Canelo ganó, pero sin brillar en Ryad
Fue una pelea para el olvido, pues careció de lo que todos esperaban: un nocout, pero el mexicano solo se limitó a acumular puntos mientras el cubano desperdició la gran oportunidad de su vida de hacerse de un título y darse a conocer en el mundo pugilístico.

Hebert Colina M.
Saúl "Caneelo" Álvarez se título campeón indiscutido de los medianos al vencer por tarjetas al cubano William Scull en una pelea de debut sin brillo en Arabia Saudita ante un practicamente desconocido...
Fue una pelea para el olvido, pues careció de lo que todos esperaban: un nocout, pero el mexicano solo se limitó a acumular puntos mientras el cubano desperdició la gran oportunidad de su vida de hacerse de un título y darse a conocer en el mundo pugilístico.
El resultado fue una decisión unánime, y aunque en momentos hibo destellos faltó brillo y emoción en Riyhad.
Los jueces dieron a Álvarez 115-113, 116-112 y 119-109, y así recuperó la faja de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y es de nuevo campeón indiscutido de las 168 libras.
No hubo rugido...
No fue la obra maestra que algunos soñaban. No fue el rugido del león que una vez hizo temblar divisiones. Pero fue suficiente. Canelo Álvarez sigue siendo el rey de las 168 libras, con todos los cinturones a la cintura., pero dejando ciertas dudas en el camino.
“Sólo vino a sobrevivir desde el tercer asalto, por eso no me gusta’‘, expresó un abatido Canelo, con el desánimo reflejado en el rostro. “Para mí esa es una pelea aburrida, cuando un boxeador no intenta ganar, sólo intenta sobrevivir. Odio a ese tipo de boxeadores’‘.
Canelo hizo lo justo, ni un gramo más. Apostó por lo que mejor sabe: presión constante, ataques al cuerpo, control de distancia. No fue un vendaval, no lo necesitó. Scull, invicto hasta entonces, hizo lo que pudo, que no fue mucho.
El cubano naturalizado alemán se desplazó por todo el ring, intentó evitar el castigo a toda costa, pero nunca ofreció una amenaza seria. Uno diría que el matancero peleó para durar, no para ganar. Y Canelo, con la experiencia de mil batallas, lo entendió rápido y se dedicó a golpear al cuerpo con cierto desgano, como si supiera que esta pelea era un puro trámite para el mega cita fijada para el 12 de septiembre en Las Vegas ante Terence Crawford.
“El objetivo era ganar y limpiar la división. Ya lo hice. Ahora, vamos por lo que sigue”, dijo Álvarez tras la pelea, con la mirada fija en el horizonte y, sobre todo, Crawford, quien subió al ring para un cara a cara inspirado por el hombre fuerte del boxeo: Turki Alalshik. Lo que viene ahora es aún más grande. Crawford, monarca indiscutido en 147 y uno de los mejores libra por libra del mundo, espera su oportunidad de retar a Canelo en una súper pelea que promete paralizar al boxeo, pero ha sido la historia de estos días, llenas de promesas pero vacías en memorias.
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El Pepazo/Con información de El Nuevo Herald