmente ocupa el tercer cargo en la línea de mando de El Vaticano, se convirtió el primero de abril de 1993, a la edad de 33 años, en el primero y hasta ahora, único diplomático venezolano en la Santa Sede.
Ocurrió durante el pontificado de Juan Pablo II, quien para entonces era el Papa número 264 en la historia de El Vaticano, cuyo reinado se extendió por casi 27 años, convirtiéndose en el primer Papa nacido en Polonia y en el tercero con más tiempo en la historia, ejerciendo el mencionado cargo, después del Papa San Pedro (37 años) y del Papa Pío IX (31 años).
Al frente del cargo Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, desde el 15 de octubre de 2018, cuando el actual Papa Francisco, lo designó en reemplazo del italiano Giovanni Angelo Becciu, el diplomático “saladillero” ha prestado diversos cargos como representante de la Santa Sede en varios países, empezando por Pakistán, donde el 5 de febrero de 2011 se convirtió también, en el primero y hasta ahora, único Nuncio Apostólico nacido en Venezuela.
Luego de 4 años como representante de El Vaticano en la mencionada nación africana, el diplomático zuliano se desempeña actualmente como Nuncio Apostólico en Mozambique desde el 21 de febrero de 2015.
Carrera eclesiástica
Amigo y estrecho colaborador del Papa Francisco y de su jefe, Pietro Parolin, Peña Parra abrazó la carrera sacerdotal cuando apenas era un estudiante en el liceo Rafael Bello Chacín.
Como asiduo visitante de la Basílica La Chinita de su Maracaibo natal, Edgar Peña atendió el toque vocacional cuando ingresó al Instituto Universitario Seminario Santo Tomás de Aquino en San Cristóbal, donde se graduó de Licenciado en Filosofía en el año de 1981.
Cuatro años después, se gradúa de Licenciado en Teología en el Instituto Universitario Santa Rosa de Lima y, semanas después, el 23 de agosto de 1985 fue ordenado sacerdote, por imposición de manos y oración consecratoria de monseñor Domingo Roa Pérez, arzobispo de Maracaibo.
Tras desempeñarse como párroco en las zulianas poblaciones de Sierra Maestra, La Rotaria y El Moján, el 1989 cuando Monseñor Luciano Storero se desempeñaba como Nuncio Apostólico de Venezuela, lo postula para dedicarlo al servicio diplomático de la Santa Sede.
Al trasladarse a Roma, inicia estudios en la Pontificia Academia Eclesiástica, donde obtiene el título de Doctorado en Derecho Canónico, realizando una brillante tesis de grado, publicado por el Vaticano, intitulada: “Los Derechos Humanos en el Sistema Interamericano a la luz del Magisterio Pontificio”, la cual hoy es tomada como referencia por los estudiosos y analistas en materia de Derechos Humanos de todo el orbe.
Luego realiza la especialización en Derecho Internacional, en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde adquirió los conocimientos diplomáticos que le brindaba la Academia de la Santa Sede.
Desde 1993, cuando ingresó al servicio diplomático de El Vaticano, la misión eclesial del primer diplomático venezolano de la Santa Sede, ahora Monseñor (título otorgado por Juan Pablo II en 1995 en la capital de Kenia Nairobi durante una de sus visitas pontificias al continente africano), continúa y se proyecta en este momento en que se jefe, Pietro Parolin se perfila como uno de los 5 aspirantes para suceder a su amigo, el Papa Francisco.
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