Dos semanas después de su derrota en cuartos de final del Open de Australia a manos de Novak Djokovic, Carlitos Alcaraz reapareció en el ABN AMRO Open de Rotterdam (ATP 500) con un triunfo trabajado ante el neerlandés Botic van de Zandschulp (7-6, 3-6 y 6-1) en un partido áspero en una pista algo más lenta de lo que podría parecer y ante un rival que ya le apeó del US Open en 2024 y que fue el último rival en la carrera de Rafa Nadal.

El murciano lució regular ante el 84 del mundo, un rival incómodo, que se maneja bien en dobles. El catarro que le afectó durante dos días parecía olvidado, pero no del todo. Jugó con una tirita en la nariz. Respiró mejor en la segunda mitad del primer set. Hasta entonces, Alcaraz había acumulado demasiados errores. Tampoco el primer servicio le salvaba (poco más del 50%). El 2-4 con dos ‘breaks’ en contra confirmaba que el gigante neerlandés iba a ser algo indigesto.

Van de Zandschulp, crecido por su última victoria ante el murciano, en buena dinámica y sin tantos errores no forzados amasó una renta que le otorgó incluso una bola de set. Apareció el genio de Carlitos para recuperar su ritmo con la derecha, salvar el servicio (5-5), ponerse por delante en el siguiente juego y luego sentenciar en el tie-break (7-4). Ya había sonado el primer «vamossss» del tenista murciano, cuyo lenguaje corporal había cambiado.

La cuesta arriba constante del partido, un día para sufrir y competir, siguió en el tercer set. Alcaraz tomó aire al inicio, con un break en el segundo juego tras dos dobles faltas de Van de Zandschulp, la cruz del neerlandés. Tras confirmar el 3-0 y sin demasiados alardes, pero con una leve mejoría y más consistencia, se limitó a asegurar el triunfo por la vía rápida. Carlitos espera rival del partido que jugarán mañana miércoles el italiano Vavassori y el canadiense Auger-Aliassime.