Hay Gotas de luz que regalan vida
“Gota de Luz” cobra fuerza como organización para donar el bien social desde que legalizó su figura como Fundación sin fines de lucro, según acta constitutiva en 2021, con sede en los altos mirandinos, aunque su labor trasciende a la Gran Caracas e incluso ha estampado su huella en Barinas, gracias a la alianza con el padre William Jiménez, cuando realizaron trabajo mancomunado a favor de la Escuela Técnica Agronómica Salesiana (ETAS), de esa entidad llanera.
Luis Carlucho Martín
Cuando Alberto y Verónica Colmenares, junto a Víctor Bastardo y Jurgen John, quizás inspirados en la labor de la Madre Teresa de Calcuta –quien con su “gota aportada al mar de necesidades” brindaba luz, alegría y vida desinteresadamente–, parieron su proyecto altruista “Gotas de Luz” –integrado, en su mayoría, por estudiantes universitarios–, seguramente no imaginaron el inmenso beneficio que tangiblemente han generado a tantos niños, ancianos y comunidades vulnerables.
Por ese deseo cargado de energía filantrópica, a mediados de la segunda década de este siglo XXI, unieron fuerzas orientados a brindar lo mejor de sí a favor de los más necesitados, lo que se traduce en sonrisas, alegrías y satisfacción de necesidades básicas a incontables personas –sin límites de edad ni de clases– recluidas en hospitales, casas hogares, ancianatos, clubes de abuelitos, orfanatos, comunidades vulnerables e individualidades en situación de calle.
“Gota de Luz” cobra fuerza como organización para donar el bien social desde que legalizó su figura como Fundación sin fines de lucro, según acta constitutiva en 2021, con sede en los altos mirandinos, aunque su labor trasciende a la Gran Caracas e incluso ha estampado su huella en Barinas, gracias a la alianza con el padre William Jiménez, cuando realizaron trabajo mancomunado a favor de la Escuela Técnica Agronómica Salesiana (ETAS), de esa entidad llanera.
Por la propia dinámica del país y de los intereses profesionales, los integrantes iniciales han ido marcando sus propias rutas, por eso “Gotas de Luz” abre puertas a nuevos participantes. No obstante, el nexo y el compromiso ha sido tan gratificante que, aun desde cada uno de sus nuevos sitios, siguen resonando voces de incondicional espaldarazo.
Protagonistas sin intereses…
Hoy, hacen realidad de este grupo Alberto y Verónica Colmenares, sus padres Vivian Pérez y Don Alberto Colmenares; Andrea González, Andrea Lambaz, Angélica Vega, Bárbara González, Leilany Ramallo, Luisana Martín, María Guerra, Miranda Coello, Moisés Paulino, Orianna Borges, Paúl Araque, Paola Sofía, Vanessa Renza, Sabrina y Sofía Troconis, Vanessa Fajardo, Víctor Bastardo, Yoriana de Estéfano, María Corredor y –desde fuera– Jurgen John.
Ellos, bajo el mismo concepto de entregar lo mejor de sí de manera desinteresada –profesionales casi todos–, siguieron “iluminando momentos para generar vida”, como reza uno de sus eslogans y extendieron sus funciones benéficas gracias a que en el camino han ido sumando alianzas estratégicas, pero no con grandes empresas –como hubiese sido ideal– sino “con personas grandes de corazón, que han aportado mucho, tales como los propietarios del grupo ferretero Fazzi, los del grupo de alimentos Poulet, el señor Martinho Abreu, el ferretero Antonio González, y mención súper especial a toda la familia Lugo, del sector Garabato de San Pedro de Los Altos”, explicó visiblemente agradecido Miguel Ochoa, uno de los motores logísticos de “Gotas de Luz”.
Este joven se confiesa a gusto con la humanitaria labor, ya que desde niño sigue la conducta altruista de su familia y principalmente de su padre Richard Ochoa, quien le inculcó los valores de la gratitud ante la vida y el compartir con el prójimo, lo que le mostraba, por ejemplo, cuando entregaba juguetes a las comunidades de Playa Puerto Cruz y Puerto Maya, en los límites entre los estados La Guaira y Aragua.
Bondades en gotas…
“Gotas de luz” ha impactado positivamente con sus acciones, que no se quedan en la tradicional visita a los hospitales en diciembre, con comidas y regalos propios de la época. Ellos se han atrevido a más.
Obras de teatro, tardes de cine con discusión acerca de los mensajes de las películas en aras de siembras de valores en los jóvenes, entrega de medicinas, entrega de juguetes y comidas –200 bollos navideños todos los diciembres en cada sitio visitado; absoluta donación de Martinho Abreu y elabora de la familia Lugo.
“Uno de los desafíos iniciales los enfrentamos y los vencimos durante la pandemia. Allí, aunque no pudimos hacer todo lo planificado, logramos recaudación y entrega de insumos e implementos médicos, así como su entrega oportuna. Y, apegados a las normas de seguridad, el objetivo de brindar vida se antepuso y cumplimos”, asevera orgulloso Miguel.
La pandemia no los detuvo
Expone que post pandemia hubo un crecimiento exponencial de sus labores y uno de sus mayores saldos a favor lo representan los ciudadanos que se han formado en sitios donde ellos han prestado el apoyo y que luego esos mismos beneficiarios son quienes se han transformado en colaboradores.
El joven Ochoa explica algunas experiencias: “Atendimos satisfactoriamente y con mucha dedicación la Casa Hogar UMA, en San Diego --donde además les enseñaban diversos oficios a los jóvenes--, y en Casa Hogar San Juan Bautista, luego llamada Carmen Rendiles, en Carrizal, aunque lamentablemente ambas desaparecieron por falta de recursos”, expone sin ocultar su preocupación en torno al manejo interno de esos centros.
Mención especial amerita la Casa Hogar Nueva Esperanza –liderada por el Señor Orestes y su esposa Helen (+)–, “porque allí además de nuestro apoyo el empeño de sus administradores estaba enfocado a asignarle diversas responsabilidades a los jóvenes que allí residían para sembrarle valores y que aprendieran nuevos desempeños, lo que le facilitaba integrarse a la vida sana y productiva del país”, asevera a manera de muy concienzuda reflexión.
Si así llueve que no escampe…
“Gotas de Luz” continúa su labor de la cual pueden dar fe las comunidades de Brisas de Petare, Guaremal, Variantes de Guayas e incontables personas en situación de calle, cuyos casos personales han sido atendidos. De igual modo, gracias a alianzas estratégicas con personal interno de algunos hospitales han podido establecer agendas que benefician a los pacientes, generalmente de pediatría, oncología y de la tercera edad. Es así como han brindado sonrisas y vida en los hospitales Victorino Santaella de Los Teques, Domingo Luciani de El Llanito y muy especialmente en el Clínico Universitario de la UCV, donde ha resultado clave el enlace con la Doctora Ana Sánchez.
Por ser una Fundación sin fines de lucro, por situación país y porque es la realidad, ellos tienen más de cinco años regalando “Gotas de Luz”, gracias a recaudaciones organizadas a través de “gofoundme” y otras donaciones privadas. Y siguen con su regalo de vida. Si usted, amigo lector, desea aportar contáctelos a través de su Instagram gotasdeluz.ve. El pasado domingo 14 de diciembre rociaron sus gotas en el Hospital Clínico Universitario: juguetes, abrazos, comida navideña y calor humano fue entregado a cambio de miles de sonrisas.
Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo
El Pepazo


