Cabimas llegó a 267 años de su fundación

Neuquén (Dimas J. Medina) Las crónicas de la época, señalan que un día como hoy lunes 22 de diciembre, fue fundado en la Costa oriental del Lago de Maracaibo, por un grupo de monjes Capuchinos, un poblado al que bautizaron Misión de San Ambrosio de Punta de Piedra.

Ocurrió hace 267 años, es decir, en el 1758, según las memorias del obispo Mariano Martí en 1771, durante su visita hacia aquella costanera región zuliana, a los que sus primeros habitantes, bautizaron con el nombre de un árbol medicinal, el Cabimo o Copaiba
 
Aquel poblado, habitado por indígenas de la etnia arawacos, eran recolectores, cazadores y pescadores, que vivían entre el Lago de Maracaibo y la Guajira.

Por eso, Cabimas es el nombre dado por los frailes a los indígenas, ya que los frailes, ignorando el idioma o cultura de los aborígenes, les daban nombres de árboles locales a las tribus, como Cabimo, Onotos y Cocinas. 

Es importante destacar que Cabimas es una palabra Caribe y los indígenas de la zona llamaban al mismo árbol copaiba. Es decir, que el nombre Cabimas es un exónimo, los indios no se llamaban a sí mismos Cabimas, se llamaban Caquetíos, por lo tanto fueron los monjes los que bautizaron a Cabimas. 

Con el paso de los años, los indígenas de Cabimas desaparecieron, mestizándose o emigrando y su cultura desapareció. Las aldeas indígenas de la zona no evolucionaron para convertirse en Cabimas, ya que aquella misión católica sirvió más bien para ahuyentarlos.

Hasta hoy lunes 22 de diciembre de 2025, Cabimas ha pasado por tres etapas: Desde 1579 como aldea indígena, luego entre el siglo XVII y XX como pueblo rural y a partir de 1922 como pueblo petrolero.

En 1829 Cabimas fue reconocida como parroquia eclesiástica integrada al Cantón Altagracia. Entre 1830 y 1835 fue elevada a parroquia civil, desde  1870 hasta 1904, Cabimas pasó a ser Distrito y en 1989 se creó el Municipio autónomo Cabimas.

Y con la llegada de la industria petrolera, muchas comunidades de Cabimas, adoptaron el nombre de nomenclaturas, como R-1, R-5 y R-10, nombres de los primeros pozos petroleros que nacieron en la hacienda La Rosa, donde el 14 de diciembre de 1922, se produjo el célebre Reventón.

Y el barrio R-10, fundado a principio de 1930, por aquellos falconianos que se trasladaron para trabajar en aquella incipiente industria petrolera, junto a otros ciudadanos de nacionalidades, como Trinidad y Tobago, es el barrio de mis andanzas.

“Evocando en el pasado/me encontraba en el R-10/ el barrio donde me crié/ a la salida de Cabimas/Parado allá en la esquina/con Cedillo me encontré…” (Gaita compuesta y grabada en 1994 por mi amigo de infancia, Geovanny Leal Torres, que en paz descanse).

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